78 cartas y un destino
begiART ·
Un espacio comisariado por un comité de expertos para mostrar el trabajo de nuestros creadores silenciado por la pandemiaSecciones
Servicios
Destacamos
Edición
begiART ·
Un espacio comisariado por un comité de expertos para mostrar el trabajo de nuestros creadores silenciado por la pandemiaToda fotografía cuenta una historia. O más. Pero si la mirada del creador se plasma en una serie, entonces la multiplicidad de contenidos y formas remite a un sinfín de posibilidades. Y, si como en el caso de César San Millan, la obra se compone ... de 78 imágenes, la riqueza de esos contenidos e interacciones puede tender al infinito.
Ya en la propia esencia del tarot se funden elementos de diversas tradiciones culturales, recogidos en el tiempo. Se dice que ya desde la civilización egipcia o sumeria se han sumado detalles. O desde el judaísmo al cristianismo, distintos conocimientos y filosofías se han reunido en torno a los naipes. Por no hablar de estudiosos más modernos como el psicomago, guionista de cómic y cineasta Ajejandro Jodorowski o el investigador ruso Gregorio Otonovich de Mebes, que aportó contenido a las 56 cartas llamadas arcanos menores (oros, copas, espadas y bastos).
San Millán señala que «el tarot es un camino de iniciación entre las esferas de manifestación. Los cabalistas judíos ya hablaban de nueve puertas y cuatro mundos, que son el arquetípico del arte, el mundo creativo, el formativo y el material», que se corresponden con los cuatro palos del naipe. «Lo hice dentro del mundo formativo: era mi formación, mi vida, mi forma de abandonar en cierto modo la fotografía y la perspectiva cónica. Y hacer todo mutaciones, como única forma de salirme del plano físico de las cosas», reflexiona el autor. De aquí que el fotógrafo haya manipulado cada una de las imágenes para construir los naipes que, además, han surgido con una personalidad visual tan marcada como rica en simbolismos y significados.
La propuesta llama la atención del colectivo artístico ZAS «y no lo trata como adivinatorio o como oscurantista, sino como arquetípico, como arte. Cuando una cosa entra en el plano más elevado, tiene su propio aliento» y agrega que «aquí están las partes de un todo, que es el tarot o soy yo», apunta el creador de la baraja donde se unen el arte contamporáneo y el esoterismo milenario. También, algo tan actual como el 'crowdfunding' para la edición de 500 ejemplares de la baraja o detalles ampliados de sus arcanos mayores.
El tópico de la adivinación mediante los naipes es algo que no procede para San Millán. El artista resalta que el tarot, «en cuanto a su uso, es una forma constructiva de subir por los planos. Está metido hasta el tuétano en nuestra vida, en el nacimiento, en la conciencia crística: con Cristo crucificado en una cruz que es el pasado y el futuro, el no-tiempo», describe y encuadra la baraja en un camino iniciático.
«Las imágenes funcionan un poco en el plano astral, de la ensoñación, del surrealismo, en las partes, en el residuo. Luego, hay una consciencia que es el caos del pensamiento que se produce en la esfera más alta, adonde no llegamos», reflexiona este profesional de la fotografía, que hace un tiempo tuvo su personal punto de inflexión. «Llega un momento en que tiro el archivo, lo tiro todo y busco conectarme con lo que realmente me interesa», confiesa San Millán.
Y hace dos años comenzó el trabajo en el tarot con sus arcanos mayores, desde 'El Loco' –«representado como un compendio de todas las cartas unidas»– al 21, El Mundo. «Son 22 aspectos de la personalidad, con las 22 letras griegas, van sumándose palabras y sonidos» que son la base de 'Sorat, el Sol Negro'. «Sorat en hebreo es 666, que en el mundo occidental se ve como negativo, como demoníaco pero en origen era 'espíritu del Sol'. lo podemos invertir y es ese Sol Negro», detalla San Millán.
Y fue durante el confinamiento cuando el artista se ocupó del resto de naipes. «La corona de ese mundo material es el as de oros y todo el trabajo que hay que hacer para abandonar ese mundo». Agrega que «cuando ya tienes esa fuerza, sale el camino de las espadas, la conflictividad de tu propio karma, memoria de tu pasado. Luego pasas a las copas, que son el estado fluido de la consciencia. Y los bastos son el mundo espiritual, que es inexplicable». Como el arte.
Aparte de ser muy apreciado por el sector creativo de la ciudad, César nos traslada a otras dimensiones a través de su trabajo. En 'Sorat, El Sol Negro', el tarot como obra total aúna sus conocimientos fotográficos, su sensibilidad artística y su interés por el mundo astral.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.