Una «ciaboga». Así es como describen fuentes de las instituciones alavesas y bodegas ajenas a ABRA el giro que ha dado la Asociación de Bodegas de Rioja Alavesa al anunciar «un nuevo camino» en el que renuncian a impulsar nuevas denominaciones, relegando a un segundo ... plano su lucha por sacar adelante la marca Viñedos de Alava rompiendo con Rioja, que se encuentra atascada en los tribunales y con escasas probabilidades de salir adelante. La sorpresa ha sido mayúscula.
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Este giro inesperado de ABRA se ha gestado durante el verano. Fue entonces cuando, según confirman distintas fuentes a EL CORREO, surgió la idea de crear esa «marca colectiva y privada» que se anunció el miércoles y que, en ningún caso, implica un divorcio con la Denominación de Origen Calificada Rioja.
Han sido varias las reuniones que se han mantenido en las últimas semanas para llegar hasta esta nueva iniciativa, que detallarán los próximos días. La preocupante crisis de ventas y el estancamiento judicial de su causa han influido de manera definitiva en el cambio de criterio de los bodegueros alaveses 'secesionistas'.
Algunos de sus miembros creen que la «diferenciación» de Rioja Alavesa, sin concretar aún el cómo, es la mejor vía, quizá la única, para intentar que las explotaciones sean rentables y se frenen los cierres de bodegas: 96, según el recuento de ABRA, desde 2015. «Administrativamente saldrá lo que tenga que salir», insisten cuando se les pregunta por Viñedos de Álava, relegada ahora a un segundo plano.
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De esas reuniones, en las que incluso se plantearon otro tipo de distinciones, salió un manifiesto en el que se sientan las bases para lanzar algo análogo a la agrupación 'Menudas Bodegas', una suma de producciones pequeñas de Rioja que también han buscado voz y distinción propia pero dentro de la Denominación. ABRA buscar ahora lanzar una marca nueva que dé cobertura a todos los caldos de Rioja Alavesa –vengan con la etiqueta que vengan– en un evento el día 25 en Vitoria del que está al tanto el Departamento vasco de Agricultura y en el que ABRA espera un respaldo institucional a su proyecto.
Esa nueva marca alavesa, según el dossier con el que ABRA acompañó su manifiesto en Laguardia el pasado miércoles, «estará integrada en nuestras botellas para que los consumidores comprendan su valor». Es decir, que ese 'made in Álava' se intentará mostrar de alguna forma en el propio producto. La intención pasa por relacionar los caldos del territorio a aspectos como la singularidad, su sostenibilidad y el vínculo entre los productores y el terreno que se da en Rioja Alavesa. Diferenciarse pero dentro de lo permitido por los estatutos del Consejo Regulador de Rioja.
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Este cambio de ABRA se ha celebrado en La Rioja. «Viñedos de Álava era un callejón sin salida. Si ahora ABRA decide aparcar esa iniciativa y se centra en diferenciar sus vinos y en generar valor para Rioja, nos parece bien», aseguró Iñigo Torres, director general del Grupo Rioja.
Por su parte, el gerente de la Federación de Cooperativas de La Rioja, Julián García Plisson, trasladó su esperanza en que «esa apuesta por diferenciar los vinos se haga dentro de la DOC y con las herramientas legales».
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El debate del vino, en cualquier caso, sigue abierto en Álava. Sin ir más lejos, la portavoz de EH Bildu en las Juntas Generales, Eva López de Arroyabe, ha presentado una solicitud para interpelar a Ramiro González sobre la «crisis estructural» del sector y la desaparición de 96 bodegas. El diputado general deberá ofrecer una valoración sobre la situación y las actuaciones del Ejecutivo alavés en los últimos años.
También le pregunta «si tiene previsto liderar la elaboración de un plan para afrontar los problemas estructurales de la comarca y su gente» y qué va a hacer para que «los precios de la uva cubran, como mínimo, los costes de producción»
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Lo cierto es que el contexto no acompaña. El vino sufre una crisis a nivel global, con bodegas rebosantes de botellas que no terminan de encontrar salida. Mercados como Estados Unidos, Brasil o Cánada presentan una situación de sobrealmacenamiento que está hundiendo el comercio mundial. El excedente sólo en Rioja Alavesa supera los 25 millones de litros, mientras las ventas siguen en caída libre: en la primera mitad de año la comercialización de los caldos de Rioja han descendido un 5,51% con respecto a 2023, que ya fue un año débil.
Y con este panorama, «el ruido es malo», coinciden en privado bodegueros e instituciones, que creen que las grandes distribuidoras pueden aprovecharse de ello. Ayudas como la destilación o la cosecha en verde no dejan de ser «una estrategia de parches» para una crisis que muchos entienden ya como «estructural». En este contexto se aplauden fotos como las de los consejeros de Euskadi, Navarra y La Rioja reunidos para analizar la situación del sector vinícola y buscar soluciones.
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