«'Ane' no busca un consumo rápido, sino que interese dentro de diez años»

La película, ambientada en Vitoria, se preestrena hoy en los cines Florida y llega este viernes a las salas de cine de toda España. En esta puesta de largo, la actriz Patricia López Arnaiz (1981, Vitoria) borda el papel de una madre incansable que trabaja como vigilante de seguridad en las obras del TAV en Vitoria. Su personaje, Lide, se enfrenta a las protestas y pintadas en contra del tren de alta velocidad. Entre quienes se muestran contrarios a las obras se encuentra su propia hija, Ane, que insiste en que cambie de trabajo. Con esa presión cotidiana y esa herida abierta logra David Pérez Sañudo un drama aderezado con paisajes de intriga. Ese suspense arranca en el día en que Ane no va a dormir a casa y Lide investiga el paradero junto a su exmarido, Fernando (Mikel Losada). En ese recorrido irán descubriendo que apenas conocen a su hija de 17 años.

–¿Qué sintieron al ver la película por primera vez en el Festival de Cine de San Sebastián?

–David Pérez Sañudo: Fue una de las experiencias más extremas que he vivido nunca a nivel personal. Nunca lo personal y lo profesional habían colisionado de esa manera. Fue muy sugestiva la experiencia y tuve la sensación de que fue muy bien recibida.

– Patricia López Arnaiz: Yo, con el añadido de que era la primera vez que la veía. Siempre me pasa que me cuesta desapegarme de lo que veo y no sabría cómo definir la visión de algo tan íntimo tuyo. Pero al final me entró mucha congoja, me emocioné mucho.

– 'Ane' es más que la búsqueda de una madre de su hija que un día no va a dormir a casa. ¿Hablamos de un drama, una intriga, todo a partes iguales?

– D. P.: Creo que en esas dificultades para definir la película. Transita en un territorio delicado, que es híbrido y en la casi mezcla estilística. Creo que por eso mismo está siendo valorada por la crítica, aunque haya espectadores que quieran un posicionamiento más nítido por el 'thriller' o el drama. En líneas generales, la película es de líneas divisorias y fronteras entre géneros, entre lo exterior y lo interior, entre lo privado y lo público. El personaje de Ane tiene 17 años, a punto de ser adulta pero todavía sin serlo. Es un drama con atributos de thriller y no pierde la estructura casi detectivesca.

– Hay muchos elementos metafóricos, la película arranca con un fuego, hay grietas en una casa... ¿El reparto era consciente de todo eso?

– P. L.: De muchas cosas no. Todavía sigo aprendiendo cosas de la película escuchando a David. En la propia estructura del guion se ve una complejidad y esos juegos. Y a la hora de los ensayos te das cuenta de que hay un hilo que une las cosas como símbolos y significados. Esta poética hace que esta película dé lugar a hacer un visionado activo. También puede ser pasivo. Pero este juego es muy interesante para el público.

– ¿Todo estaba calculado?

–– D. P.: Es cierto que el director necesita proteger a los actores porque si se sitúan en el subtexto y se olvidan de lo que ocurre en la primera línea del sigficado es peligroso. Todo está premeditado, a pesar del aspecto naturalista de muchos momentos y que parezca que haya secuencias casi robadas, el guion es bastante minucioso y ha sido bastante respetado. Los rodajes siempre están muy vivos y siempre hay sorpresas que aportan los compañeros de los distintos departamentos.

– Da la impresión de que es una película contenida. No recurre a fuegos de artificio ni grandes explosiones.

– D. P.: Los principales referentes que tengo son de películas muy intimistas. Pero me gustaría pensar que hay una constante tensión en la atmósfera que hace pensar que puede pasar algo. Lo que nos diferencia de otras películas que son referentes –como 'Viaje al cuarto de una madre', 'Tres días con la familia' o 'La plaga'– es la posibilidad de acceder a un universo más relevante en lo que afecta a lo social. En la película hablamos de activismo político, de una detención... y la existencia de una posibilidad tan clara para que ocurra algo tenebroso, hace que la película oscile entre géneros.

– El personaje de la 'ama', Lide, al que da vida Patricia López, podría ser una madre coraje. Pero tiene poco de personaje idealizado.

– P. L.: La quiero con todos sus defectos. La ves haciendo el quinqui o con todas sus torpezas, pero le tienes cariño.

–D.P.: Es una persona con carisma. Igual no la soportas, pero quieres quedar con ella porque te ríes con sus chistes o lo que sea...

–P.L.: Cuando vives el viaje de ese personaje y entiendes todo lo que hace es una manera de defender su mundo lleno de dificultades, da mucho placer como actriz.

– El tema principal de la película es la incomunicación entre Lide y Ane, su hija. Pero el trasfondo son unas protestas contra el TAV en Vitoria por unas expropiaciones...

