Tapia, Zupiria y González: «Si se sella el acuerdo en Tubacex, sería una extraordinaria noticia»

La solución al conflicto «ha de llegar por la vía del acuerdo» porque, ha añadido González, «para preservar en el futuro la actividad de la empresa y los puestos de trabajo -en las plantas de Llodio y Amurrio- es necesario este acuerdo». Y en los útimos meses las desavenencias entre las partes han sido manifiestas, a raíz del expediente de regulación de empleo (ERE) que supuso inicialmente el despido de 129 trabajadores. El Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV) lo consideró nulo y obligó a la compañía a readmitir a este personal, pero Tubacex decidió recurrir al Supremo.

El comité inició una huelga en febrero en respuesta al ERE de extinción «y desde ese momento las instituciones, también el Gobierno vasco, hemos señalado el diálogo como la fórmula para llegar a un acuerdo», ha asegurado el portavoz del Ejecutivo, Bingen Zupiria. Al igual que González, espera que ese acuerdo «sea efectivo» en próximas fechas porque sería la mejor noticia para «los trabajadores, para la actividad industrial de las empresas y de la comarca del Valle de Ayala y para el conjunto de Álava y Euskadi».

La consejera de Desarrollo Económico, Arantxa Tapia se ha manifestado en el mismo sentido, «Desde luego, es una gran noticia. Siete meses con la empresa parada, creo que no desea ni la propia empresa ni los trabajadores ni trabajadoras, y espero y confío en que este principio de acuerdo nos permita llegar a una situación mejor y que la empresa vuelva a empezar su actividad cuanto antes», explicó en un encuentro sobre economía y empleo en el País vasco. El departamento de Tapia ha mantenido contactos con la empresa a lo largo del conflicto para intentar reconducir la situación, pero tanto la consejera como el resto de representantes institucionales han insistido en que el acuerdo debía llegar a través de un acuerdo entre dirección y sindicatos.

También ha optado por la prudencia el presidente de SEA Empresas Alavesas, Pascal Gómez, porque «después de más de siete meses de conflicto hay que dejar trabajar a las partes, como así lo están haciendo, para lograr un acuerdo que sería positivo para Tubacex, los trabajadores y el tejido empresarial».