Los cementerios olvidados de Vitoria

Tumbas y fosas. El camposanto de San Miguel, el de los franceses, el judío o las necrópolis de los conventos de San Francisco y Santo Domingo son algunos de los lugares que albergaron enterramientos

Sábado, 30 de octubre 2021, 00:15

Vitoria cuenta con dos camposantos en funcionamiento, el de Santa Isabel, desde 1806-08, y de El Salvador, desde 1973. Pronto tendrá listo su primer cementerio musulmán en una parcela de El Salvador, pero éstos no son los únicos lugares de la ciudad que albergan ... o albergaron enterramientos. A lo largo de la historia han sido varios los emplazamientos en los que se han inhumado a los fallecidos vitorianos o foráneos. Repasamos algunos de los sitios de duelo donde se ha dado sepultura, cristiana o no, a los finados que encontraban la muerte en la ciudad.

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Fue costumbre generalizada hasta el siglo XIV o XV que todos los cristianos se enterraran fuera de las iglesias, reservando el interior para las élites. A partir de esa fecha se extendieron las inhumaciones del común de los mortales también dentro de los templos, más cerca del presbiterio y del sacerdote. Con la llegada de la ilustración y las medidas higienistas, en los siglos XVIII-XIX, se prohiben las inhumaciones en el interior de los templos, pero «la práctica continuó hasta finales del XIX porque nos encontramos muchos casos», recuerda José Luis Solaun, arqueólogo del Grupo de Investigación en Patrimonio Construido GPAC, de la UPV. «A finales del XIX y principios del XX es cuando empiezan la mayoría de los cementerios civiles».

Por ello, debió haber sepulturas en las cinco parroquias medievales de vieja Gasteiz:Santa María, San Pedro, San Miguel, San Vicente y la menos conocida de San Ildefonso. Ésta última fue desmontada en 1838. La defensa de Vitoria frente a los carlistas hizo necesario mucho material de construcción para levantar muros, parapetos y fortines y no se les ocurrió otra cosa que reciclar las piedras de esta iglesia, que entonces se usaba de cuartel. Desapareció la parroquia y también el Arco de San Ildefonso, abierto a modo de portal en la muralla. En la de San Pedro «todavía se conservan enterramientos tanto en el interior como en su perímetro», recuerda la historiadora Isabel Mellén, de Álava Medieval. Pero si hay un lugar en el que más inhumaciones se han documentado, ese es la Catedral Santa María.

Sepulturas en retícula del siglo XVI aproximadamente halladas bajo el suelo de la Catedral de Santa María de Vitoria. ELCORREO
  1. Miles de cuerpos

    La Catedral de Santa María

El abierto por obras de la Catedral Vieja sorprendió a muchos vitorianos por la cantidad de enterramientos que albergaba el propio templo y los aledaños. Los arqueólogos que intervinieron contabilizaron más de 2.000 cuerpos tanto en la cripta, «como en la plaza de Santa María y extramuros, en toda la ladera norte, por la plaza de las Burullerías hasta el antiguo Museo de Arqueología», recuerda Solaun. «Todo eso era cementerio». Aunque destaca que «es imposible saber cuántos pudo haber porque unos cortan a otros, pero desde el siglo XIIque es el cementerio de Santa María hasta el XV que estuvo fuera del templo pasan más de 300 años, son muchas generaciones». Su recuento es sólo de «lo poquito que hemos excavado». «Es difícil cuantificarlos, pero serían miles», recalca. Y recuerda que en los llamados encajonados -sistema por el que se compartimentaba el subsuelo verticalmente, «lo normal era que quitaran a uno para meter a otro. Con lo cual, muchas veces nos encontramos con huesos de cuatro individuos en un mismo hueco».

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Excavación arqueológica realizada en 2007 en la plaza de Etxauri, en el Casco Viejo, donde aparecieron enterramientos. Nuria González
  1. Hasta el siglo XVIII

    Cementerio de San Miguel

Entre los siglos XV y XVII hubo un lugar en Vitoria denominado «Cementerio de San Miguel». El cronista local Ladislao de Velasco lo recordaba en el siglo XIX así como la costumbre de que era el lugar de reunión del Concejo de Vitoria, bajo la presidencia del Alcalde. El periodista logró ubicarlo cuando se iniciaron unas obras en la parte norte de la iglesia de San Miguel: «se han encontrado varias sepulturas en el pequeño espacio que se ha limpiado, deshaciéndose los esqueletos al tocarlos». En las excavaciones realizadas en 2010 por los arqueólogos de la UPV no aparecieron sepulturas en el área inmediata a la iglesia de San Miguel, pero sí «en la plaza de Etxauri», a medio camino entre San Miguel y San Vicente. «Nos salieron dos o tres enterramientos bastante arrasados», recuerda José Luis Solaun. «Tanto San Miguel como San Vicente tendrían su cementerio, lo que pasa es que se solaparían al estar tan cerca», conjetura. «Tanto intramuros como en toda la ladera hacia la plaza del Machete», completa.

