Cerca de 15.000 alumnos vascos han escuchado el testimonio directo de víctimas del terrorismo

Jonan Fernández, secretario general de Derechos Humanos, Convivencia y Cooperación del Gobierno vasco, consideró este viernes que «una vivencia real vale más que cualquier dictado» y que esta experiencia suscita una lucha contra la incredulidad o generar un debate en las aulas «que no es pasajero». «Nosotros dejamos planteada la experiencia al alumnado para que tome sus conclusiones con respeto a los derechos humanos», comentó en el seminario Fernando Buesa que ha buscado determinar cómo se cuenta, transmite y entiende el terrorismo. Y es que aunque hace dos décadas que ETA asesinó al dirigente del PSE con su escolta, Jorge Díez, su recuerdo ha permanecido vivo durante las dos últimas jornadas a escasos metros del lugar donde le asesinaron, en el campus de la UPV de Vitoria.

«Buscamos ofrecer herramientas, referencias y experiencias educativas para construir una conciencia ética y que exista una ilicitud al terrorismo presente, pasado o futuro», comentó Fernández. Sobre Herenegun, el material pedagógico audiovisual del Gobierno vasco que se está rehaciendo para incorporar testimonios que amplíen los perfiles de víctimas y suprimir segundas lecturas, anunció que cuando se complete con las aportaciones de las asociaciones y particulares que se opusieron a su versión original se realizará en una experiencia piloto en ocho institutos vascos durante el último trimestre del presente curso académico.

En ese sentido, Raúl López Romo (responsable del área de educación del Memorial de Víctimas) apostó por trabajar en el desarrollo en un material didáctico desarrollado por historiadores con participación de pedagogos y asociaciones. A su parecer, se deberían incluir cronologías de hechos relevantes y detalles sobre las bandas terroristas, eliminando el relato que «han intentado fijar los perpetradores». ¿Y todo esto para qué? María Lozano, del comité de Dirección de Radicalization Awarness Network de la UE, sostuvo que se ayuda a «hacer frente, aprender y prosperar ante los cambios, el desafío o la adversidad frente a discursos simplistas».

«No podemos echarle azúcar a nuestro pasado», insistió López Romo. «El testimonio directo es un incómodo espejo que muchos alumnos no terminan de creerse en nuestra Arcadia feliz, pero que cuando llegan a casa cuestionan 'qué estuvisteis haciendo' a sus familias y con el ánimo de construir una sociedad mejor», reconoció Fernando Muga, profesor de Secundaria de la red pública participante del programa Adi-Adian.