La Catedral reformará un bloque de la 'Cuchi' para abrir un centro documental

A diferencia del número 103, este edificio será utilizado como bloque administrativo para la fundación. El director-gerente de la Fundación, Jon Lasa, explica que las obras vienen a «ganar espacio para el Cabildo y la Fundación». El nuevo edificio servirá para «almacenar los archivos» y se convertirá en el «centro de documentación» de la fundación y del Cabildo. «El bloque también estará abierto a investigadores», señala.

El inmueble a reparar no es sencillo. Es del siglo XIX, pequeño –apenas tiene 33 metros cuadrados útiles por planta– y está en un solar donde la memoria del proyecto recoge que ya hubo otros edificios antes a tenor de la evidencia arqueológica encontrada. Ese mismo documento admite que «el estado general de conservación del edificio se considera deficiente» y presenta fotos del interior en las que parecen haber hasta refuerzos metálicos para sostener el bloque.

En el pasado el edificio, de tres plantas, se usó como local comercial en el bajo y como vivienda en las dos plantas superiores. Ahora se plantea un proyecto que incluirá la recuperación de la fachada exterior como principal novedad, pero que también introducirá pilares de hormigón para reforzar la estructura de la casa.

El presupuesto para la obra es, sumando el IVA, de 456.871 euros. Las potenciales constructoras han tenido esta semana la oportunidad de conocer en detalle el edificio, ya que la fundación organizó una visita al edificio el pasado miércoles.

El plazo que tendrá la empresa adjudicataria para ejecutar las obras es de nueve meses, pero no se empezarán a estudiar las ofertas hasta entrado octubre. Eso hace que la catedral maneje un calendario de obras que permita «empezar a inicios de 2025 y tener listo el edificio a finales de ese año».

Con esta operación se avanza en la recuperación de la deteriorada manzana, mientras que otros puntos del barrio siguen sin solución al progresivo declive de sus edificios. El año pasado, según datos del Ayuntamiento, había seis bloques desalojados en el Casco Viejo porque sus reformas están paralizadas. En paralelo, palacios como Escoriaza Esquível carecen de un plan y otros como el antiguo hospicio San Prudencio o el palacio Álava Esquível permanecen a la espera de que se avancen los proyectos que deben acoger.

En el caso de Álava Esquível, Tánger parece haber cambiado su discurso en torno al palacio. El alcalde de la ciudad marroquí, Mounir Laymouri, mostró en verano su predisposición a que el espacio se convierta en un «puente cultural» entre ambas ciudades, pero no se ha concretado la propuesta para este inmueble, que de momento acumula 421.000 euros en reparaciones e impuestos que el Ayuntamiento de Vitoria ha pagado de su bolsillo sin el concurso de Tánger.