Más de 75 cadáveres fueron descubiertos en 2019 y 2020 en las inmediaciones del Memorial de las Víctimas. IGOR Aizpuru
  1. Un centenar de cadáveres

    Convento de San Francisco

Las excavaciones arqueológicas realizadas en 2019 y 2020 en el entorno del Memorial de las Víctimas destaparon una necrópolis que contenía gran cantidad de restos óseos humanos. Se documentaron hasta 75 enterramientos, además de huesos sueltos que podrían elevar la cifra de cadáveres hasta los cien. El cementerio, ubicado en el pórtico, «se asocia a la primera iglesia del convento de San Francisco, del siglo XIII, luego ocupada por otra a finales del XIII o principios del XIV, que llegó hasta nuestros días», explicaron los arqueólogos Javier Niso y Miguel Loza. El camposanto evolucionó hasta el XVI. Años antes, en 2005, también aparecieron en el sur del convento, que ahora alberga un parking en la calle Olaguíbel, restos que «pertenecían a dos monjes franciscanos enterrados bajo el claustro más antiguo, que pueden datar del siglo XIII», explicó el arqueólogo Ismael García.

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Una delegación israelí acudió en 2004 a la inauguración de la escultura ubicada en el antiguo cementerio judío de Vitoria. Eduardo Argote
  1. Protegido desde 1942

    El cementerio judío

El 27 de junio de 1492, con la expulsión de los judíos, la aljama de Vitoria cedió perpetuamente a la ciudad el lugar donde estuvo su cementerio, con la condición de que no se roturase. El Ayuntamiento lo respetó hasta que el 27 de junio de 1952 Vitoria fue liberada por el consistorio israelita de Bayona, descendiente de los judíos vitorianos. El lugar donde se asentó su camposanto adoptó el nombre de 'Judimendi', 'Monte de los judíos'. En 1851 en una remoción de tierras aparecieron restos humanos, que volvieron a taparse. Un monolito cerca del colegio recordó durante años el lugar donde supuestamente estaba el enterrorio hebreo, pero la excavación arqueológica de 2002, con motivo de la construcción del párking, no encontró «ni rastro de tumbas», declaró el arqueólogo Javier Ajamil. Sólo hallaron «siete fragmentos de huesos humanos, el más grande de unos diez centímetros, pero todo muy disperso y deteriorado». Ahora, la escultura en recuerdo de este espacio sepulcral está a unos 200 metros al sur de la primera.

Cruz con la inscripción 'Campo santo de militares en el año 1795', depositada en Santa Isabel. Santiago Arina / Archivo municipal de Vitoria
  1. Entre 1795 y 1813

    Camposanto de los franceses

La apacible calle Fueros no invita a pensar en el truculento pasado que alberga su subsuelo. En 2004 aparecieron restos de cuatro personas y pronto la cifra ascendió a 64. En 2005, se hallaron otros 14 cuerpos y, en 2010, otro centenar. Ese mismo verano aparecieron 400 cadáveres en un área de 100 metros cuadrados. Hallaron una decena de fosas con jóvenes con edades comprendidas entre los 15 y los 30 años. En las cinco primeras los inhumados no tenían signos de haber fallecido en combate. Se trataría de militares franceses acantonados en Vitoria a finales del siglo XVIII con motivo de la Guerra de la Convención (1793-1795) y que murieron víctimas de una epidemia. El resto, evidenciaban haber sido víctimas «de un enfrentamiento violento». Los expertos determinaron que se trataría de militares franceses que perecieron en el transcurso de la Batalla de Vitoria, en 1813. La toponimia vitoriana, de Knörr y Madina, recoge los nombres de «Cementerio de las tropas francesas», en 1823, y «Enterrorio antiguo de los franceses», en 1846. Una cruz, que indicaba su ubicación en la zona de Fueros con la leyenda 'Camposanto de militares en el año 1795', fue traslada por decisión del alcalde en 1856, al de Santa Isabel, donde fue retratada en 1956 por Santiago Arina.

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El convento de Santo Domingo, antes de que el Estado diera la orden de derribo en 1916. Archivo del Territorio Histórico de Álava
  1. Desde el Medievo hasta 1836

    Convento de Santo Domingo

Ubicado en el área de Aldabe, tuvo su necrópolis «como todas las iglesias medievales», apunta Isabel Mellén. «Con la epidemia de tifus de 1835-36 y la imposibilidad de inhumar todos los cuerpos en Santa Isabel se dispuso el uso de las huertas de los conventos de San Francisco y Santo Domingo como lugar preferencial de enterramiento. Tuvo fosas según el credo de los fallecidos: una para católicos y otra para protestantes», destaca. El segundo grupo lo formaban ingleses acantonados en Vitoria que apoyaban el bando isabelino. «Murieron más 1.200».

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