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El acuerdo cerrado a mediados de este mes entre Embraer y Aernnova, por el que esta segunda toma el control de las dos plantas de Évora (Portugal), ha generado preocupación entre los trabajadores de la factoría alavesa, en Berantevilla. «Pedimos al Gobierno vasco que esté ... atento a esta operación y garantice la viabilidad y el futuro de las plantas en Euskadi», apuntan desde CC OO.
El sindicato mayoritario en la planta teme que este movimiento «suponga que las nuevas cargas de trabajo que se puedan conseguir se fabriquen en Portugal, suponiendo la práctica desaparición de la fabricación de aeroestructuras en el territorio», argumentan.
La preocupación de la plantilla se fija en el futuro más próximo. El «40%» de los empleados se emplea en la cadena de construcción del Airbus A220 y otro 30% en el A300, un Beluga. «En ambos casos hay trabajo para tres o cuatro años, pero no hay más proyectos diseñados de cara al futuro», advierten desde el sindicato, inquietos con el acuerdo.
Desde Comisiones Obreras censuran, además, el contexto en el que se produce este contrato. «La planta de montaje acaba de sufrir un ERE con 82 despidos. Desde 2013 ha sufrido una pérdida de empleo continuada, pasando de 612 trabajadores a los 370 de la actualidad», escenifican, temiendo que este movimiento pueda agudizar en esa caída.
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