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Una histórica lluvia de piedras acribilla Vitoria

El granizo destroza miles de coches y colapsa carreteras, sumideros y fábricas en una ráfaga inédita al menos desde 2009

Jueves, 6 de julio 2023

Una rápida y virulenta noche cerrada se cernió sobre Vitoria pasadas las 20.00 horas de este jueves. No cuadraba. Demasiado pronto para estar en pleno verano. Era una nube gigantesca de granizo que ya había ofrecido un temible anticipo en la Llanada Alavesa a media tarde, sobre las 17.00 horas, con especial incidencia en Alegría, Ozaeta y Trocóniz. Pese al aviso y la avalancha de fotografías y vídeos que circulaban por los móviles de todo el territorio, el asedio de unas diabólicas bolas de ping-pong (incluso de golf) desató la alarma en toda la ciudad en cuestión de minutos, generó daños que se prevén cuantiosos en forma de miles de coches abollados, y trajo a la memoria la espectacular granizada de hace 14 años, precisamente en julio de 2009.

Las calles sólo escuchaban una ráfaga de hielo. Se vieron engullidas por un manto blanco como en las grandes nevadas invernales, salpicado de coches con las lunas y los retrovisores agrietados, ramas destrozadas y aves muertas en las aceras. Los más valientes acudieron a sus coches para ponerlos a cubierto en un parking, trataron de recordar si cerraron las ventanas de casa, corrieron a los bares y soportales tras descubrir la dureza de los proyectiles. Fue el caso de Pedro Ochoa y su mujer, Esther. Él recibió un «bolazo» en la cabeza y corrieron a refugiarse.

Y podrá decir que casi tuvo hasta suerte. Al menos, comparado con las once personas que se presentaron en los hospitales Santiago (seis) y Txagorritxu (cinco) con heridas abiertas en la cabeza por fuertes impactos, que obligaron a aplicarles puntos de sutura para cerrarles las brechas.

Para otros, lo peor era invisible a sus ojos, al menos en ese momento. Los techos de varios edificios cedieron ante el peso y la fuerza del granizo, incluidos inmuebles robustos como el centro comercial El Boulevard. Tal fue el impacto que Mercedes, la mayor fábrica de Euskadi, tuvo que interrumpir su producción.

A menor escala, locales de bajos comerciales se anegaron y generaron importantes daños, además de problemas para salir de las tiendas, y el alcantarillado no dio abasto. «Trabajamos para hacer frente a la «fortísima tormenta y aliviar los sumideros», avanzó la alcaldesa, Maider Etxebarria. El Ayuntamiento confirmó que casi toda su red de sumideros colapsó, y que recibió numerosos avisos de garajes inundados y balsas en la vía pública. El concejal de Seguridad, Iñaki Gurtubai, anticipó que aún tardarán «horas en volver a la normalidad».

Casi en cada alcantarilla se formaba un embudo entre la montaña de hielo, las ramas de los árboles, los arbustos y sus hojas. Todo eso derivó en la creación de gélidas piscinas repartidas por toda la ciudad, que amenazaron con bloquear el tráfico en el paso subterráneo de San Antonio, el entorno de la Universidad y Mendizabala.

Fueron algo más de 15 minutos de bombardeo níveo en la capital alavesa, pero esa incertidumbre generalizada sobre los posibles daños y el estado de las personas allegadas hizo que parecieran eternos.

En la calle Cuchillería, en el corazón del Casco Viejo, un tramo tuvo que ser cortado de forma provisional para retirar cristales desprendidos de un mirador, que cedió ante el martilleo al que le sometió el granizo. Pero no fue un caso aislado. El espectacular episodio también se cobró algunas claraboyas en la 'almendra'.

El tranvía pudo seguir circulando, pero acumuló retrasos de hasta 15 minutos hasta más allá de las 21.00 horas, ya que le obligó a moderar su velocidad por la escasa visibilidad. La gran cantidad de agua acumulada en las vías obligó al metro ligero a circular más despacio por algunas zonas, explicaron desde Euskotren. Algo similar le sucedió también al BEI, que por momentos pareció flotar por un río en Jacinto Benavente, y a todo el tráfico rodado.

Imagen principal - Una histórica lluvia de piedras acribilla Vitoria
Imagen secundaria 1 - Una histórica lluvia de piedras acribilla Vitoria
Imagen secundaria 2 - Una histórica lluvia de piedras acribilla Vitoria

También se generaron incidencias por la tormenta fuera de la trama urbana, como un accidente en la A-1, en la salida de Vitoria dirección Irún, a la altura del Ruta de Europa, donde dos coches colisionaron, aunque por fortuna sin heridos. Las balsas fueron también muy importantes en los accesos de Nanclares. «Una fortísima tormenta con granizo ha caído esta tarde sobre buena parte de Araba, afectando a Vitoria y otras localidades. Mi apoyo y mi ánimo a todas las personas que se han visto afectadas», traslado el diputado general, Ramiro González.

Ante este panorama, a los alaveses enseguida les vino a la cabeza el episodio de hace ahora 14 años, que incluso llevó al Ayuntamiento a pedir la declaración de zona catastrófica al Gobierno central. Más allá del recorrido administrativo de aquella solicitud, resulta un reflejo fiel de lo que aquello supuso para miles de vitorianos, que ayer vivieron un 'déjà vu'. Las pérdidas fueron entonces multimillonarias, el tranvía tuvo que suspender su recorrido, y el Hospital Txagorritxu tuvo que reparar su cubierta, acribillada por el pedrisco.

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