Monfort, retratada esta semana en el patio de butacas del Principal. rafa gutiérrez
Marta Monfort, directora de la Red Municipal de Teatros

«El centro de Vitoria va a perder mucho con el Principal cerrado durante casi tres años»

La responsable de los teatros vitorianos reconoce que la ciudad «necesita otro gran espacio escénico como tienen Bilbao o San Sebastián»

Domingo, 30 de junio 2024, 01:41

El muelle de carga del teatro es un continuo ir y venir de operarios, cargados con los enormes paneles que componen la escenografía del musical 'El tiempo entre costuras', el último gran montaje que va a acoger el Principal antes de su reforma. Será algo ... más tarde, el 9 de agosto, con el último aplauso tras la obra 'Nunca he estado en Dublín', cuando el escenario de la calle San Prudencio cuelgue el cartel de cerrado por obras durante, al menos 30 meses. El equipo que lidera Marta Monfort se ha encargado de adaptar con calzador los pequeños teatros de los centros cívicos para que las artes escénicas no bajen el telón en Vitoria durante tanto, tanto tiempo.

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– ¿Está todo listo para esa gran mudanza?

– La tenemos perfectamente preparada desde hace tiempo. Llevamos desde diciembre de 2022 trabajando en un plan, que se ha hecho junto a la empresa madrileña Pedagogías Invisibles, especialistas en acompañar a centros culturales para este tipo de procesos y que han trabajado con instituciones como el Reina Sofía, el Prado, o el Centro Cultural Conde Duque. Cuando les contamos esto, vieron rápido que estamos ante una oportunidad.

– ¿Por qué lo ven así?

– Porque ahora podemos resignificarnos como administración, vincularnos de manera diferente con los agentes culturales, con los barrios, con los centros cívicos. Es cierto, y lo digo como autocrítica, que el resto de teatros de la red han vivido hasta ahora de espaldas a los centros cívicos...

– Quizás este tiempo sirva para descubrir el verdadero potencial de unos escenarios hasta ahora infrautilizados.

– Los equipos del Vitoria Eugenia (San Sebastián) o el Arriaga (Bilbao) siempre nos dicen que envidian a nuestros pequeños teatros, donde se pueden hacer cosas de más riesgo, dramaturgias no convencionales, residencias escénicas... Es una pena tener que prescindir a lo largo de dos años y medio de este equipamiento central (el Principal), pero desde el primer momento lo veo como un valor, como una manera de aprovechar los cuatro espacios.

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– ¿Y qué papel va a jugar cada uno de esos escenarios en estos 30 meses de obras?

– El Félix Petite va a acoger ciclos de teatro para adultos, danza contemporánea, clásica, conciertos (a excepción de los conciertos de la Banda Municipal y la Sinfónica de Euskadi, que se programarán respectivamente a Europa y el Conservatorio). En Hegoalde, en el Jesús Ibáñez de Matauko, vamos a aumentar la frecuencia, ahí vamos a programar sobre todo las propuestas en Euskera y de nuevas dramaturgias.

– ¿Cuándo empezará la nueva programación en los centros cívicos?

– Se prevé que en el mes de octubre. Lo anunciaremos en septiembre, pero será a mediados o finales de octubre

– ¿Estos espacios están preparados, están lo suficientemente bien dotados?

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– El Beñat Etxepare es el que quizás está peor equipado y el que tiene unas dimensiones menores y un aforo entre los 250 y los 300 espectadores. En el Félix Petite se hizo este año una intervención muy potente y será allí donde se va a llevar todo el material escénico del Principal. De hecho, su escenario es muy grande, no tiene inclinación y la maquinaria es moderna

– Son teatros con aforos muy limitados. El Félix Petite cuenta con 300 localidades, alrededor de un tercio que el Principal. ¿Cómo se va a suplir esta carencia? ¿Se van a programar varios pases de cada montaje?

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– Las compañías van a venir dos días. Y esto no es fácil, porque supone perder la mitad de capacidad de contratación, de presupuesto y, por tanto, de programación. Vamos a ir probando, porque tenemos curiosidad por ver cómo va a responder el público.

– ¿Teme perder a esa público más fiel del Principal?

– Existe ese miedo. A la OSE le pasa lo mismo. Estamos trabajando para que eso no ocurra, hemos preparado encuentros con el público abonado fiel. Mi intuición me dice que el público va a seguir viniendo, igual no con la frecuencia que viene al Principal... De momento no vamos a programar lunes y martes, ni miércoles por respetar a la Banda. Pero, de jueves a domingo, nuestra intención es programar todo lo posible.

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– Hasta ahora siempre se había dicho que el Iradier Arena jugaría un papel fundamental mientras duraran las obras del Principal. Pero no parece ser que vaya a ser así. ¿Vitoria necesita otro espacio?

– La reforma que se va a hacer está muy bien, seguro que Idom va a hacer un gran trabajo. A la vez, creo que en Vitoria es necesario plantear un gran espacio escénico como los que tienen Donosti y Bilbao con el Kursaal o el Euskalduna.

«Un Festival diferente»

–¿Cómo va a ser la próxima edición del Festival Internacional de Teatro?

– Será diferente, pero con cosas muy cuidadas, con mucho mimo. Habrá danza contemporánea y bastantes propuestas internacionales, procedentes de Latinoamérica y Europa. Desde luego va a haber intérpretes famosos, como siempre.

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– El Festival se programa con mucha antelación. ¿Ha habido que 'sacrificar' algún montaje previsto?

– Ha habido que posponer algunas cosas, sí. Hay que recordar que, de momento, el Félix Petite solo tiene dos camerinos y tampoco vamos a tener todo el material escénico desde el primer momento.

