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ÁNGEL RESA
Domingo, 31 de marzo 2019, 01:00
Ambos se conocían de antes, al menos desde que el entonces Síndico comparecía cada año para defender su informe anual ante un Consistorio en el que ocupaba un sitio destacado su contertulio. Javier Otaola, el masón, el intelectual vestido de negro, el hombre de los ... conceptos académicos, el letrado del Gobierno vasco, el renacentista trasladado a estos tiempos abre las puertas de su casa y franquea el paso a su abigarrada biblioteca a Juan Carlos Alonso, el exconcejal de Urbanismo durante el cuatrienio de Patxi Lazcoz en la Alcaldía de Vitoria. Periodista titulado, autor de muy buena prosa y de pensamientos fundados, el que fue cargo socialista se enreda en el mejor sentido del término con Otaola sobre feminismo y modelo de Estado. Para cuando sueltan músculos, dicen en modo metafórico, va el árbitro, pita el final del partido, se lleva la pelota y los deja sin palabras en voz alta. Pero hasta los jueces del VAR creen que el diálogo ha cundido lo suyo. Hasta la perra Molly, veterana de la vida animal, se incorpora de vez en cuando para oír de cerca a los protagonistas.
Juan Carlos Alonso Licenciado en Periodismo, fue director foral de Comunicación con Fernando Buesa. Teniente de alcalde y edil de Urbanismo (2007-2011). Empleado de la Administración General del Estado.
Javier Otaola Licenciado en Derecho y letrado del Gobierno vasco. Fue Defensor Vecinal de Vitoria durante dos quinquenios. Masón y escritor. Propulsor del Foro de los Iguales, un espacio de debate.
- El 8 de marzo de 2018 marcó un punto de inflexión en el feminismo. ¿Qué ocurre el 9, el 10, el 11...?
- Javier Otaola: Yo creo que ha sido un grito de rabia y de orgullo por parte de las mujeres que viene muy a propósito. Pero esto es simplemente un punto dentro de un proceso largo.
- Juan Carlos Alonso: Sí, comparto que es un proceso en marcha y que es muy vivo. Es un tsunami y el que crea que tiene estación término está absolutamente equivocado. Esta pelea ha empezado para extenderse en el tiempo y poner a la mujer en el lugar que se merece dentro de la sociedad contemporánea. Se ha pinchado una burbuja, que es la de los automatismos que aprendió la gente de mi generación. Yo nací en 1960 y mamé cosas que se grabaron en mi ADN. Cuando mis padres estaban enfermos, mis hermanas les cuidaban. Cuando había que fregar se levantaban las mujeres. Toda una serie de cuestiones que no nos podremos quitar del ADN en una generación. Igual que las mujeres se encuentran en un proceso, nosotros nos encontramos en otro. En el de ser capaces de estar a la altura.
- J. O.: Somos una generación perdida ya. Y las próximas generaciones, educadas en la igualdad, tendrán una visión más natural de esto, ¿no? Una de las cosas que se ha puesto de manifiesto en estas movilizaciones ha sido la importancia de la juventud. Yo no lo veo tanto como una batalla, aunque siempre hay un elemento de conflicto, sino como un proceso casi biológico. El machismo no es que sea una ideología perversa, es que es una estupidez sin ningún futuro. Yo no tuve hermanas ni he tenido hijos varones. He tenido hijas, que ya están en otra onda. Y supongo que las hijas de mis hijas lo estarán todavía más. Y no solamente ellas, sino también los varones. En el caso de mis hijas son sus parejas masculinas las que hacen todas las tareas domésticas. No es que ellas sean feministas, es que en sus casos son vagas.
- J. C. A.: Pues para no tener futuro, el machismo ha tenido un pasado espléndido. Y quienes creen que esto se amortiza en una generación o dos se equivocan por una razón. Yo creo que lo que separa el hombre civilizado del tirano es una capita (hace el gesto suave sobre la mano) epidérmica. Y quien piensa que los valores que hemos conquistado o que estamos en proceso de conquistar son sólidos se equivoca. Ya no se trata tanto de un término bélico como de un compromiso personal. Debajo de esa epidermis de educación en valores anida el tirano en cada uno de nosotros. Debemos de tenerlo claro antes de dar por finiquitado el machismo.
