Juicio por asesinato en Vitoria

«Yo me voy a la cárcel y tú acabas en el cementerio»

Sobre las dos de la tarde del 13 de julio de 2022, hace un año y casi tres meses, el ahora investigado caminaba por el parque de Molinuevo, en Vitoria. A la altura de la calle Urbina se aproximó a un conocido, sentado en la terraza de un bar junto a otra persona. Según el escrito del Ministerio Público, al que ha tenido acceso este periódico, este varón de 41 años le preguntó directamente si «iba a testificar en su contra en el marco de un procedimiento penal seguido contra el acusado». Como le contestó que sí, el ahora procesado empezó a vociferar. Prendió una discusión abortada con su marcha entre advertencias de que regresaría.

Y a partir de aquí, la Fiscalía considera que germinó el «asesinato» no culminado. Hay evidencias de que acudió a un establecimiento comercial donde pidió «un cuchillo para cortar sandía». Al obtener una respuesta negativa se desplazó a una frutería, donde adquirió uno de 20 centímetros de largo y dos centímetros de ancho con una hoja de diez centímetros».

«Guiado por el ánimo de acabar con la vida del agredido» retornó a la terraza. «Se aproximó por detrás (de la víctima), que se encontraba sentado de espaldas y que por eso motivo no podía ver cómo se acercaba y, mientras gritaba 'yo a la cárcel y tú al cementerio' le agarró del cuello y le clavó el cuchillo en la zona izquierda del cuello penetrando hasta el límite del cartón de embalaje que no había sido retirado».

El acompañante de la víctima salió corriendo, mientras el ahora investigado le persiguió «varios metros mientras le gritaba; 'no corras que también por a por tí'». Al no lograr alcanzarlo, arrojó el arma blanca a una fuente –que luega sería recuperada por investigadores de la Ertzaintza– y se marchó.

«Ha salvado la vida porque el agresor se ha olvidado de quitarle la funda al cuchillo. La puñalada ha ido directa al cuello», deslizaron entonces fuentes internas de la Policía autonómica, cuerpo que se hizo cargo de la búsqueda del entonces atacante a la fuga. Poco antes de las 16.25 horas de aquel miércoles veraniego, dos horas y media después del ataque, éste se presentó por iniciativa propia en la comisaría de Portal de Foronda.

La víctima fue evacuada a un centro médico con heridas «sin gravedad». Presentó una herida incisa de un centímetro que requirió dos puntos de sutura. Aunque un informe médico alerta de que «si el arma empleada hubiese penetrado a más profundidad, en atención a la topografía de la lesión y las estructuras que se encuentran en el lugar, podría haber precisado actuación terapéutica urgente para evitar un desenlace fatal».

Desde el primer momento, la víctima aportó numerosos datos de su atacante. «Ambos se conocen bien», señalaron aquel día a este periódico medios policiales. El ahora encausado figuraba por aquella época como sospechoso de un posible ataque sexual en el Casco Viejo cometido días atrás a este apuñalamiento fallido.

Dos días después, el 15 de julio, ingresó en el centro penitenciario de Zaballa como reo preventivo tras comparecer ante el Juzgado de Instrucción número 3. Allí permanecerá hasta que se despeje si es o no autor de un «asesinato en grado de tentativa» y de un «delito de amenazas con instrumento peligroso».