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Dos horas de apoyo a la semana pueden mejorar la actitud de los alumnos con dificultades y ayudarles a retomar las riendas de su formación por sí mismos. Así lo creen en Cáritas, que busca voluntarios dispuestos a dar clases de refuerzo para más de ... 206 niños sin recursos del territorio alavés. El objetivo de la organización es que ningún joven o alumno de Primaria quede fuera del programa en este curso 2021-2022, algo que, por desgracia, sucedió el año anterior.
«La mayor dificultad a la que nos enfrentamos es encontrar a personas dispuestas a ayudar que sepan euskera. El 95% de los centros con los que trabajamos lo utilizan y, sin él, acompañar a un niño de quinto o sexto de Primaria es difícil», explica Marta Fernández de Eribe, responsable del programa. Los alumnos llegan derivados por sus profesores, que detectan que pueden tener dificultades para seguir el curso sin un empujón adicional, y las sesiones no se destinan a completar los deberes, sino a suplir algunas carencias de varias asignaturas. «Las matemáticas son una de las cosas que más les cuestan y también necesitan mejorar su comprensión lectora, algo básico para comprender los enunciados y que no tengan dificultades en el resto de asignaturas», señala María Isabel Fernández de Retana, una de los 121 voluntarios del curso pasado. Esta ama de casa de 63 años asegura que la experiencia en la que ha atendido a niños de 8 y 9 años merece la pena.
«Es necesario que estos niños salgan adelante porque esta es la base sobre la que van a construir el resto de su educación. Además, cuando ven que progresan, a estos niños se les abre el cielo y se motivan más para mejorar», afirma Fernández de Retana, quien pide a las personas con formación que participen en estas sesiones que se desarrollan en las parroquias después del colegio. Los únicos requisitos son tener el Bachillerato o un curso de Formación Profesional superior y comprometerse a cumplir con el programa durante un curso completo para apoyar a los pequeños.
Los monitores voluntarios reciben una formación para desenvolverse en las clases de repaso y, al mismo tiempo, las familias de los pequeños participan en un escuela de familias de asistencia obligatoria. Así, además de recibir una ayuda externa para alcanzar los objetivos académicos y desarrollarse durante uno o más cursos, se propicia que los propios familiares de los niños sepan cómo atenderles mejor en el hogar. «Este año tenemos muchos casos de familias en los que los niños han tenido que repetir curso. Los efectos del confinamiento en casa y las clases online, en ocasiones imposibles de seguir, se están dejando notar», lamenta Fernández de Eribe. El perfil de los niños que pasan por el programa de apoyo escolar es variado. Se trata alumnos autóctonos y extranjeros de distintas edades, aunque se prioriza atender a los que todavía cursan Primaria.
El interés en estas clases de refuerzo dirigidas por voluntarios sigue creciendo y, si el curso pasado 22 centros derivaron alumnos, este 2021 ya hay 25 escuelas interesadas. Estos profesores solidarios son personas jubiladas con ganas de ayudar a estos niños a ganar confianza en sus capacidades y profesionales en activo. Los interesados en ayudar a estos jóvenes pueden ponerse en contacto con Cáritas en el 945232850 o en animacion@caritasvitoria.org.
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