La Carrera de la Mujer toma Vitoria: «Venimos por todas las luchadoras»

Ese espíritu solidario se mantiene con una aportación de 75.000 euros destinada a la Asociación Española Contra el Cáncer. «Es nuestra primera vez y venimos por solidaridad y para aportar nuestro granito de arena», comentaban Eli González y Emilia Martín, quienes debutaron en la carrera. En su caso a ritmo ligero. «Todas tenemos familiares que han tenido cáncer y a todas nos toca el tema». En esta prueba, que cuenta con el apoyo de EL CORREO, la concienciación iba más allá del recorrido con un espacio habilitado en el aparcamiento de Mendizabala en el que a la caja solidaria se le sumaban iniciativas como 'Tu pelo vale un tesoro'. Allí mismo, dos estudiantes de Peluquería de Egibide cortaban el pelo -con un mínimo de 35 centímetros- a algunas voluntarias. Después lo transformarán en pelucas.

Con esta carrera inclusiva, aunque predominaba un color, tuvo una gran variedad de participantes. Incluidos varios perros que hicieron el recorrido con sus acompañantes. También participaron grupos numerosos como Bastidako Neskak, una agrupación femenina que desde marzo realiza diferentes pruebas, así como subidas a montaña. «Qué mejor día para juntarnos y correr todas juntas», contaba Naiara Etxezarreta, una de las impulsoras. Tampoco faltaron las más pequeñas. Naia e Iraia acompañaron a su ama Montse Castro en el recorrido. «Venía sin las niñas y ahora con ellas», explicaba tras ajustarse el dorsal.

La cita en Vitoria fue la cuarta del circuito nacional, tras las pruebas de Gran Canaria, Valencia y Madrid. Antes del pistoletazo de salida se homenajeó a la ex gimnasta rítmica Almudena Cid -parte del equipo del Banco Santander- y a las jugadoras internacionales de baloncesto en silla de ruedas, Naiara Rodríguez, Agurtzane Egiluz y Laura Ugarte. Las cinco son referentes en el deporte. Las ganadoras fueron Sara Reimundo -que paró el crono en 20 minutos y 57 segundos-, Zaira Acedo, Elsa Ramos, Ania Hernández y Consuelo Torres. Elsa, una de las premiadas, entregó el ramo de flores visiblemente emocionada a la asociación Asamma con un mensaje que se repitió a lo largo de la mañana. «Ellas son las verdaderas campeonas». Prueba de que lo más importante era aportar un «granito de arena» por la causa era que los asistentes, sea cual sea su posición final, podían posar en un podio.