Los primeros disquetes y ordenadores de Álava cumplen 50 años

«El Centro de Cálculo de Álava jugó un papel clave en la informatización del Gobierno vasco y del Consejo General vasco con anterioridad», ha aplaudido la diputada de Fomento del Empleo, Comercio y Turismo y Administración Foral Cristina González. La sociedad que nació fruto de una colaboración entre la Diputación alavesa, el Ayuntamiento de Vitoria, la Caja de ahorros municipal y la Cámara de comercio trabajó también para la Federación Española de Municipios y Provincias, el Ayuntamiento de Granada y la Diputación de Huelva antes de pasar a ser una sociedad foral a mitad de los años 70.

El crecimiento del antiguamente llamado el Centro de Cálculo y Tratamiento de la Información de Álava fue tan rápido que en los ochenta, coincidiendo con la instauración del IRPF, ya tenía 80 trabajadores. Entonces ya era capaz de gestionar 70.000 declaraciones de renta, 150.000 documentos relacionados con la cultura e historia y los datos de 300.000 alaveses además de conectarse a redes internacionales. Todo ello con la dificultad de usar un IMBs/370 que no podía funcionar a más de 17 grados y funcionaba con discos extraíbles.

Hoy el centro que logró la primera declaración supersimplificada de España, pionero en la aplicación que permite enviar la declaración a los hogares y materializar las devoluciones en 48 horas, cuenta con un centenar de trabajadores. «Tenemos un gran volumen de proyectos al que hacemos frente con personal temporal distribuidos en tres edificios», ha explicado Javier Rubio, su jefe de Proyectos. «Queremos ser un motor de cambio y crear nuevas herramientas sin limitarnos a cumplir las necesidades que van surgiendo», ha afirmado a su vez Nerea López de Aguileta, directora gerente del Centro de Cálculo.

Gonzalo Vinuesa, del área de Infraestructuras, recordó algunos de los grandes retos a los que la sociedad ha hecho frente durante sus 50 años de historia. Algunos fueron la aparición del IVA en 1985, cuatro años antes de pasar totalmente a manos de la Diputación, la gestión de los datos de elecciones como las de 1991, el efecto 2000 y el cambio al euro.

Ahora los retos son otros, como hacer frente a los 40.000 ataques que reciben al mes sólo por email, renovar su imagen y reforzarse contra virus como el ransomware. Además, esperan seguir luchando contra el fraude e integrar la telefonía del IFBS en el sistema telefónico de la Diputación sin dejar de formarse. «Empresas como LKS, Lanbide, Lantik o Iberdrola se interesan por nuestras metodologías ágiles y nos consideran un caso de éxito desde que empezáramos a desarrollar esta nueva forma de trabajo hace tres años», destaca Rubio sin perder de vista el big data, la inteligencia artificial y otros conceptos que podrían integrar en el futuro.