Así se compran verduras ecológicas en el vending de Abetxuko

Entre los objetivos está «promocionar la venta directa» de estos productos, como indican desde el departamento municipal de Promoción Económica, que recuerda que la adquisición de esta taquilla se enmarca en uno de los proyectos financiados por los fondos europeos Next. Con un total de once compartimentos individuales y aislados, que evitan la despresurización y contaminación, este equipo se ha colocado a la entrada del centro de empresas, junto a la carretera A-3601, en Abetxuko. Cada compartimento, con inyección de temperatura individual, tiene una capacidad para dos bolsas o cajas de alimentos. Con un motor por cada cuatro compartimentos, lo que evita bajadas de temperatura, es un módulo estanco, resistente a la intemperie y al vandalismo. El equipamiento tiene una pantalla de 10,1 pulgadas, ordenador, cuadro eléctrico y escáner QR.

¿Cómo funciona? Lo primero es realizar el encargo con las hortalizas que se quieran adquirir. Tanto para entregas en finca (los miércoles de 10.30 a 13.30) como para recoger el pedido en la consigna, hay que hacer los pedidos a través de Whatsapp al 600 210 833. Este número envía semanalmente a una lista de difusión el surtido de productos disponibles (dependiendo de la temporada) y sus precios. Lechuga, brócoli, puerro, cebolleta, acelga, nabo, calabacín, remolacha, zanahoria, albahaca... Son algunos de los que se suelen vender. También de forma embotada (tomate frito, alubia pinta, crema de calabacín, alubia blanca). Todo con sello ecológico certificado y de kilómetro cero.

Una vez realizado el pedido, se remite al comprador un mensaje con el importe a pagar, que deberá abonarse a través de Bizum. Con el pago ya completado, se enviará al móvil del comprador un código QR. Con ello se acude al taquillero, allí se escanea el código en la pantalla y de forma automática se abre uno de los compartimentos y se recogen las bolsas. Si por algún motivo el taquillero no se abre con el código QR, también se proporciona un código numérico que se introduce manualmente en la pantalla y con el que también se abrirá el compartimento. Con eso, tan solo hay que recoger el pedido y cerrar la puerta de la taquilla.

La colocación de la consigna refrigerada facilita la compra de estos productos a aquellas personas que no pueden acudir a por sus encargos en las fechas y horario en los que se abre el mercado. El equipamiento es la última novedad que ha incorporado este centro de empresas agroecológicas municipal. Basaldea se puso en funcionamiento en el 2013 y «constituye una de las herramientas del Departamento de Promoción Económica, Empleo, Comercio y Turismo del Ayuntamiento de Vitoria para el cumplimiento de su objetivo general de apoyo y fomento al desarrollo económico local». Persigue «fomentar el emprendimiento en el sector agroecológico mediante la cesión de terrenos a personas emprendedoras, así como equipamientos e infraestructuras comunes para el desarrollo de actividades del primer sector, de manera ecológica».

Basaldea tiene otras novedades en su horizonte. El pasado mes de marzo el Ayuntamiento lanzó un concurso público -el procedimiento aún no está cerrado-, para contratar la ejecución de las obras de construcción de un almacén agrícola en el centro de empresas. Con unas dimensiones de 15,55 por 8,75 metros, planta rectangular y cubierta a dos aguas, el edificio se destinará a almacén para guardar aperos. La incorporación va a suponer una «mejora de las instalaciones» y «la contribución a la creación del nodo productivo y comercial» de Basaldea como «espacio de referencia para la producción y venta directa de productos hortícolas, sanos y sostenibles».

De las once parcelas que componen el semillero, ubicado al norte de Vitoria, junto al Zadorra, actualmente hay cinco ocupadas por empresas. Este espacio para 'ecoagricultores' cambió el pasado curso su reglamento, lo que ha generado un «mayor interés» más solicitudes de emprendedores, según trasladan desde el Consistorio. La nueva normativa precisamente flexibiliza algunos de los requisitos con el fin de llenar todos los terrenos disponibles.