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Cada año llegan a la Tierra unas 100 toneladas de material venido del espacio y cerca de 100 meteoritos. Si se tiene en cuenta que la mayoría acaba en el mar o que aterriza en zonas donde la vegetación y el desgaste climatológico dificultan su localización, que el Museo de Ciencias Naturales vaya a atesorar más de un centenar de los 70.000 asteroides que hay identificados en todo el planeta es sin duda una oportunidad única. Así de vasta es la exposición 'Meteoritos'. Una muestra con la que, a las piezas que ya atesora la Diputación en la Torre de Doña Ochand,a se suma ahora la mayor colección privada de asteroides, la recolectada por el 'cazameteoritos' leonés José Vicente Casado en sus expediciones por el desierto de Atacama y el noroeste africano.
«Una muestra excepcional», destacó ayer la diputada foral de Cultura, Ana del Val. Y es que «habría que recorrer un buen número de museos de Europa para ver un conjunto tan significativo, en el que se ha representado la gran mayoría de tipologías conocidas». Entre ellos, se encuentran ejemplares venidos en su mayoría del cinturón de asteroides, pero también llegados de rebote desde lugares tan fascinantes como Marte, Vesta (uno de los satélites del planeta rojo) o la Luna.
Entre los muros de la torre medieval se podrá encontrar así, por ejemplo, el asteroide más grande que hoy se puede visitar en todo el país. Se trata de 'Campo del Cielo', un meteorito que aterrizó en el norte de Argentina hace 4.800 años durante una intensa lluvia de estrellas. «A efectos geológicos es como si hubiera caído antes de ayer», apostilló Casado. De las 70 toneladas que pudo llegar a pesar antes de entrar en contacto con la atmósfera terrestre, los alaveses podrán este año disfrutar de tocar con sus dedos esos 600 kilos de puro hierro y níquel.
José Vicente Casado compartió 'in situ' todo el periplo que le supuso hacerse con esta pieza tan singular y única. «La compré en Tucson. Los propietarios de un parque temático me llegaron a ofrecer 5.000 euros más que por el precio que la adquirí y rechacé la oferta», compartió el experimentado 'cazameteoritos' que consiguió hasta despertar la emoción en el rostro de la diputada foral a la que evocó la primera vez que ella presenció las lágrimas de San Lorenzo durante un viaje a Egipto.
La colección la completan también algunos útiles prehistóricos hechos a base de material meteorítico o incluso una daga funeraria egipcia realizada con hierro venido del espacio. No en vano, la relación entre humanos y estas rocas ha estado presente desde bien antiguo, hasta el punto de provocar la locura de famosos emperadores romanos como Heliogábalo «o incluso iniciar una guerra», recordó Casado.
Contenido. Más de un centenar de meteoritos propiedad de José Vicente Casado, una de las colecciones privadas más grandes de España.
Fecha. La muestra estará un año en Doña Ochanda.
Y, precisamente, para despertar la llama de futuras vocaciones geológicas y astronómicas la Diputación obsequiará a los que acudan a la exposición con un gramo de ese enorme meteorito. Tan solo a cambio de hacerse «por el precio de pintxo-pote» con un ejemplar del catálogo completo de la exposición, aseguró el director del museo, Jesús Alonso.
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