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La Audiencia Provincial de Álava ha condenado a cuatro años de prisión a un vecino de Vitoria, de 33 años, por abusar sexualmente de la que era su casera cuando se encontraba inconsciente tras una noche de fiesta. Aunque a la mañana siguiente la víctima ... no recordaba nada, varios detalles –como no tener las bragas puestas– le llevaron a sospechar de este hombre y a presentar denuncia.
Casi dos años después de aquellos hechos, la máxima instancia judicial local ha dado validez legal a la versión de esta mujer. Cabe recordar que el ahora sentenciado adujo en el juicio –celebrado hace un mes– que se trató de «sexo consentido». Es más, aseguró que incluso hablaron de «hacer un trío» con su entonces novia, quien descansaba en una habitación contigua. El juez Jesús Poncela, ponente del fallo, no la otorga credibilidad porque «no podemos ignorar que por entonces eran pareja y ahora mantienen una amistad estrecha». De hecho, antes de que arrancara la vista oral ambos se fundieron en un abrazo.
Sí tiene muy en cuenta las declaraciones de un amigo de la casera que también estuvo en la casa aquella noche después de consumir alcohol en un bar de la capital alavesa. Este chico confirmó que la víctima se hallaba tan afectada por el alcohol que incluso «vomitó». La dejó en su habitación para que descansara y se fue.
«No es ilógico, absurdo o inverosímil el hecho de que se emborrachara hasta el punto de caer en un sopor que le privó de recuerdos», se ataja en otro punto de la sentencia, a la que ha tenido acceso EL CORREO. La tarde siguiente a los hechos, esta mujer se sometió a una prueba de alcoholemia. Dio una tasa en sangre de «0,57 gramos por litro». Habían pasado «unas catorce horas desde su última ingesta de alcohol» lo que demuestra que «su tasa sería muy elevada en el momento de los hechos», como así explicó la víctima, que aún sigue en tratamiento.
Hay otros indicios que llevan a la Audiencia a condenar al procesado. La mañana siguiente, víctima y encausado cruzaron varios mensajes de whatsapp. Ella para «recabar información» sobre lo sucedido. Y él, en cambio, para que guardara silencio. Lo justificó debido a que «entonces tenía novia y no quería que sus amigos supieran que teníamos lo que podríamos llamar una relación abierta».
El fallo judicial ahonda en que este hombre se aprovechó de su entonces casera. «El estado de letargo de la denunciante habría puesto de manifiesto para el acusado y para cualquiera que no se encontraba en condiciones de consentir una penetración vaginal».
Por eso tampoco tiene en cuenta la estrategia de la defensa. La letrada del imputado insinuó durante el juicio desarrollado en el Palacio de Justicia de la Avenida de Gasteiz que la denuncia «tuviera como finalidad poner fin anticipadamente al arriendo».
El abuso sexual se castiga con una horquilla de cuatro a diez años. En esta ocasión, la Audiencia aplica el mínimo legal porque este hombre también se hallaba afectado por el consumo excesivo de alcohol.
Le condena a indemnizar con 8.000 euros a su víctima. Tampoco podrá acercarse a ella en los próximos siete años. Y por último rechaza la petición de la Fiscalía de expulsarle del país –es argentino– al no superarse el lustro de pena. Contra este dictamen cabe recurso al Tribunal Superior de Justicia del País Vasco.
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