- ¿Es unívoco el término 'feminismo'? ¿Admite adjetivos?
- J. O.: Yo no me atrevo a calificarme de feminista. Lo único que sé es que soy antimachista. Pero no como amor a las mujeres, sino por amor a la idea que yo tengo del hombre. Creo que un hombre machista no sólo es una persona ideológicamente tarada, sino que además es alguien bastante tonto. No me atrevo a definir el feminismo porque ni siquiera sé si las mujeres me lo permitirían. Son ellas las que tienen que definir qué es ser mujer. Ya está bien que seamos nosotros los que lo digamos.
- J. C. A.: Se habla de muchas calificaciones del término 'feminismo' y nos estamos dejando la que está más en boga, la que ha surgido ahora rampante y planteada por un líder político en España, que es el 'feminismo liberal'. Como si fuera posible etiquetar un concepto como el feminismo igual que en sus tiempos se hablaba de 'democracia orgánica' o la 'verdadera libertad' a la que aspiraba el pueblo vasco según los etarras y no a la libertad corriente y moliente que tenía el resto de los humanos.
- J. O.: Estamos hablando de un tema antropológico. Estamos cambiando las paredes maestras de lo que ha sido la concepción del ser humano en los últimos dos mil años.
- ¿Sólo la izquierda desde la corrección política puede abanderar la causa del feminismo?
- J. C. A.: Creo que hay un 'buenismo' por parte de la izquierda que circunvala los problemas en vez de afrontarlos. Hay 'apriorismos' como el de que militar en un partido de izquierda te da el carné de progre o de feminista, como te daba el carné de vasco militar en un partido nacionalista. Y luego ves el decorado de un líder político, 'Vuelve él', después del permiso de paternidad como si fuera un anuncio de colonia. Hay 'apriorismos' en los que alguien cree y luego no son tal cual, no son así.
- J. O.: Ese es un pecado muy de la izquierda, que tiene una posición muy indulgente consigo misma. Se juzga a sí misma por lo que le gustaría ser y juzga a la derecha por lo que es. El debate siempre sale a su favor. La izquierda tiene un complejo de superioridad moral.
- ¿Va la legislación por delante de los hábitos sociales en el camino hacia la igualdad entre hombres y mujeres?
- J. O.: La legislación tiene un límite. No puede decir quién va a recoger los cubiertos o los platos en la casa. Sólo faltaría.
- J. C. A.: (Risas)
- J. O.: Eso sí que sería tiránico. Hay niveles de transformación que tendrán que producirse socialmente. Y son los cimientos educativos, el cambio de los arquetipos sociales.
- J. C. A.: Vivimos un momento de confrontación especialmente virulento en el panorama político de España sobre términos que se daban por supuestos, como la violencia de género. Ha pasado recientemente en Andalucía con la unión de las derechas.
- J. O.: Pero, ¿qué ha pasado en Andalucía?
-J. C. A.: Pues que quien está en contra de los consensos básicos...
- J. O.: ¿Cuáles son esos consensos básicos?
- J. C. A.: Pues toda la legislación que se ha orquestado en favor de los derechos de la mujer.
- J. O.: Pero Andalucía no tiene capacidad para anular esas leyes, ¿no?
- J. C. A.: No, obviamente no tiene capacidad para anularlas, pero sí para gestionarlas y desarrollarlas.
- ¿En qué momento de ese proceso hacia la equiparación real de derechos nos encontramos?
- J. C. A.: Cuando nos preguntan '¿es usted machista?' contestamos 'por supuesto que no'. '¿Es usted feminista?' Pues el 42% de los vascos cree que sí.
- J. O.: Pero les preguntas qué es el feminismo y ¿a que no saben darte una definición?
- J. C. A.:Y pese a estas cifras que te doy y a que la juventud está llamando al cambio está llamando también a otra serie de actitudes de control de las mujeres a través de las redes
sociales.
