Las cajas de luz de Zaramaga se convierten en lienzos

Las calles de Zaramaga se han convertido en un lienzo urbano en las últimas semanas, pero no solo se encargan de embellecer las calles del barrio, sino que transmiten un mensaje, que invita a los vecinos y paseantes a la reflexión. Diego Berruete, un ilustrador y muralista con 16 años de experiencia, ha transformado las cajas de luz del barrio en auténticas obras de arte. A través de sus diseños, el artista busca visibilizar problemáticas sociales y políticas que afectan la sociedad: salud mental, cuidado de la naturaleza, racismo, bullying, genocidio, diversidad y vivienda. «Cuando estás al frente de ellas te incentivan a meditar», dice este alavés de 42 años.

Siete son los contenedores de conexiones eléctricas que han sido decorados para dar una mejor cara a estos espacios. «Estaban sucios, y ahora tienen una nueva imagen». A través del Programa de Educación de Calle (PEC) los educadores del centro cívico de Iparralde contactaron con Diego para trabajar un taller para personas entre 12 a 60 años y así «fomentar la creatividad y expresar las problemáticas que ellos viven».

El artista cuenta que él se encargó de hacer el boceto de cada una de las obras, luego dibujó en las cajas de luz y finalmente los jóvenes eran los encargados de darles color al diseño. «Íbamos con grupos de cuatro personas a colear los espacios». Cuenta que esta iniciativa sólo se ha visto en el barrio de Zaramaga y se trabajaba de manera colectiva.

Diego estudió ilustración en la Escuela de Artes y Superior de Diseño de Vitoria, y cuando fue consciente de que esta era su vocación, se dedicó profesionalmente. «Desde el 2008 lo hago de manera más seria». Hace cuatro años se asoció con Raúl Salcedo y fundaron la empresa creativa KolHormak, pero desde hace dos asumió en solitario las riendas del negocio.

En el 2022 pintó junto a su exsocio uno de los murales más reflexivos de Vitoria en la calle Mendoza, en Zaramaga. «Hice el mural sobre el Sahara que expresaba el expolio de los recursos naturales del pueblo saharaui» y aunque no recuerda cuántos diseños ha hecho en sus 16 años de carrera siente que lo hace con mucha pasión. «Es algo que me encanta hacer y que tengo la suerte de vivir de ello».

Con un estilo realista, siente especial inclinación por los retratos de personas y animales, tratando de captar siempre la esencia de la mirada. «Intento tirar por esa rama, pero como empresa estoy abierto a diferentes temas».

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