Mucho más que lecturas compartidas

Seguro que le ha pasado en más de una ocasión. Ha leído una novela, un ensayo, un cómic... y lo ha recomendado hasta la saciedad porque ha sentido una necesidad de hablar más del tema que trata, los personajes o los recuerdos que le ha reavivado. Seguro también que en muchas ocasiones habrá sentido que no es correspondido y que, cuando el otro por fin ha decidido leer ese mismo título, ya no lo recuerda tan bien.

En parte, los clubes de lectura vienen a evitar ese disgusto. No es más que un grupo de personas que lee algo y se reúne a hablar de ello. En Vitoria, ese interés alcanza cotas de fenómeno. Tan solo este mes se estrenan cuatro programas de debate en torno a las letras. La librería Caso.45 arranca un programa con títulos de suspense y humor; la escritora Marisol Ortiz de Zárate modera uno de 'Literatura Universal' en el centro cívico Lakua; y dos más se suman, 'Literatura romántica' y 'Otras literaturas estadounidenses', al programa de la Casa de Cultura Ignacio Aldecoa.

Por si fuera poco. A ese boom se ha sumado última librería que ha abierto sus puertas en la capital alavesa, Eva Forest Liburutopia (Cantón de Santa María), que cuenta con un «txoko de lectores en euskera» que se celebra el segundo jueves de cada mes.

Como indica un estudio de la universidad de Nottingham, estas actividades emergieron a mediados de los años ochenta en España. ¿Rasgos comunes? La participación es «predominantemente femenina» y la media se sitúa entre 40 y 60 años. Los datos de la red de bibliotecas municipales coinciden. La media de edad de quienes acuden a sus siete clubes es 52 años y en un 70% son mujeres. En la actualidad, unas 115 personas y unas 10 familias ('Irakurketa familian') asisten a los que se imparten en los centros cívicos. La amplitud de géneros (en especial el tirón del cómic) y la variedad temática hace que se ensanche el espectro.

Letras para las miradas más inocentes, pero también para las voces de la experiencia. En Astrolibros, librería de referencia por su catálogo infantil y juvenil, llevan tiempo fomentando el gusto literario entre los más pequeños. En la actualidad se plantean retomar su especial club Juvenil. «Se realizaba hasta antes de Navidades con participantes a partir de 13 años y estamos viendo si podemos cambiar edades, ya que nos piden poder participar también con 11 y 12 años», explica Carlos Villar, uno de los responsables de las librerías. Unos seis participantes pasaban pasado por esas citas en Astrolibros.2, en Lascaray. En la otra sede de la calle Landazuri realizan mensualmente un Club de Lectura Senior, con personas mayores, la «mayoría de más de 70». «Más que hablar cada mes sobre un libro lo que hacemos es leer relatos, teatralizar cuentos entre todos los participantes... y jugar con la lectura».

«La lectura es un derecho y hay que fomentarlo». Natalia Jiménez resume de esta manera la necesida de clubes como el que conduce en el centro cívico El Pilar y en el que los libros son de lectura fácil. Es decir, están escritos de forma que los hace «más legibles y entendibles». Una docena de personas de diferente perfil, entre los que se encuentran tres personas con discapacidad cognitiva, comparten sala cada semana. «Se busca es fomentar diversidad y que nadie que tenga dificultades lectoras se quede atrás», apunta esta educadora social. Les invita a leer en voz alta. ¿El qué? Este jueves estaban con la 'Celestina', que daba pie por ejemplo a debates divertidos y curiosos sobre la alcahueta. Pero también hay títulos como 'Trampa de fuego', de Núria Martí, que se ha podido leer en el 'Club de lectura Fácil feminista' en el Palacio Echanove.

«Empezamos con un grupo de unas ocho personas que se reunía una tarde y ahora somos 50 divididos en tres días diferentes». Casi nada. El club de lectura de la librería Mara-Mara no está adscrito a un género, sino al gusto de la responsable Marta Martínez. Tampoco hay ninguna obligación –al igual que en el resto de librerías– más que avisar del interés por acudir y reservar plaza. «Si tienes el libro o te lo dejan también vale, no lo tienes que comprar necesariamente».

Fue hace cinco años cuando inició estos encuentros mensuales. El interés se disparó tras la pandemia. Tras algunos encuentros a través de Zoom y con la reapertura empezó a «crecer y crecer». El grupo tiene la particularidad de que baja la media de edad si se compara con otros clubs literarios, como los de los centros cívicos. «En su mayoría vienen mujeres y sobre todo gente joven. Es intergeneracional y aprendo mucho de ellas», afirma acerca de estos encuentros de debate. Un ejemplo de que van más allá de la ficción es que se han forjado amistades. «¡Yo misma he hecho amigas, te lo aseguro!», cuenta.

En noviembre abría una nueva librería en Vitoria, especializada en suspense y humor. Ahora, en el calendario de Caso 45, en ese mismo número de la calle Pintor Teodoro Dublang, aparece bien redondeado en rojo el 21 de febrero cuando arrancan el club del tercer miércoles de cada mes. 'Llevar en la piel', de Antonia Lassa (Luisa Etxenike), es el título que tienen que leerse esa docena de inscritos. «Es una forma de juntarse», comenta Silvia Mansilla, que se considera un «poco subversiva y cabezona». «Creo que debemos retomar lo de leer y sobre todo analizar y generar opinión, así como ser críticos en positivo», comenta. ¿Solo en positivo? «Si alguien quiere quedarse a gusto y criticar al último autor de moda que lo diga también», dice Mansilla con una sonrisa. Entre las razones del tirón de la actividad coincide en señalar que en la pandemia se pusieron «muy de moda en remoto» y muchos se han mantenido. El escritor Javier Otaola es uno de los colaboradores de esta tertulia de miércoles en una librería que ya se ha ganado a bastantes fieles. «Es una manera de socializar una acto muy solitario que es leer. Una forma de intensificar lo que ya de por sí es placentero», dice Otaloa.

'Cariño, cuánto te odio', 'Tres citas con Carter', 'La teoría del amor'. Esos son algunos de los títulos seleccionados por Marta Lobo, que estrena el jueves 29 de febrero un club en la Casa de Cultura Ignacio Aldecoa, con acceso libre y sin previa inscripción. Lobo plantea la dinámica de forma gráfica. «Se trata de hacer un poco de cotilleo del libro. No es un análisis como los del colegio, ni como los de la carrera. Esto es para pasárselo bien», destaca la vitoriana que ha autoeditado diferentes libros como 'Solo una boda más'. ¿Perfil? «Me dijeron que suelen venir personas de más de 50 años, pero también espero que venga gente joven porque lee y mucho». El planteamiento de Lobo tiene que ver con llenar un hueco. «Es un género que poca gente dice leer, pero si miramos los números es lo que más vende». Como escritora y a la vez moderadora un club se suma a una larga lista de nombres. Entre ellos, Marisol Ortiz de Zárate, Kepa Murua, Concha Murua, Álvaro Arbina y Iban Zaldua.