- J. O.: ¿Pero tú crees que alguien sostiene en serio que el varón es superior a la mujer?
- J. C. A.: No.
- J. O.: Yo creo que se ha avanzado muchísimo, pero todo depende del horizonte final al que quieras llegar. Mis dos hijas se mueven con una libertad mucho mayor a la que tenía yo siendo chico. Deben de ser ellas, las mujeres, las que tienen que decidir cuál es el camino a seguir.
«Debajo de esa epidermis de educación en valores anida el tirano en cada uno de nosotros»
«Parece que militar en la izquierda te da el carné de progre o de feminista y luego no es tal cual»
«El machismo no es una ideología perversa, es una estupidez sin ningún futuro»
«La legislación tiene un límite. No puede decir quién recoge los platos en casa»
Javier Otaola participó en la redacción del Manifiesto de Federalistas Vascos, documento que también firmó Juan Carlos Alonso. Un asunto candente con Cataluña en primer plano y las distintas posiciones partidistas: recentralización, derechos forales, independencia…
- Javier Otaola: Si el federalismo va a venir de la mano de un solo partido, apaga y vámonos. Tendrá que ser con un eje izquierda-derecha de consensos amplios. Un 'trágala' no va a resultar. La Constitución española del 78 es un régimen federal vergonzante que no se atreve a llamarse a sí mismo como tal. Es un federalismo defectuoso porque no garantiza los mecanismos de lealtad que otros estados sí tienen. Establece una 'multibilateralidad' en la que parece que cada territorio disputa sus propias reglas con el centro. En Cataluña no hay una mayoría independentista, pero sí un disgusto suficientemente importante para dar algún tipo de respuesta política a medio plazo. Las cosas tendrán que empeorar un poco para que la gente entienda que hay que adoptar una fórmula federal.
- Juan Carlos Alonso: Comparto absolutamente lo que comentas. El otro día, leyendo el Manifiesto de Federalistas Vascos me vino a la cabeza la frase de Machado. «Cada diez cabezas, nueve embisten y una piensa». Y sentí un cierto grado de satisfacción porque esa cabeza está encendiendo una lucecita al hablar de rincones de coexistencia. Un debate quizás demasiado lírico en estos malos tiempos para la lírica. Y efectivamente, el federalismo sólo se puede implementar en España si es fruto de un gran consenso transversal.
- J. O.: Hemos tenido cuarenta años de un régimen democrático y liberal donde nunca de una forma tan constante, pacífica y profunda se han producido cambios estables. Estos cuarenta años son los mejores…
- J. C. A.: De toda la historia.
- J. O.: Entonces, vamos a salvaguardar aquello que tiene de valioso. En España no puede haber democracia verdadera sin un respeto y una integración de las políticas territoriales. No hablo de derecho de autodeterminación, pero sí de un cierto consentimiento.
- J. C. A.: Y básicamente lealtad.
- J. O.: Por supuesto que lealtad, pero la lealtad se construye institucionalmente. Debe de haber mecanismos que la garanticen y no están bien establecidos en la Constitución del 78.
- J. C. A.: Todo lo que era sólido se está licuando. Después de haber visto a Unidad Alavesa, el partido foralista y nacido para combatir al nacionalismo, pactando con su antítesis… Ahora vemos en Navarra el foralismo de UPN tratando de trenzar una coalición con el antiforalismo de Ciudadanos, partido que se reclama antiprivilegios.
- Consideran que el autogobierno de Euskadi iguala o supera al de un 'land' alemán?
- J. O.: El País Vasco tiene tanta autonomía como un 'land' alemán, pero el Estado español no tiene los mecanismos de control que sí tiene sobre la lealtad la República Federal alemana. El Estado español está mucho más vendido.
- J. C. A.: Efectivamente, ese es un diagnóstico acertado. Somos una Monarquía casi federal con complejos.
- J. O.: No hay que mezclar el federalismo con otros debates. Si lo queremos vamos a por ello. Cabe perfectamente una Monarquía federal como una República federal.
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