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Los desalojos por peligro de derrumbe en edificios del Casco Viejo de Vitoria se han sucedido en los últimos años. Se trata de casos puntuales que no son más que la punta de un iceberg al que parece que nadie quiere enfrentarse. En otras ocasiones ... la cosa ha ido más allá y lo que era un riesgo de derrumbe se ha convertido en una realidad, sucedió hace ocho años en un piso de la calle Santo Domingo y el accidente dejó dos mujeres heridas. Y en 2013 se vino abajo otra vivienda en la calle Cubo.
Es evidente que el peligro existe y no es una mera percepción de los vecinos de la 'almendra', que en numerosas ocasiones han denunciado el mal estado de las construcciones. La realidad es que 140 edificios del Casco Medieval necesitan una gran reforma, una renovación «integral». La cifra se desprende de un diagnóstico elaborado por la agencia Paisaje Transversal para el Ayuntamiento de Vitoria bajo la perspectiva de la Agenda 2030.
El propio informe menciona algunos de los hándicaps que existen para la profunda rehabilitación del barrio. El documento destaca, además, la «gran dificultad de actuación» por el tipo de edificios y el «complejo encaje» de los fondos europeos Next Generation por los requisitos que exigen a la hora de lograr la eficiencia energética, para lo que no están concebidos esos inmuebles.
Todos estos factores, unidos a la rigidez que le otorga el elevado grado de protección del Casco Medieval (está a la espera de definir un nuevo plan especial) llevan a las casas de viviendas que necesitan una reforma a una especie de callejón sin salida. La situación se agrava con las dificultades económicas de los vecinos, ya sea por su avanzada edad o por vivir una situación de vulnerabilidad.
Esta triste realidad por todos conocida se hace evidente cuando ocurren accidentes como el del jueves en el bar Botanic, que tuvo su origen en una construcción irregular que ocupaba la parte trasera del edificio y que la normativa municipal pedía eliminar desde hace 17 años. El estado de conservación del bloque –casi octogenario–, no es de los peores, pero sí mejorable.
No es la primera vez que una construcción del Casco Viejo vitoriano cede causando víctimas de diversa consideración. Uno de los casos más graves se produjo en el año 2016, cuando parte de un piso ubicado en el número 36 de la calle Santo Domingo se derrumbó. Dos mujeres resultaron heridas al caer de una altura de tres metros tras colapsar unas vigas en un deplorable estado de conservación. En 2013, otro piso se vino abajo en la calle Cubo porque la estructura de madera del inmueble estaba «podrida».
Sin llegar a ese extremo, en los últimos ocho años ha habido cinco casos de desalojos en la 'almendra' por riesgo de derrumbe. La calle Santo Domingo es la más afectada, allí se han desalojado los números 38, 40 y 42, los dos últimos «como medida de emergencia por el riesgo de derrumbe que sufre el inmueble a causa de una fuga de agua que afectó a sus pilares». También se sacó de sus casas a los vecinos del número 79 de la calle Cuchillería tras la caída de un falso techo y a los del número 63 de la Pintorería.
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