El centro comercial Lakua busca reinventarse tras cambiar de manos

Según ha podido confirmar EL CORREO, una firma bilbaína dedicada a la compraventa de bienes inmobiliarios ha adquirido el centro comercial de la calle Duque de Wellington, en el que apenas sobrevive una decena de sus 40 locales, además de un supermercado. Aunque no han trascendido más detalles de la operación, que se ha llevado bajo la más absoluta discreción, distintas fuentes del sector aseguran que es una de las más importantes que se han formalizado en Vitoria en los últimos tiempos. En efecto, las características del edificio pueden dar una idea del montante del negocio: el complejo cuenta con nada menos que 14.670 metros cuadrados de superficie comercial en tres plantas y un amplio parking con capacidad para 1.200 vehículos.

El cambio de manos de Lakua Centro ha generado incertidumbre entre los comerciantes que todavía resisten en la galería. Según varios de estos minoristas, los nuevos propietarios les han comunicado en las últimas semanas su intención de rescindir todos los contratos de alquiler en vigor. «Se han cancelado varios servicios como el de seguridad, las escaleras mecánicas ya no funcionan y nos han comunicado tanto en persona como vía burofax que no nos renuevan y que tenemos que abandonar el local antes del 28 de diciembre», aseguran los titulares de los negocios que todavía operan en el complejo, entre los que se encuentran una escuela de artes marciales, una tienda especializada en alimentación deportiva, un bazar o una cadena de moda además de dos franquicias de telefonía. Al parecer, el supermercado mantendría su actividad.

Todo parece indicar que la suspensión de los contratos de alquiler es solo el preludio para la reinvención total del complejo. Y puede que la fórmula que se baraja para insuflarle vida no pase necesariamente por un modelo de franquicias comerciales y pequeños negocios como el actual. El futuro de Lakua Centro podría estar ligado al sector del ocio y al bienestar. Distintos medios apuntan a que se baraja la posibilidad de reconvertir la galería en un «macrocentro» deportivo, que aspiraría a ser uno de los más grandes de la ciudad operado por una cadena comercial. Sus dimensiones le permitirían albergar piscinas, saunas, además de salas de las habituales salas de fitness. Con todo, fuentes de la nueva propiedad contactadas por este periódico no confirman este extremo y se limitan a asegurar que buscan «la mejor fórmula» para operar el complejo «que, de momento, sigue siendo un centro comercial».

El nuevo proyecto supondría un indudable revulsivo para el centro comercial abrió sus puertas el 24 de mayo de 2001. La galería vivió un momento de enorme éxito: se convirtió en el sitio de moda para los vitorianos de la época. Su gran 'boom' duró poco. Las grandes enseñas, firmas de moda y restauración que apostaron por este espacio en su apertura fueron cerrando poco a poco. La 'pequeña' gran superficie sucumbió ante el gigante El Boulevard, que irrumpió en el escena comercial vitoriana solo dos años después y a muy poca distancia.