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En Vitoria
Cierra el comedor de Ángel Ganivet por la aparición de larvas de una paloma muertaEl problema de salubridad ocasionado por las palomas ha cruzado una frontera en el colegio Ángel Ganivet, donde llevan años reclamando soluciones. El comedor del edificio de Educación Infantil de esta escuela pública de Vitoria ha permanecido cerrado durante dos días debido a la aparición ... de «numerosas larvas» provenientes del cadáver una paloma en descomposición que se encontraba en una zona de difícil acceso. Allí es donde comen los alumnos de entre 2 y 6 años, por lo que se tomó la drástica medida de clausurar las instalaciones hasta su limpieza.
Este hecho ha provocado el «hartazgo» de las familias. Y es que lo veían venir. «Los problemas con estas aves vienen de muchos años atrás. La seguridad y la salud del alumnado está afectada gravemente», denuncian, a la vez que exigen una «intervención urgente y eficaz». Por su parte, el Ayuntamiento de Vitoria –encargado del mantenimiento del centro– procedió a la retirada de todas las larvas y a la desinfección del espacio mientras «analiza la mejor solución». Desde el Departamento de Educación se limitan a señalar que «gran parte de los alumnos de infantil pudieron comer en el jantoki de Primaria», en referencia a los dos días afectados. Sin embargo, los progenitores temen que los episodios se repitan.
Las primeras quejas se produjeron en 2017 tras la «excesiva acumulación de excrementos en el patio del edificio de Primaria». El Ayuntamiento instaló una red que impidió la nidificación de las aves en la parte superior del frontón, pero el problema se trasladó a otro punto. Se han llegado a contabilizar «más de 15 nidos» en las repisas que formar parte del patio donde juegan los chavales. «El año pasado ya se tuvo que cerrar parte de este espacio en al menos dos ocasiones como medida higiénico-sanitaria».
Las familias desvinculan estos episodios con la presencia de restos de comida que dejan los menores en el suelo, como se les justificó en un primer momento. «Durante el periodo vacacional las palomas han vuelto a nidificar sin que haya alumnado, por lo que el problema no es casual», responden, advirtiendo de las consecuencias. «Los niños son propensos a ingenir accidentalmente dichos excrementos y la inhalación en forma de polvo pueden transmitir más de 40 enfermedades infecciosas graves».
Ángel Ganivet no es el único centro de Vitoria en el que conviven con esta problemática. La situación en Lakuabizkarra es similar, aunque en este caso no se ha llegado a clausurar parte de las instalaciones. Allí tampoco han funcionado las medidas que anunció el Consistorio para acabar con las palomas. «La situación del frontón no ha mejorado, todo lo contrario. Está lleno de excrementos y han aparecido cadáveres de palomas en la red que se colocó en la parte superior. Si no se soluciona nos tocará denunciar en Sanidad porque esto no se puede consentir», denuncian desde la AMPA del centro público.
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