El centro Lamuza de Llodio pone el colofón a sus 50 años

Las actividades que se han celebrado durante todo el curso tendrán su colofón a partir de esta tarde, cuando quede inaugurada la exposición de imágenes de los 50 años de historia del centro, creado para atender a las oleadas de familias inmigrantes que llegaron a Llodio en la década de los 60 para trabajar en las fábricas locales. La exposición estará abierta hasta el 19 de junio en la casa de la música del parque de Lamuza de cinco a ocho de la tarde, excepto el sábado. Además, abrirá por la mañana el sábado y el domingo a entre las once y las dos.

Otra de las actividades de esta tarde será el taller de danza que impartirá la exalumna del centro, Paula Urquijo, en colaboración con Haizea Gancedo. El taller está abierto a todo el público infantil que quieran participar. Se impartirá en el propio colegio entre las cuatro y media y las seis de la tarde.

La comida de sábado cerrará el programa actividades. Se han vendido todos los bonos disponibles para participar porque ha despertado una gran expectación entre los antiguos alumnos del centro, que han organizado quedadas para asistir. Uno de los mayores atractivos de la jornada será la visita guiada por las aulas de la escuela a mediodía, que traerá la memoria antiguos recuerdos. A la una, habrá otra visita a la exposición de fotos de la casa de la música. También se proyectarán en este espacio varios cortometrajes realizados en un centro. Durante toda la mañana, habrá juegos infantiles en la plaza Aldai para los más pequeños y tras la comida, que se ha previsto las dos y media, música y sorpresas para los participantes.

Habrá ocasión de recordar entonces a los primeros profesores, Serafín López Pedrosa, Manuel Melgosa y a su primer director José Zatarain, que llegó con su esposa Teresa San Vicente. Ambos daban clases en la escuela y mantuvieron abierta durante muchos años la librería Z junto a la Herriko Plaza. El matrimonio formado por Celia García Sastre y Félix García Sancho también dio clases en Lamuza y la mayoría vivían en las 'casas de los maestros'.

La demanda era tan alta que antes de terminar las obras, hubo que duplicar la capacidad del centro de 8 a 16 aulas y de la casa de los maestros, de 9 a 17 para abrir por fin el colegio en septiembre de 1968 y ofrecer unas instalaciones adecuadas a los estudiantes repartidos por varios locales del centro de Llodio.