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Tres reclusas de Zaballa, dos en régimen de semilibertad, han visto visiblemente incrementadas sus condenas tras un fallo emitido por la Audiencia Provincial de Álava. Esta instancia judicial las considera responsables de un delito conjunto de «agresión sexual con penetración» y de otro de robo ... sobre otra compañera del módulo 10. En total ha dictaminado 12 años y medio más a la sombra para cada una de ellas.
Hace pocas semanas, este trío se sentó en el banquillo de los acusados por haber acorralado en la peluquería de la cárcel alavesa a otra interna. Según la Fiscalía, la inmovilizaron, la desvistieron de cintura para abajo y le exploraron su vagina en busca de una droga que realmente no guardaba en esa parte de su cuerpo. Las señaladas, todas calificadas de toxicómanas y con profusos historiales, optaron por guardar silencio durante la vista oral.
Los hechos ocurrieron hace casi dos años, el 16 de julio de 2019. En las horas siguientes, la agredida relató a funcionarios, personal sanitario y ertzainas su pesadilla. Todos la dieron credibilidad y así lo ratificaron durante el juicio. La agredida no pudo.
Se quitó la vida hace 4 meses en la prisión aragonesa de Zuera, donde fue trasladada para seguir con su condena por asesinar a su hija de siete años tiempo atrás. Pero sí llegó a testificar en fase de investigación, en octubre de 2019. Aquella declaración jurada en el Juzgado de Instrucción 1 quedó grabada y ha resultado clave en el dictamen de los magistrados García Romo, Cabero y Zulueta. También una grabación interna del penal alavés en la que se ve cómo las sospechosas van entrando a la peluquería tras la víctima. Y cómo salen una por una minutos más tarde.
«Es claro que medió intimidación. El hecho de ser acorralada en el local y ser sujetada por las tres acusadas sin poder defenderse, teniendo que soportar que la metieran los dedos en sus partes íntimas sin desearlo, no cabe duda de que vulnera la libertad sexual de una persona, con independencia del ánimo que perseguían las agresoras», remacha el fallo judicial, de 36 páginas.
Meses atrás a los hechos juzgados en la Audiencia Provincial de Álava, la víctima fue pillada una vez por el personal de Zaballa intentando introducir droga intramuros.
Este dictamen no es firme. Ayer, miércoles, acabaron de cursarse los recursos de las defensas. El primero en exigir una revisión al Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV) fue el veterano letrado Josu Samaniego. «Tengo esperanza en que la Justicia triunfe sobre el culto al muerto», indicó a este periódico.
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