–D.P.: El tema era la incomunicación y lo íntimo estaba antes que lo contextual. Es cierto que para mí, la problemática tiene mucho más que ver con la protección del medio ambiente y el cuestionamiento de ciertos proyectos políticos. La única experiencia que he tenido con expropiaciones han sido a través de mi tía, en Ourense, una casa familiar que estuvo amenazada dos décadas con la construcción de una autopista. Dicho esto, situar en 2009 la película coincide con una época en la que yo trabajaba de periodista, y en la que se convierte en muy trágico la posibilidad de delito que Lide sospecha que puede hacer su hija Ane. A nivel climático eso le da unos ingredientes al espectador que no ocurrirían en otra ciudad. Pero no hemos querido hacer una película sobre el conflicto vasco ni mucho menos. Simplemente posicionar la película en 2009 en Euskadi hace que existan esos condicionantes. No me gusta ni siquiera mencionarlo. En el portal de cine Filmaffinity nos han etiquetado la película en el género 'terrorismo' y 'ETA' y hay quien ha dicho que es el complemento ideal a la serie 'Patria'...

– ¿Esa asociación con 'Patria' puede beneficiar en taquilla o tener un efecto positivo?

– D.P.: No lo sé. Aprendes que cuando sacas una película, no puedes controlar el efecto. La asociación viene mucho más de medios muy alejados del País Vasco que aquí.

–P.L.: Puede ser que un espectador más alejado crea que se está retratando una visión más crítica...

– Estrenan este viernes la película en cines. Recientemente, la Federación de Cines de España (FECE) hizo público que el 96% de las salas de cine de España se sitúa al borde de la quiebra.

– D.P.: Me asusta más la situación global que la nuestra en particular. Nuestra película se va a emitir en ETB y en TVE y encuentra en la televisión un sentido para llegar a cierto público. Pero el panorama asusta sobre todo si siguen los mismos criterios que ha habido en las últimas décadas según los que se deja todo a merced del libre comercio y eso hace que el dueño de una gran superficie prefiera montar una tienda de una marca conocida a un cine. No es el mismo valor añadido a una ciudad. En la crisis de 2008 se cerraron más de 600 salas y hay ciudades muy mermadas. Creo que necesitan de protección política para que no se seduzca demasiado rápido a los dueños de unos cines y monte en su lugar una tienda de ropa o un local de comida rápida.

– ¿Ha funcionado este primer gran proyecto de Sañudo y al mismo tiempo el debut López Arnaiz como protagonista en la gran pantalla?

– P.L.: Cuando vas a presentar películas, hay veces en la que te sientes con más derecho o menos a hablar de ella. En este caso me siento parte del gen.

– D.P.: Mi ego está supertranquilo por estar en el Zinemaldi y en el festival de Varsovia. Por su esencia, 'Ane' no busca el consumo rápido, sino que dentro de diez años siga interesando a gente. Creo que es una película de largo plazo, como lo son nuestros referentes. Yo sigo viendo 'Tres días en familia' del año 2009 y la seguiré visualizando.

– 'Errementari', 'Vitoria. 3 de marzo', 'La pequeña Suiza'... Ahora 'Ane', que se estrena al mismo tiempo que a Sitges llegan 'Baby' (Bajo Ulloa) y el corto 'Dar-Dar' (Paul Urkijo). ¿Hay talento de sobra en Álava?

– D.P.: Sí, creo que es como ese niño que está al fondo de la clase durante años y un día levanta la mano y te das cuenta que tiene mucho que aportar. El cine alavés ha estado olvidado y es muy importante apoyarnos entre nosotros.

– P.L.: Yo creo que también nos hacemos poco autobombo porque luego sales a trabajar a otras ciudades y siempre te encuentras a gente de Vitoria en los equipos. Siempre me sorprendo.

– D.P.: Siento que hay un interés por lo que se hace…

– P.L.: Sí, y va 'in crescendo'. También ha habido otros momentos de auge, como en los noventa con 'Airbag'.

– 'Ane' se hizo hace unas semanas con el Premio Irizar al Cine Vasco en San Sebastián. En el palmarés de años anteriores se hicieron con ese reconocimiento 'Handia' y 'La trinchera infinita'.

– D.P.: Por eso digo que mi ego está tranquilo. Yo mencioné a los que considero los padres del cortometraje vasco reciente al recoger el premio en nombre de todo el equipo. Recibí mensajes de Asier Altuna, Jon Garaño… Me pareció muy bonito que me escribiera gente a la que no conozco de nada y admiro. Son cosas que no sé si van a volver a ocurrir.

– P.L.: Yo estaba convencida de que estábamos haciendo algo muy bonito mientras hacíamos la película. Pero luego no sabes qué va a pasar con ella.