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Desde galletas de jengibre a piruletas, cápsulas de café o salsas con la firma del 'enfant terrible' de los fogones Dabiz Muñoz. Las cestas de Navidad no se alimentan ya sólo de turrones, algo de embutido y esas botellas de licores que acababan arrinconadas en ... la despensa de casa. Detrás del celofán se asoman hoy delicatessen, opciones para veganos, celíacos o la creciente plantilla musulmana de las empresas alavesas y se deja cada vez más hueco para el producto local. Lo mismo se hace sitio para la sal de Añana que para un txakoli de la tierra. En torno al 35% de los empleados, según un estudio de Infojobs, disfrutan aún de este aguinaldo que resultó también corneado por la crisis pero que desde hace dos o tres años «ha remontado». Con un lavado de cara, eso sí. «En la época de bonanza te venían y te decían 'ponme lo que quieras y como quieras', y ahora se preocupan más, buscan dar calidad», retrata Iker Argaiz, gerente de Ikasle Arale Gourmet, cuya planta de Gamarra da forma cada temporada a unos 6.000 paquetes.
Antes se trataba de «aparentar» con cestas rebosantes que costaba incluso cargar en brazos aunque el aguinaldo, matiza Jesús Bartolomé desde la sección 'gourmet' de El Corte Inglés en Vitoria, se concebía como un mero trámite a «cumplir» con los trabajadores. «El cliente se llevaba el lote que entraba en su presupuesto y ya, mientras que hoy agradece poder escoger productos y calidad, ya sea con un buen aceite o un vino de Rioja, sin mirar tanto el precio», constata. Como prueba señala el éxito de los diseños «a la carta» que ofrece la gran superficie y que permiten salirse del catálogo, donde se encuentran packs navideños a partir de 19 euros para quienes no quieran o puedan dar muchas vueltas ni a la cabeza ni al bolsillo. «Cada vez somos más especiales y exigentes, y los programas de cocina en televisión como 'MasterChef' tienen mucha influencia», agrega entre los encargos que –con «mejores cifras» que en 2018, destaca– comenzarán a abandonar sus almacenes pasado este puente festivo. La mayoría se quedarán en Álava pero también viajarán a Córdoba, Valladolid o Salamanca.
Su destino se encuentra en empresas de todo tipo aunque son las medianas –de 10 a 49 trabajadores– las que mantienen sobre todo la tradición. El 46,5% de ellas frente al 31% de las grandes obsequia a sus empleados con estas cestas donde los ibéricos, el tinto crianza, el cava y los turrones brillan como «los imprescindibles». Lo dice Marian Corcuera con la experiencia de quien por estas fechas da salida a más de un millar de paquetes desde Toloño Selección. «Sólo un cliente me ha encargado cincuenta», comenta. En este local de la capital alavesa intentan «ofrecer productos nuevos», desde menestras de verdura a boletus o mermeladas, entre los 'clásicos' de las cestas de Navidad «y la gente suele ser bastante receptiva». «El gusto del consumidor ha cambiado mucho», confirma Argaiz en la planta de Gamarra que desde hace varias semanas se encuentra en ebullición. Las botellas de brandy, coñac, pacharán o whisky «prácticamente han desaparecido» de los aguinaldos y la ginebra es «la única que se mantiene» salvada por la moda del 'gintonic'. «El cava se sigue poniendo por la relación de abrir una botella con las celebraciones, pero hay una tendencia muy clara hacia el vino», observa. Junto a él, asegura, no puede faltar «el jamón en pata o loncheado».
Los paladares alaveses que aún saborean estos regalos –desde lotes de 25 euros a baúles por 1.600 en el caso de esta empresa– prefieren «más salado que dulce» y eso se traduce en paquetes cargados de envases de bonito, espárragos, anchoas... «El turrón sigue estando, es que tiene que estar porque es Navidad, pero el consumidor ya encuentra mucha variedad en el supermercado», reconoce. En Toloño Selección no han dejado a un lado por ello las tabletas de duro, blando y yema pero venden también turrón de leche de oveja latxa, miel y nueces por poner un sabroso ejemplo para evitar la rutina. En sus estanterías hay 'packs' especiales para amantes de la pasta y la cerveza, veganos, con productos ecológicos o 'made in Euskadi' para saciar todo tipo de estómagos.
Pero si hay unas cestas –o bandejas, cajas de madera, revisteros... porque el continente también es variado– que se piden cada vez más son las específicas para celíacos y, sobre todo, musulmanes. «Muchas empresas de aquí tienen árabes en sus plantillas. El año pasado preparamos varias y éste también y, aunque aún se trata de una minoría, la demanda no deja de crecer», analiza Bartolomé entre artículos 'gourmet' de El Corte Inglés. «No contienen cerdo ni alcohol y hay que tener mucho cuidado con productos como los polvorones porque llevan manteca de cerdo», detalla Argaiz. En su lugar se colocan otros dulces, infusiones, cafés, frutos secos... En la mayoría de las oficinas y las fábricas conviven empleados de toda condición y resulta inevitable que «entre tantos haya alguna queja». Nunca llueven los aguinaldos a gusto de todos. De hecho, el informe de Infojobs advierte de que el 61% de los empleados preferiría recibir otro obsequio de sus jefes, especialmente (el 59%) una remuneración extra.
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