Un extrabajador de Mercedes tuvo el jueves, de madrugada, su particular día de furia. A bordo de una excavadora robada circuló más de 20 kilómetros por carreteras alavesas, irrumpió en el aparcamiento de automóviles recién ensamblados que la planta de automoción tiene en Júndiz, junto ... a sus instalaciones, y arremetió contra casi 70 furgonetas nuevas. Por qué lo hizo, solo él lo sabe,. La Ertzaintza lo atribuye a una venganza por algún tipo de descontento laboral, aunque hace ya cuatro años que había finalizado su vinculación laboral con la empresa automovilística. Acabó detenido tras provocar daños que, a tenor del precio de venta de las furgonetas 'premium' que la división alemana monta en Vitoria, superarían los cinco millones de euros.
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La paz nocturna se rompió en Júndiz cerca de la una de la madrugada. Minutos antes de que el reloj diera la campanada, el arrestado irrumpió a bordo de una retroexcavadora en el parking que la planta de Mercedes Benz -que emplea a cerca de 5.000 personas y es la mayor industria de Euskadi- tiene en el polígono vitoriano, junto al Centro de Transportes (CTV). Derribó la valla protectora con el voluminoso vehículo y comenzó a llevarse por delante las furgonetas que se encontraba a su paso. Algunas acabaron montadas sobre otras, o bien completamente destrozadas y también con serios desperfectos de chapa. El vigilante de seguridad, según fuentes de los trabajadores, presenció atónito el reguero de destrozos que comenzó a provocar el exempleado. Trató de detenerle y tuvo que llegar a hacer uso de su arma, disparando al aire, para intentar poner fin a la locura destructiva del después detenido.
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Pese a ello, le dio tiempo a destrozar decenas listas para estrenar que se ensamblan en la planta de Avenida de los Huetos. Algunas de ellas son del modelo eléctrico de la Clase V, la 'joya' de la factoría vitoriana y que cuestan en el mercado alrededor de 100.000 euros, y otras de la Vito también eléctrica para transportar pasajeros. En una primera estimación, los daños ocasionados pueden superar los cinco millones de euros.
El vigilante de seguridad también dio aviso a la Ertzaintza, que de inmediato hizo acto de presencia en el lugar. Detuvieron al causante del ataque, un hombre de 38 años vecino de Miranda de Ebro, que según las fuentes consultadas por EL CORREO, recientemente había sido despedido de una empresa vinculada con la construcción, ubicada en el polígono de Gojain.
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Fue en ese mismo polígono, se desconoce si en la misma empresa, donde al parecer robó la retroexcavadora. Allí, según una nota difundida por la Ertzaintza la mañana del jueves, también provocó daños en otras palas y en un turismo, rompió un arco de control de radioactividad -de un alto valor económico- y se llevó por delante las barreras y la puerta de acceso. De las instalaciones de esta compañía se dirigió por carretera, en un trayecto de cerca de 21 kilómetros, hasta el parking de Mercedes en Júndiz. En ese recorrido ocasionó asimismo destrozos en señales de tráfico y en la vía pública.
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La presencia de los agentes de la Ertzaintza sí hizo desistir al desconocido de su actitud destructiva. Fue trasladado seguidamente al hoaspital Txagorritxu a una primera valoración psicológica, antes de dirigirse a las dependencias policiales a la espera de ser puesto a disposición judicial. Está acusado de un delito de daños. La empresa alemana destacó la ausencia de daños personales.
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