La recuperación que se está observando en las residencias de personas mayores de Bizkaia y Gipuzkoa no es aún tan perceptible en Álava. El diputado general, Ramiro González, anunció ayer que hay 18 casos activos, lo que supone el doble que los otros dos territorios ... juntos. La cifra ha descendido respecto a la pasada semana -cuando había 22-, pero son siete más que el último recuento del viernes. Once de esos positivos corresponden a la residencia privada Yécora, cinco a Roure y uno a la vivienda comunitaria Zabalbide, el último corresponde al geriátrico foral Ajuria.
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Ese repunte respecto al viernes sirvió para que González reiterase su mensaje de cautela pese a que se haya completado la campaña de vacunación en los centros para personas mayores y se esté a las puertas de alcanzar la inmunidad entre este colectivo. «La vacuna no descarta la posibilidad de contagio, impide que se produzcan síntomas graves, por eso insistimos en la importancia de seguir manteniendo medidas de seguridad y control», afirmó. «Sigo insistiendo en la necesidad de seguir siendo muy prudentes», subrayó el máximo dirigente foral.
Por otra parte, los sanitarios del Instituto de Bienestar Social de la Diputación (IFBS) han vacunado a 70 trabajadores de los servicios sociales de Álava en dos días -viernes y lunes-, lejos aún del objetivo de llegar a 1.500 personas en las próximas semanas. Esto se pretende lograr con la instalación de un nuevo barracón en la trasera de la residencia de Lakua y la contratación de nuevo personal. El ritmo se confía en acelerar a partir de hoy.
Se ha acabado con el personal de centros de día de titularidad foral, pero no con todo. Sólo se ha podido suministrar a los menores de 55 años por tratarse del antídoto de AstraZeneca, que Sanidad ha contraindicado a partir de determinada edad. Para aprovechar las dosis de las que se disponía también se ha ofrecido a trabajadores de centros ocupacionales. Los siguientes serán empleados de los servicios diurnos y viviendas comunitarias para gente con discapacidad, centros de estancia de menores, técnicos de valoración que van de casa en casa y el servicio de atención a domicilio (SAD).
Todos ellos habían trasladado a las autoridades sanitarias que se les incluyese entre los grupos prioritarios y se les inoculará el fármaco AstraZeneca antes que a los propios usuarios, que deberán esperar a las vacunas de Pfizer o Moderna. Y es que en algunos casos existe miedo a que sean transmisores del patógeno al prestar servicio a varias personas de forma escalonada. En el caso de los trabajadores de residencias, que fue a los primeros que se les ofreció la vacuna, hay 28 miembros que se encuentran de baja o en cuarentena.
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