Ertzainas custodian al ahora condenado, de gris, de camino al registro del piso donde ocurrieron los hechos. Igor Martín

Violencia de género

Confirman los 20 años de cárcel al salafista que pegó y violó a su mujer en Vitoria por irse con otro

El Tribunal Supremo agota los recursos de este vecino de Vitoria, preso desde 2021, y que obligó a su víctima a contar que le habían robado la bicicleta

Domingo, 10 de noviembre 2024, 00:20

El Tribunal Supremo ha dado carpetazo a la estrategia de recursos presentada por un destacado miembro de una mezquita salafista de Vitoria para eludir, o limitar, el castigo penal por maniatar, pegar, insultar, violar y amenazar a la madre de sus hijos. Con ... esta sentencia, la Justicia ya ha dado tres veces la razón a la víctima, que sufrió un auténtico calvario en el piso que compartía con su pareja sentimental durante más de una década.

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Hace ahora doce meses, la Audiencia Provincial de Álava le condenó a un global de 20 años y cinco meses por seis delitos diferentes. Semanas después, el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV) ratificó ese primer fallo punto por punto tras la apelación de este hombre. Ahora, el Supremo pone la puntilla. Cabe recordar que este ya condenado en firme por «maltrato psíquico, vejaciones leves, lesiones, detención ilegal, amenazas y agresión sexual» permanece en prisión desde el 14 de septiembre de 2021.

La pesadilla de su víctima arrancó un par de días antes, cuando su aún marido regresó de unas vacaciones con sus hijos en común antes de lo previsto al enterarse de que ella, que quería separarse tras más de una década de tormentoso vínculo, «mantenía una relación sentimental con otro hombre». Dejó a los menores con una familiar, se afeitó su poblada barba –era el encargado de leer las 'jutbas' (sermones) en su comunidad religiosa– y la esperó en su domicilio en común con un cuchillo.

El volumen de la tele a tope

Cuando ella llegó, le «golpeó la cara contra el suelo y la pared», le ató a una silla y subió el volumen de la televisión para evitar que los vecinos oyeran sus gritos. También la violó hasta en tres ocasiones diferentes.

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Entre las exigencias para detener su martirio le exigió que cambiara de número de teléfono y que se vistiera de manera más recatada. La víctima accedió como única forma de acabar con tanto castigo, que se prolongó hasta el amanecer. Este hombre, de 40 años en la actualidad, limpió el piso con agua y lejía. Metió a la lavadora todas las prendas manchadas con la sangre de su pareja.

Meticuloso

Limpió el piso con agua y lejía para no dejar evidencias

Por la mañana, le obligó a presentarse en Urgencias del hospital Txagorritxu y alegar que «unos desconocidos la habían agredido cuando intentaron quitarle la bicicleta». Así lo hizo. La falsa coartada se vino abajo cuando una amiga de esta joven convertida al Islam le animó a denunciar. Fue detenido por la Ertzaintza y la Justicia entró en juego.

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En su último recurso, la defensa alegó que se había dado demasiada relevancia a la víctima, obviando un parte médico que evidenció su martirio durante horas. La víctima tardó «152 días» en sanar. En la actualidad continúa en seguimiento psicológico.

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