El edificio cuenta con un nuevo acceso en ascensor junto a la calle Lehendakari Aguirre. BLANCA CASTILLO

Correos reabre en la calle Postas tras dos años de reforma

Los vecinos del centro celebran la vuelta de la oficina pero en Adurza y San Cristóbal lamentan el cierre de la de calle Ferrocarril

Miércoles, 12 de enero 2022, 17:33

Pese a que todavía era imposible hacer gestiones en su interior, la fachada de la oficina central de Correos de Vitoria dijo adiós a las lonas que la tapaban hace casi un año. Tal vez por eso su reapertura haya pasado desaparecibida este miércoles a ... quienes no tenían un paquete o carta para enviar bajo el brazo tras dos años de obras. Al fin, esta mañana Correos ha reabierto las puertas de su centenario edificio de la calle Postas de Vitoria devolviendo el sentido al nombre de la calle y poniendo fin a los desplazamientos de miles de usuarios del centro de la capital, que durante estos dos años han repartido sus envíos entre oficinas como la de la calle Panamá o la de Ferrocarril número 8, ya clausurada.

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«Esperaba más cambios tras tanto tiempo en obras. Han puesto un ascensor pero creí que la accesiblidad sería aún mejor, sin tener que utilizarlo o subir tramos de escaleras», plantea Jose Ofizialdegi, uno de los vecinos que durante la pandemia ha asistido a toda la reforma durante los paseos a su perrita. Los usuarios todavía tienen que salvar los escalones que separan la calle Postas de las puertas de madera laterales que dan acceso a la zona de mostradores, pero a partir de ahora también cuentan con un acceso en ascensor a cota cero al que se accede desde la calle Lehendakari Aguirre. Junto a él, dos buzones con forma de cabeza de león quedan como vestigio de uno de los detalles de las antiguas oficinas. «Recuerdo haber echado cartas ahí, pero parece que ahora sólo están de atrezo», señalaba Ofizialdegi.

La zona de mostradores, con siete ventanillas, conserva las vigas y elementos arquitectónicos propios del edificio, pero quienes hoy la han estrenado también han detectado algunas diferencias con una oficina de Correos que ya lleva un tiempo en marcha. Las luces han sido sustituidas, los mostradores se asemejan a los de otros locales y las columnas del atrio se han repintado de blanco. Ya se pueden adquirir tarjetas regalo, pero faltan estantes en los que adquirir regalos o artículos de embalaje como los hasta ahora estaban presentes en calle Ferrocarril. «Está ligeramente modernizada, pero todavía faltan los números que indican cuál es cada mostrador, hay que estar pendiente tras retirar el ticket», explicaba Yolanda Pedrol, quien hasta ahora se desplazaba a la oficina del sur en bicicleta. La reforma de Postas debía haber finalizado hace un año, pero la pandemia dilató los plazos previstos.

«Se llenará mucho»

Que la reapertura de la oficina de calle Postas haya supuesto el cierre de Ferrocarril 8 ha molestado a numerosos vecinos de Adurza y San Cristóbal. Ayer fue el último día de este local situado junto al puente de San Cristóbal. Julia y su hija Tamara, que esta mañana se han desplazado al centro en su vehículo particular, son algunos de los afectados. «La del barrio funcionaba muy bien, también durante las obras, aunque se formaban algunas colas con la gente que venía del centro. Nos avisaron de su cierre hace una semana sin ofrecer ninguna alternativa y nos tememos que a partir de ahora esta se llenará mucho. Estará a rebosar», vaticinaban tras completar un envío. Esta ha sido la única gestión que ha podido realizarse esta mañana, ya que la recogida de paquetes se reactivará entre última hora de la tarde y el jueves.

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Los empleados de la oficina central de Correos acceden al edificio por una puerta acristalada situada en su parte trasera, en la calle Nuestra Señora del Cabello, a través de la cual se les ve afanarse en reorganizar el nuevo local. Las furgonetas amarillas del servicio de paquetería aparcan en la calzada de esta calle que todavía se encuentra vallada. Otros de los elementos fundamentales de la reforma de este edificio erigido entre 1922 y 1928, que venía atrasándose desde hace más de una década, son la renovación de la estructura de madera de sus cubiertas y la sustitución y conservación de algunos de los icónicos elementos de su fachada.

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