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Cáritas atendió a un total de 5.488 familias durante 2020 en el territorio de la Diócesis de Vitoria. Son más de mil menos que en 2019, cuando se atendió a 6.927. «Hay que tener en cuenta que estamos hablando de un año ... absolutamente excepcional. Que no se puede comparar a ningún otro», señala Ramón Ibeas, secretario general de la institución. Hay diversos factores que explican este descenso de las cifras. «Por un lado el confinamiento, los meses en los que todo el mundo tenía que estar en casa. Por otro lado, se ha comprobado que los ERTE son una herramienta que funciona. Y finalmente, la inmigración en Euskadi descendió un 75% debido a las restricciones de movilidad».
En el año de la pandemia, la institución cristiana brindó su apoyo a alrededor de 16.400 personas. «A pesar de que la situación generada por la emergencia sanitaria dificulta la fotografía de la realidad de pobreza, el perfil mayoritario sigue siendo de mujer: ellas son el 64%», han destacado esta mañana durante una rueda de prensa en la que han estado presentes el obispo Juan Carlos Elizalde, el secretario general de Cáritas Ramón Ibeas y su directora, Maite Sebal.
La memoria revela más datos. El 46% de las personas receptoras de la ayuda de Cáritas en 2020 estaban desempleadas y solo un 21% de las familias atendidas eran españolas. Un total de 1.309 apoyos fueron económicos; de los cuales 405 fueron destinados a cubrir necesidades básicas con carácter urgente. La cantidad destinada a estas ayudas ascendió a 98.359,98 euros.
Por otra parte, durante 2020, 836 personas participaron en distintos cursos impulsados por el Departamento de Formación. De ellas, 392 asistieron a clases o actividades relacionadas con el aprendizaje del castellano, 238 asistieron a las Escuelas de Formación y Promoción de la Mujer, y 206 niños y adolescentes participaron en sesiones de apoyo escolar. Y en el apartado de inserción se contabilizaron 18 contratos de trabajo.
En cuanto a colaboradores, fueron 1.383 socios los que junto a los donantes puntuales hicieron posible con sus cuotas y aportaciones el sostenimiento de una parte importante de las actuaciones de Cáritas de Vitoria. Las acciones de ayuda fueron sostenidas gracias al apoyo de los 859 voluntarios que realizaron labores de acompañamiento, sensibilización y animación comunitaria en el marco de los programas y servicios de la organización.
«Los datos son el reflejo de una actividad que se ha sostenido con respecto a años anteriores, a pesar de haberse dado en un contexto de grandes dificultades. Los números de la memoria responden a un ejercicio atípico, que ha supuesto un reto para la institución ya que se han tenido que ofrecer respuestas a situaciones y necesidades nuevas, que guardaban relación directa con la emergencia sanitaria», han explicado los responsables. El periodo de confinamiento supuso un esfuerzo extraordinario. Sin embargo, pasadas las semanas de encierro obligatorio, la actividad fue retomándose, con dificultades para hacerla compatible con las medidas de seguridad.
«De ahí que los programas hayan acusado un descenso de la actividad, también condicionada por el retraimiento del voluntariado de mayor edad y, por tanto, más temeroso del contagio».
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