– En 33 meses desde hoy (antes de La Blanca de 2027), Vitoria debería tener, al fin, su gran teatro remozado. ¿Confía en que se cumplan los plazos?

– Tenemos que confiar. Porque nosotros estamos preparando un montón de procedimientos administrativos, la licitación del equipamiento, del mobiliario... Esto es algo que depende de arquitectura y de la obra civil, pero yo quiero pensar que sí.

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– De las alternativas que se manejaban al comienzo, esta no es ni mucho menos la más ambiciosa. ¿Este es el mejor proyecto posible para el Principal?

– Dentro de lo posible sí. Es la que se ha podido llevar a cabo. Todos sabemos que había otras dos propuestas, la segunda y la tercera, que eran muchísimo más ambiciosas. Pero yo creo que es indudable que esta reforma es necesaria. No hay que olvidar que el teatro es un edificio patrimonial, que está en un solar en el interior del centro de una ciudad. Y no dudo que arquitectura, Idom (la ingeniería encargada del proyecto), la empresa constructora y, por supuesto, nosotros, vamos a hacer un gran trabajo. Había que modernizar la maquinaria, quitar la pendiente del escenario y, además, se van a ganar dos espacios polivalentes en los que se van a poder hacer cosas muy interesantes.

– Se pierden butacas...

– Pero se gana en accesibilidad, que va a ser mucho mejor. Vamos a poder tener funciones accesibles para personas sordas, ciegas. Habrá 18 plazas para personas de movilidad reducida y con problemas de deambulación. Esto era fundamental para el teatro: a mí me da mucha vergüenza que este no sea un teatro accesible al 100%.

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– Pero, sea sincera, ¿esta reforma cumple con sus expectativas?

– A mí me da pena los dos años y medio que vamos a estar cerrados, porque el centro va a perder mucho en este tiempo. Pero, al mismo tiempo, la verdad es que estamos muy contentos con este trabajo porque vamos a tener tres años para resignificarnos, para hacer cosas nuevas. Y ojalá todo esto nos lo traigamos, a la espalda, como aprendizaje, cuando volvamos al Principal, dentro de casi tres años.

– Muchos fieles temen que esta 'bombonera' pueda perder su esencia.

– No creo que vaya a suceder porque Idom ha hecho un trabajo magnífico para combinar la innovación y la tradición. Se ha tomado como ejemplo un teatro que lo tenemos muy cerquita y que todos conocemos y adoramos, que es el Vitoria Eugenia, de San Sebastián, que también se reformó. Era muy parecido a este y se ha mantenido la planta y la estructura de la platea, el pan de oro y todos los elementos patrimoniales. Las butacas van a ser nuevas, magníficas, también granates, pero ganamos en confort.

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– Algunos renders que se han presentado tienen un cierto aire como de centro comercial...

– ¡No, por Dios! Eso no va a pasar, nunca lo permitiríamos.

– Se confía mucho en que esta reforma, tan ansiada, sirva de revulsivo para el centro, tan aletargado...

– Totalmente. Yo vivo casi enfrente del teatro, conozco casi cada palmo del suelo de la calle San Prudencio. Y todos hemos asistido al bache que ha sufrido la hostelería, del que ahora se está recuperando. El cierre del teatro va a suponer una falta de tracción. También me preocupa que las obras igual puedan ser molestas y eso no sé cómo va a afectar a los hosteleros y al comercio.

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– ¿Cómo se le explica a los vitorianos que se haya tardado tantísimo tiempo en abordar esta reforma?

– No puedo responder a eso...

– ¿Ha faltado voluntad política?

– No creo. Yo llevo 22 años aquí, y esto lo hemos tratado en cada legislatura. Esta reforma siempre ha estado encima de la mesa aunque nunca terminaba de salir adelante, eso lo ha podido ver cualquiera.

Así será la mundanza desdeSan Prudencio al Félix Petite

La Junta de Gobierno local aprobó hace dos semanas el expediente de contratación para la construcción de los camerinos y almacenenes necesarios para que el Félix Petite pueda funcionar como alternativa real al Teatro Principal a partir de octubre y durante los 30 meses que van a durar las obras. Unos contenedores marítimos cumplirán esta función tras un desembolso cercano a los 8000.000 euros (798.600 para ser exactos). Hasta las nuevas instalaciones del centro cívico Ibaiondo se llevará el grueso de los elementos escénicos que ahora están en el Principal. Marta Monfort, la responsable de la Red de Teatros de Vitoria, detalla cómo será el traslado.

«Sabemos desde el último foco hasta la última cortina de qué teatro sale y a qué teatro va, porque va a haber una reubicación y una redotación técnica de todos los espacios», explica Monfort, que avanza que tras la programación teatral de la Blanca está previsto iniciar el gran traslado. «Desde el 2 de septiembre empezamos a desmontar los motores del peine (la estructura que la que 'cuelgan' los distintos elementos escénicos) y a embalarlo todo: tenemos un plan de traslado de camiones especializados», asegura.

Sin embargo, como ocurre en muchas mundanzas de las complicadas, el Ayuntamiento está buscando una ubicación transitoria porque «es verdad que el edificio anejo al Félix Petite (con los contenedores marítimos) no va a estar listo hasta marzo, por lo que hasta entonces todo se llevará en un primer momento a un almacén».

Los planes de la responsable de la red de teatros pasan realizar esta mundanza desde el 2 de septiembre al 14 de octubre. La previsión es que, para entonces, el teatro del centro cívico Ibaiondo pueda estar listo para acoger las primeras funciones de la temporada. Serán, eso sí, «obras de un formato más mediano y de unas exigencias técnicas más pequeñas, porque hasta marzo, cuando se termine el edificio anejo, el teatro no va a funcionar al 100%», reconoce Monfort.

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