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Como cada 5 de enero, cientos de pequeños se han acercado este viernes a la estación de ferrocarril, a la calle Dato y a la plaza de España para ser los primeros en recibir a sus Majestades de Oriente en Vitoria. Desde más de ... media hora antes, el andén de la estación de ferrocarril estaba abarrotado. No cabía un alfiler. La mayoría con una carta en la mano y nervios al mirar la pantalla en la que aparecía un letrero de llegadas que solo se puede ver una vez al año: 'Tren especial Reyes Magos'. Puntuales, a las 11.00 horas, abrían la puerta de un vagón cargado de regalos al grito ensordecedor de niños y no tan niños. «¡Melchor, Gaspar, Baltasar!», clamaban Pilar García y sus peques Ane y Gorka.
«Somos de los Reyes más que de Olentzero», afirmaban. Lo mismo decía Eneko Marín, un peque de 6 años que nunca falla al encuentro. Qué iban a decir sino. En esa llegada a todo vapor de Sus Majestades se vio a Melchor firmando autógrafos como auténticas estrellas. «No todos los días los podemos ver», repetían teléfono en mano muchos vitorianos que contribuyeron a darles una calurosa bienvenida, pese al intenso frío que les ha recibido en tierras alavesas.
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Al salir de la estación se subieron a unos Mercedes clásicos, en lugar de camellos. Casi como un guiño más a la ciudad. Y muy bien acompañados por esos carteros reales, siempre sonrientes, a las 11.36 llegaban a la Plaza de España para dirigirse desde el balcón del Ayuntamiento de Vitoria a todos los peques y familias. Encabezados por el espectáculo 'Mirage', de la compañía francesa Kervan, que traía de Oriente una nube anaranjada que coloreaba el día gris con zancudos, bailarines y tambores.
«¡Kaixo, qué contento estamos de volver a ver vuestras sonrisas!», decía Gaspar ya desde el balcón tras saludar a la alcaldesa Maider Etxebarria y a Sonia Díaz de Corcuera, concejala de Cultura. «Habéis sido muy responsables y tendréis regalos, pero también nos acordamos de niños de otras partes del mundo que no tienen tanta suerte», comentaron entre muchísimos aplausos. Todavía fueron a más esos vítores cuando propusieron dos retos para los txikis. «Tenéis que ayudar a poner la mesa, recoger los cubiertos y ayudar a los aitas», pidió Gaspar a los peques de casa. La petición se recibió con los brazos abiertos entre los aitas. El otro 'reto' era «tener todo muy limpio» -sí, también lavarse los dientes- con la vista puesta en mantener el sello 'green' de la capital alavesa. «Hay que cuidar el planeta pero también esta ciudad maravillosa», enfatizaron.
Además, los Reyes Magos aplaudieron la afición al deporte, algo que han notado en muchas cartas en las que les han pedido ropa y zapatillas para realizar ejercicio, muchos balones y todo tipo de materiales para mantenerse en forma. «Ya hemos leído muchas de las cartas, también las de aita y ama y de los abuelos». Entre esos grandes montones de cartas comentaron que «una abuela nos pide una pala de pádel, seguro que os gana», contaban entre risas Sus Majestades. «¡Cómo le dan a las abuelas al deporte ahora, eh!». A la visita de nuestros mayores también dirigieron unas palabras conscientes de que hay que cuidarlos.
Estos magos inmortales que ya tienen organizada la entrega de regalos para la noche han notado un especial interés por el fútbol y el baloncesto en Vitoria. «¡Vaya equipo de fútbol el Alavés y aupa Gloriosas», dijeron. Además se refirieron al Baskonia y el Araski, lo que hace sospechar que en unos días muchos lucirán una nueva pelota en las canchas. Tras el paso por el Ayuntamiento de Vitoria, los Reyes Magos empezaron a recibir a los txikis en el Palacio de Villa Suso, desde la entrada de Fray Zacarías.
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