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La capital alavesa prosigue con su incremento de población año tras año. Encadena seis de subidas continuadas pero la registrada a lo largo de 2018 ha sido la más importante –del 1%– y Vitoria suma ya 252.574 habitantes, según la estadística más actualizada del ... padrón municipal. Desde 2012 no se registraba un aumento tan significativo, que en este caso ha sido de 2.523 personas. Con los datos en la mano, la ciudad resulta atractiva porque mientras en otras el número de residentes cae, aquí crece.
¿Por qué? ¿En qué barrios? ¿Con qué tipo de población? Son preguntas que surgen a primera vista y que se pueden responder a través de los datos provisionales de la Unidad de Padrón. Vitoria sigue acaparando más de tres cuartas partes de los habitantes del territorio y es un destino habitual de personas que abandonan los núcleos rurales de Álava, que en muchas comarcas sufren una despoblación preocupante.
Coronación, Ali, Zabalgana y Salburua son, desde el punto de vista numérico, los barrios que lideran este incremento en la capital, que cuenta con 129.388 mujeres y 123.186 hombres. Pero hay que realizar análisis diferentes en estos distritos. El que está inmerso en un proyecto de rehabilitación energética de sus viviendas –este plan conocido como SmartEnCity se irá concretando en próximos años– es el que más población ha ganado, en concreto 1.235 vecinos. Coronación suma 13.355 y se distancia de Zaramaga y San Martín como el quinto barrio más habitado.
«Los alquileres más asequibles que en otras zonas de Vitoria resultan atractivos, sobre todo para la gente que viene de fuera», reconoce a EL CORREO el presidente de la asociación vecinal Errota Zaharra, César Caño. A su juicio, «es una buena noticia porque Coronación se estaba haciendo ya muy mayor, por sus edificios y por su gente». Y en 2018 el número de nacimientos «también ha sido importante. Ahora sería bueno tener haurreskola para que los padres puedan tener a sus pequeños cerca de casa o del trabajo para intentar que se queden».
En Ali, donde también se ha registrado un aumento de 1.154 residentes, la causa hay que buscarla en un cambio en la división de los barrios, que también ha podido afectar, en sentido negativo, a Sansomendi (-1.127). Lo explica, desde la asociación de vecinos de este último distrito, Julio Baceiredo. «Nuestro colectivo solicitó una nueva fragmentación para fijar límites más acordes a lo que siempre hemos considerado como Sansomendi», detalla. Y la consecuencia directa es que «edificios como los de la calle Bremen» que antes formaban parte de Sansomendi ahora «seguro que pertenecerán a Ali», añade. De lo contrario no se entendería que este barrio próximo a la fábrica de Mercedes pase de 968 vecinos a 2.122. «Es evidente de Ali es ya mucho más de lo siempre hemos conocido como el pueblo», dice Baceiredo.
Y Zabalgana, por su parte, mantiene su línea de crecimiento, sobre todo con población joven que está contribuyendo a que este barrio esté cada vez más al acecho de Lakua-Arriaga hasta el punto de que a lo largo de 2019 podría superarle como el más habitado de Vitoria. En 2018 ganó 799 residentes, mientras que Salburua también suma y sigue, con 426 más que hace un año.
Son distritos jóvenes en una ciudad que va envejeciendo. De hecho, mientras la cifra de niños hasta los 9 años es menor a 1 de enero de 2019 que en el ejercicio precedente –274 vitorianos menos en esa franja–, el número de mayores de 66 años crece y la capital alavesa tiene 1.197 personas más con esa edad de la jubilación ya cumplida o rebasada.
Preocupa a las administraciones la fuga de talento que han sufrido ciudades y territorios en los últimos años como consecuencia de la crisis y el empeoramiento de las condiciones de trabajo. De hecho, hace una semana la patronal SEA-Empresas Alavesas y la Fundación Vital reunieron a 250 jóvenes –y no tanto– en la jornada 'Back to Araba. Talent Forum' para intentar recuperar a esos profesionales cualificados que habían hecho las maletas por falta de oportunidades. «Necesitamos incorporar jóvenes a los proyectos del territorio», fue el mensaje que se lanzó.
Es un trabajo ingente porque en el último año Vitoria ha perdido 1.052 personas con edades entre 30 y 39 años –se suman a otros 1.220 menos del ejercicio 2017–, con lo que supone de descenso de mano de obra y talento profesional. Esta franja de edad es, junto al tramo de 0 a 9 años, la única donde hay menos habitantes que en enero de 2018.
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