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Desde el paraje de Las Norias, en Logroño, donde ahora están las piscinas municipales coma hasta Villafría pasando por Viñaspre discurre una senda que se ... empezó a recuperar en el mes de abril con una caminata en la que participaron tres autobuses de senderistas para hacer la mitad del recorrido, los doce kilómetros que enlazan Villafría y Viñaspre. El sábado el recorrido se va a completar para ir desde Viñaspre hasta Logroño y culminar así los 24 kilómetros de la ruta para llegar desde Logroño hasta uno de los pueblos más fríos de Álava, que hace honor a su nombre, pasando por Lanciego y Kripán, en plena Rioja Alavesa
Salvador Velilla y Rakel Zabala han recuperado los detalles de esta ruta casi olvidada, y se disponen a convertirla en una de las tradicionales de Rioja Alavesa. La de 'los arrieros' es una de esas rutas que como el GR 38 de 'el vino y el pescado' que une Oion y Otxandio, enlazan los pueblos a uno y otro lado de la Sierra de Cantabria. El de Villafría es uno de los más de veintidós puertos que la atraviesan desde Las Conchas de Haro y la Peña de La Población. Alanza una altitud de 1.072 metros y «podría estar abierto ya en 1519», según señala Velilla.
Hay que situarse en el siglo XVI, cuando las mercancías se trasladaban en pesados carros arrastrados por bueyes o caballos, que tenían que hacer largas jornadas de camino. Desde la Rioja Alavesa, el producto más viajero ha sido el vino que de esa manera garantizaba un forma de vida al norte del Ebro que todavía se mantiene. Uno de los destinos preferentes de los caldos riojanoalaveses era el País Vasco, con sus grandes ciudades, tan cercanas. La ruta hasta Vitoria pasaba por la Montaña Alavesa y a la vuelta, los carros podría volver con hierro, castañas, maíz o cualquier otra mercancía que llegara a los puertos o se elaborara en el camino.
Las preocupación de las gentes de Rioja Alavesa por transportar sus vinos llegó a las Juntas Generales de Álava ya en 1511. Ese año «empezaron a hablar de constituir el puerto por Villafría y para 1574 llevaba años usándose», señala Velilla. En ese intervalo, la situación fue cambiando. El 'quid pro quo' que son las relaciones comerciales está en base de la red de comunicaciones que dio lugar a caminos y las carreteras actuales. Algunas más cómodas, se han seguido usando pero otras, han quedado relegadas a ser caminos carretiles o simples sendas perdidas entre pueblos.
A los comerciantes y cosecheros logroñeses les parecía interesante el paso de Villafría y decidieron «cobrar cuatro maravedís por cántara de vino para sufragar el camino», pero en Vitoria y Laguardia, la idea no fue bien acogida porque «solo beneficiaba a la ciudad de Logroño». Así que Samaniego y Laguardia pusieron en marcha su proyecto para «fabricar un buen camino carretero desde Vitoria a Laguardia por Herrera» que quedó terminado en 1801. Su éxito ha perdurado hasta hoy.
Pero el paso de Villafría seguía siendo más cómodo para Kripán, Elvillar y Lanciego que «se empeñaron en hacer el camino que les evitaba pasar por Haro y alargar la jornada en invierno». Sin ayuda de las autoridades de Vitoria ni de Logroño, estos pueblos, fueron capaces de reunir el dinero para construir el paso, mucho más cómodo para ir a Vitoria.
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