Una joven observa una plantación de opio en un campo alavés. Blanca Castillo

El campo alavés deja de interesar para el cultivo del opio con fines medicinales

30 agricultores locales cultivaban 400 hectáreas de la adormidera pero ahora la producción se centra en Castilla-La Mancha

Domingo, 16 de junio 2024, 00:12

Hace una década cambiaron algunos matices en el paisaje de varios parajes alaveses. Entre espigas y leguminosas, allá por mayo, comenzaban a verse bellísimos campos de amapolas color blanco o malva en diferentes rincones de la Llanada Alavesa, Valles Alaveses y Treviño. Eran plantaciones del ' ... Papaver somniferum'. Es decir, la adormidera de la que se extraen alcaloides del opio como la morfina, la codeína o la tebaína para la fabricación de fármacos que alivian el dolor intenso o calman la tos, entre otros. Durante unos diez años estos campos de opio estrechamente controlados por los ministerios de Sanidad e Interior llegaron a ocupar entre 300 y 400 hectáreas de cultivo en la provincia de las que cuidaban una treintena de agricultores, algo residual si se tiene en cuenta la gran capacidad del agro alavés. Ahora bien, desde 2020, ya no se ven ni sus amapolas ni sus características cápsulas con forma de sonajero por estos pagos, según confirman los productores y la propia Diputación alavesa. Tampoco por La Rioja, ni por la Bureba ni por el Valle de Tobalina.

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Y es que Alcaliber, la única empresa con licencia del Gobierno para controlar la siembra, recolección y tratamiento industrial de esta planta, ha decidido concentrar casi toda su producción en campos de regadío de Castilla y León y sobre todo de Castilla-La Mancha (Toledo, Albacete y Ciudad Real). Según la demanda de las farmacéuticas, puede llegar a sembrar 12.000 hectáreas anuales. Y prefiere este tipo de terrenos a los de secano para garantizarse mayor productividad por hectárea. Sin embargo, agricultores alaveses que plantaron opio en su día defienden que lograron elevadas cifras de rendimiento pese a ser fincas de secano. Lamentan que la empresa haya renunciado al cultivar más al norte «una planta que ha demostrado su gran adaptabilidad a diferentes climas y a su cultivo tardío o temprano».

Y es que para los productores locales supone un ingreso seguro. De cada hectárea se pueden obtener hasta 2.500 kilos de paja de adormidera. El pasado año, Alcaliber pagaba a los productores 1,2 euros por kilo, según un reportaje de José Antonio Guererro. Además, la amapola les permite rotar los cultivos y mejorar también la productividad de sus tierras, dedicadas en otras temporadas al cereal, las leguminosas, la patata o la remolacha.

Vampiros o amapoleros

Ahora bien, se necesita cierta especialización. Los ingenieros agrónomos de la firma son los que seleccionan los campos más adecuados para obtener una buena cosecha. Si el campesino acepta, deberá cumplir una serie de estrictos requisitos. Esto les obliga a reciclarse, ya que, aunque pueden utilizar la maquinaria de cereal, los tratamientos con herbicidas o fungicidas cambian. Para empezar, la semilla la proporciona Alcaliber. Se planta en enero a la profundidad precisa para que enraíce bien y son necesarios unos seis meses de cuidados y de lucha contra la invasora amapola roja hasta que llega la hora de la recolecta a finales de julio o principios de agosto.Es la empresa la que cosecha con máquinas especiales que cortan sólo la parte superior de la planta y luego se lleva el producto en camiones precintados y escoltados hasta su planta de Toledo. Para evitar usos indebidos, se queman todos los rastrojos.

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Y es que al tratarse de estupefacientes, todo este proceso esta vigilado de cerca por la Ertzaintza, en el caso de Álava, y por la Guardia Civil y la Policía Nacional. Los agentes patrullan por los terrenos sembrados de opio y vigilan con especial celo la recolección. Se debe evitar cualquier desviación al mercado ilegal y la presencia en las zonas de cultivo de los llamados 'vampiros del opio' o amapoleros. Tratan de burlar la vigilancia para rajar la cápsula verde verde de la flor y extraer unas gotas de su latex, el opio bruto que en contacto con el aire se vuelve marrón.

Realmente esto no es lo que interesa a Alcaliber. Se centra en el resto de la planta, en lo que se llama paja de adormidera y en las semillas. Tras someter la materia prima a un proceso de separación, la semilla queda limpia de residuos y se destina a repostería y panadería. Por su parte, la paja se peletiza y se somete a diversos procedimientos químicos de los que se extraen algunos de los más de 70 alcaloides presentes en el opio. Uno de los más conocidos es la morfina. También es famosa la codeína. En la lista están asimismo la tebaína, la papaverina (antiespasmódica y vasodilatadora) y la naxolona, un antagonista de los opiáceos usado en tratamientos de desintoxicación.

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Alcaliber es lider mundial en la producción de morfina. En 2021, produjo el equivalente a cien toneladas, casi un tercio del total mundial, segun los datos de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefaciones, un órgano de la ONU que vela por los tratados internacionales sobre drogas. Es líder mundial por delante de Australia, Turquía, Francia e India.

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