La comunidad musulmana tendrá este año su primer cementerio en El Salvador

La intervención contempla una serie de trabajos para acondicionar el terreno designado para el camposanto. Para ello se dividirá en tres parcelas mediante la creación de caminos pavimentados mediante aglomerado para garantizar su durabilidad. En las tres subparcelas resultantes, destinadas a los enterramientos, se diferenciará una zona destinada a la sepultura de menores de edad, con capacidad para quince, y las otras dos albergarán sepulturas de personas adultas. Concretamente, habrá espacio para 72. Además, para dotar al terreno de cierta intimidad, se procederá a la creación de un seto de 2 metros de altura, complementado con arbolado y plantaciones en su base.

El proyecto para construir un 'mkbara' o cementerio árabe adaptado a los ritos de estos fieles en la capital alavesa se remonta ya a hace dos décadas, recuerdan desde la populosa comunidad musulmana asentada en Vitoria -suma unos 6.000 vecinos, según las asociaciones-. «Llevamos solicitándolo ya veinte años por parte de varias entidades», transmite Ahmed Zannouti, al frente de la comunidad Mezquita Annour de Vitoria, quien aplaude que el nuevo espacio vaya a ponerse en marcha este año. Según explica, al carecer Vitoria de un cementerio de este tipo su comunidad lleva años enterrando a sus fallecidos en comunidades limítrofes como «Burgos, La Rioja o Navarra».

El único camposanto de Euskadi para los fieles de ese credo está en Bilbao (se abrió en 2008 dentro de la necrópolis cristiana ya existente), pero solo es para vecinos empadronados en esa ciudad. Ahora, después de «muchos años» de espera, «hay voluntad desde el gobierno local para que esto se solucione cuanto antes», señala Zannouti. El confinamiento por la crisis sanitaria, recuerda el portavoz, conllevó el cierre de fronteras entre España y Marruecos, «y hasta la fecha de hoy nuestros fallecidos por Covid no se han podido trasladar al país de origen».

Los primeros pasos sobre este proyecto en la capital alavesa se remontan a finales de los noventa. En 1998, el Ayuntamiento (entonces con José Ángel Cuerda como regidor) destinó mil metros cuadrados en El Salvador para este fin, aunque no se avanzó más. El asunto se retomó en 2004, durante la etapa de Alfonso Alonso en la Alcaldía. Hasta entonces, no se había podido poner en marcha el camposanto al carecer de una legislación específica. La iniciativa partió entonces del grupo municipal del PNV, que recogió la demanda de la comunidad islámica local de poseer un área específica en El Salvador.

El Gobierno vasco acababa de aprobar el nuevo reglamento de sanidad mortuoria que eliminaba ciertas trabas sanitarias y medioambientales para la creación del camposanto. Todos los partidos, salvo el entonces gobernante PP, apoyaron la idea. Así se reflejó en un pleno municipal a finales de 2004, donde la oposición instó a construir en Vitoria el primer camposanto de estas características. Sin embargo, tampoco obtuvo frutos.

Tras otro paréntesis de varios años sin avances en el proyecto para construir una necrópolis islámica en Vitoria, la iniciativa se ha incluido en las cuentas del Gabinete Urtaran para el 2021. En concreto hay consignados 120.000 euros para el cementerio en sí y 30.000 para la compra de maquinaria, según el desglose de partidas que figura en el presupuesto del departamento municipal de Espacio Público.

El titular del área, el concejal jeltzale Raimundo Ruiz de Escudero, recordó en una comisión municipal que el complejo se le prometió al colectivo hace muchos años, y es «más que razonable que hay que darles una respuesta a estos vecinos». Esta comunidad «va a ser atendida igual que el resto de vitorianos, con las mismas normas», agregó.