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silvia osorio
Jueves, 5 de noviembre 2020, 13:16
El virus sigue indomable en Euskadi. El Departamento Vasco de Salud ha notificado este jueves otros 1.461 contagios de Covid-19 en las últimas 24 horas, cifras muy elevadas que hacen que la situación siga siendo muy crítica en la comunidad y que ha abocado al Ejecutivo de Urkullu, que esta tarde reúne al LABI -siglas en euskera del Plan de Protección Civil de Euskadi-, a preparar un nuevo paquete de restricciones con el objetivo de tratar de contener el avance de la enfermedad sin recurrir al confinamiento domiciliario.
Pero el cerrojazo total es una medida que está sobre la mesa y que se aplicará si las restricciones actuales no funcionan. Hoy se cumplen 10 días desde la entrada en vigor del cierre perimetral del País Vasco, con medidas más severas que otras autonomías como la prohibición de la libre circulación entre municipios, además de no poder entrar ni salir de los límites territoriales si no es por causa justificada y el toque de queda desde las 23.00 horas hasta las 06.00 horas. Un periodo de tiempo que, según los expertos, aún no sería suficiente para analizar si la evolución del Covid ha podido notar alguna mejoría que invite a la esperanza de que de la curva se puede aplanar con las medidas aplicadas. Ayer mismo el Ministro de Sanidad, Salvador Illa, recordó que serán necesarias «entre dos y tres semanas».
Sin embargo, en Euskadi, cuatro días antes de que se anunciase el confinamiento parcial de la comunidad, el Gobierno vasco ya había decretado restricciones al ocio tanto para el conjunto del territorio como para las poblaciones en alerta roja -aunque en este caso quedaron derogadas por el último decreto del lehendakari-. De eso han pasado 13 días y, por el momento, el patógeno no afloja. De hecho, sigue arrojando cifras de récord, muy alarmantes. En esta ocasión, Euskadi se queda a solo 41 contagios de la cumbre epidémica alcanzada el pasado viernes con 1.502. Y lo que es más peligroso: ayer, según el informe, se realizaron 14.668 pruebas, entre PCRs y test de antígenos, y la tasa de positividad fue del 10%, el nivel más alto alcanzando en esta segunda ola. Cabe recordar que ya son tres jornadas seguidas por encima del 9%, unos números muy alejados de la barrera del 5%, un umbral que los expertos consideran aceptable porque significa que la transmisión está localizada en zonas concretas y, por tanto, al virus se le puede controlar.
Por territorios, Bizkaia suma 621 (2 menos), Álava 152 (11 menos) y Gipuzka 671 (41 más). La provincia vecina es la más castigada y arroja desde hace días una tasa de más de mil casos por cada 100.000 habitantes en las últimas dos semanas. En Bizkaia, con una tasa de 649,95 casos, aumentan las localidades de más de 5.000 habitantes en alerta roja por presentar un alto riesgo de contagio para su población. Ya son un total de 25, dos más que ayer. El semáforo vasco del Covid vuelve a marcar con el máximo nivel de alerta a Leioa y Arrigorriaga, que se habían salido de la lista de municipios especialmente azotados en esta fase de la pandemia. Por su parte, Álava, donde la situación también se agrava, tanto la provincia como Vitoria encienden la luz roja.
Una segunda acometida del virus que continúa empeorando las cosas en el ámbito asistencial, que es uno de los principales focos de atención para valorar la evolución de la enfermedad. La presión hospitalaria sigue siendo alta y así se prevé que sea durante las próximas semanas, tal y como advirtió ayer la consejera de Salud, Gotzone Sagardui. Los números avalan esta tesis. Aunque no son tan elevados como en la primera oleada, han crecido de manera exponencial en las últimas semanas y su repercusión en el sistema sanitario se prolongará más en el tiempo, a pesar de que la curva logre contenerse. El impacto en los hospitales es más tardío, ya que los síntomas graves en un enfermo Covid no aparecen hasta pasados cinco días de contraer la infección y el periodo de incubación puede ser de hasta 14.
Ayer, otros 76 ingresos en los hospitales vascos. Esto hace que la ocupación total sea de 573 pacientes hospitalizados: 462 en planta y 111 en la UCI. Según el informe, son un total de 4 críticos más que el día anterior. Unos números que se miran con absoluta preocupación y que ya ha obligado a Osakidetza a activar el Escenario 2 del Plan de Contingencia de UCIs. Euskadi tiene abiertas en estos momentos 280 camas en estas áreas para poder atender a los pacientes más graves del SARS-CoV-2, así como a los que llegan por otras patologías. En cuanto habilite seis plazas más entrará en el nivel 3 de los cinco previstos, el más extremo con 620 camas.
Cambiar de nivel supondrá, tal y como indicó ayer Sagardui, «tomar decisiones respecto a la actividad asistencial». La atención sanitaria estará garantizada, pero se reduciría parte de la actividad ordinaria, desprogramando algunas de las acciones no urgentes que día a día se realizan en los hospitales. Entre ellas pueden estar consultas con especialistas, pruebas diagnósticas, endoscopias o cirugías.
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