El Ayuntamiento de Vitoria insiste en recaudar 700.000 euros por Florida 28 pese a estar judicializado

Pero al atasco en el que permanece esta operación tiene visos de ir a más. Descendientes de la propietaria, ya fallecida, han demandado al Ayuntamiento al considerar que «ha incumplido» con las condiciones que ésta fijó para donar esta propiedad ubicada en pleno Ensanche. ¿Cómo empezó todo? La desaparecida dueña del edificio, Eulalia Virgina Sáenz de Ormijana Martínez, cedió su titularidad a la Iglesia en 1978 a cambio de que se oficiaran 108 misas anuales por su alma y la de su marido. El Ayuntamiento pasó a ser su dueño al absorber el antiguo Hospicio y asegura que la deuda espiritual se saldó.

No es eso lo que opinaba un inquilino del bloque, que mantenía una renta antigua que expiró en 2022, cuando comenzó esta particular batalla. Por un lado, el Registro de la Propiedad concede la titularidad al Consistorio, aunque en el Obispado de Vitoria «no consta» la celebración de las citadas misas, al menos en la capital alavesa. El caso acabó en el juzgado.

Ahora se ha sumado la demanda de los parientes de la propietaria. Acusan al Ayuntamiento de no cumplir con las condiciones de la herencia; destinar el bloque a fines sociales y sufragar esas 108 misas al año.

«El heredero de la Sra. Sáenz de Ormijana (el Hospicio primero y el Ayuntamiento después) ha incumplido de forma flagrante con la condición impuesta en el testamento de la finada, que debería ser objeto de puntual observancia cada año, amén de haber dejado que el edificio recibido en herencia se arruinara», recoge la demanda, a la que ha tenido acceso este periódico. Apunta que «el edificio donado al Hospicio jamás fue utilizado al fin previsto por su benefactora». Por ello reclama que se declare «radicalmente nula» la propiedad del Consistorio sobre el bloque.

La demanda también señala que «adicionalmente al abandono espiritual del bien recibido en herencia se ha producido un abandono material del edificio hasta que, en la actualidad, se encuentra en un estado deplorable y ruinógeno». A ese respecto, una inspección de Sanidad lanzó la voz de alarma este año al tildar el inmueble de «refugio de palomas». El Ayuntamiento aseguró al respecto que el expediente quedó «archivado».