![Las caídas en Mercedes y Michelin sumen en la incertidumbre a 60.000 trabajadores](https://s1.ppllstatics.com/elcorreo/www/multimedia/202006/14/media/cortadas/mercedes-industria-kyiH-U110500087537QGF-1248x770@El%20Correo.jpg)
![Las caídas en Mercedes y Michelin sumen en la incertidumbre a 60.000 trabajadores](https://s1.ppllstatics.com/elcorreo/www/multimedia/202006/14/media/cortadas/mercedes-industria-kyiH-U110500087537QGF-1248x770@El%20Correo.jpg)
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Cuando Alemania estornuda, Europa se resfría. Sobre este comentario, habitual entre los analistas económicos, se puede hacer un paralelismo perfecto con la situación de Mercedes y Michelin y el impacto en el tejido empresarial de Álava e incluso Euskadi. «Si la planta de ... furgonetas de Vitoria da síntomas de constipado, yo tengo que ir preparando la bufanda y hasta la medicación porque algo me va a pasar», dice el responsable de un proveedor principal para la factoría de la multinacional alemana. La caída de la producción casi un 25% respecto a la previsión que había para este año -ahora el objetivo es montar 123.500 vehículos cuando hace tres meses el reto era alcanzar la cifra histórica de 159.000- junto a un descenso próximo al 50% en la fabricación en Michelin, en comparación con la situación que había en junio pasado, despierta la incertidumbre en la automoción vasca y en todo lo que le rodea.
Porque no son solo los casi 8.500 empleos directos que generan estas dos locomotoras industriales, sino que su efecto multiplicador eleva a más de 60.000 en total los puestos de trabajo vinculados de una u otra manera a la planta de Mercedes y al fabricante de neumáticos. Estas compañías representan, respectivamente, el 30% y el 15% del Producto Interior Bruto (PIB) del territorio.
Miguel López-Quesada | Gestamp
En el parque de proveedores que la multinacional alemana tiene en Avenida de los Huetos trabajan, además de DHL y Ceva que se encargan de la logística -más de mil empleos entre ambas-, otras cuatro empresas auxiliares con un personal próximo a los 600 efectivos. Faurecia hace los asientos delanteros, Lear los traseros, SAS los salpicaderos y Benteler los ejes. Y durante el mes y medio de parón de la actividad en la principal industria vasca, ellos también han dejado de funcionar. «Dependemos al 100% de Mercedes, todo lo que hagan o dejen de hacer ellos, nos repercute a nosotros», reconocen Iván Bonilla y César Lafraya, responsables de las plantas de SAS y Faurecia-Asientos del Norte, respectivamente, que dan empleo cada una a más de 180 trabajadores.
Materias primas. Caucho, sílice o azufre, por ejemplo, llegan desde Italia, China, Taiwan, Polonia o Brasil a través del Puerto de Bilbao -también sufre el impacto de la caída de producción- o por carretera.
Ferrovial Servicios. Más de medio millar de trabajadores tiene esta contrata en la planta de Michelin. Hace trabajos de transporte y logística así como de limpieza de instalaciones y de mantenimiento.
Dominion. En torno a 150 operarios dedicados a logística, principalmente, pero también a limpieza y mantenimiento.
Empresas locales. Utimesa, en Ali, suministra maquinaria y utillaje, o Bi-Yak (Portal de Gamarra), que hace accesorios neumáticos e hidráulicos.
Gestamp. Fabrica componentes para carrocería en su planta de Abadiño. Tiene unos 650 trabajadores. La producción para Mercedes supone un 70% de su volumen total.
Dentro de Mercedes. Hay cuatro empresas en las instalaciones de la multinacional. Faurecia (unos 150 operarios) hace los asientos delanteros, Lear los traseros, SAS (180) suministra los salpicaderos y Benteler los ejes. En total, unos 600 trabajadores.
Logística. DHL y Ceva también operan en el complejo industrial, en diferentes naves. Suman más de un millar de operarios entre ambas.
Limpieza. ISS Facility, Gigabar y Garbialdi, en total unos 200 empleados.
El cierre durante seis semanas en la factoría alemana supuso un «mazazo» y «hemos tenido que hacer una economía de subsistencia, mirando mucho las inversiones y los gastos fijos, para evitar hacer despidos. Porque reducir la estructura de la plantilla no suele ser la solución». Bonilla espera que la caída de la producción y la parada durante agosto «las podamos ir asumiendo», no sin complicaciones.
Esta bajada «no nos deja otra opción que acompasarnos a su escenario al 100%, sea el que sea», apunta Lafraya. Y con las previsiones actuales «el hecho objetivo refleja un exceso de capacidad productiva en nuestra planta y la necesidad de ajustarlo. Las alternativas pasan por cerrar días o turnos, o reducir personas si queremos mantener la empresa -Faurecia- en unos ratios correctos que no hipotequen la situación de cara al futuro», sostiene el responsable del proveedor para Mercedes de asientos delanteros. «Las fórmulas no están decididas y las negociaremos con nuestros trabajadores, como siempre».
Urko Arregi | Utimesa
La repercusión de la multinacional germana es «tremenda, no solo aquí en Álava sino en el conjunto de Euskadi», coinciden los agentes consultados. De hecho, Gestamp, el mayor fabricante de piezas de automoción en España, cuenta con una planta en Abadiño (Bizkaia) con alrededor de 650 trabajadores y aproximadamente el 70% de su negocio va asociado a la factoría vitoriana, a que la nutre de componentes para la carrocería. Volkswagen Navarra es otro cliente de referencia.
La dirección también aplicó un ERTE de fuerza mayor como sucedió en Mercedes y retomó la actividad días antes de que lo hiciera la planta alavesa para suministrarle el material necesario. Ahora trabaja al 75%. «Nos adaptaremos a las necesidades de nuestros clientes, pero el momento actual para la automoción es difícil y requiere del compromiso de todos: empresas, trabajadores, agentes sociales e instituciones», asegura Miguel López-Quesada, director de Relaciones Institucionales de Gestamp.
Algunos de estos expedientes de regulación temporal de empleo en las industrias auxiliares o subcontratas tienen las mismas condiciones que en las dos grandes multinacionales. Es el caso de Ferrovial Servicios, que cuenta con una plantilla por encima de las 500 personas trabajando dentro de Michelin. «El nuevo ERTE por causas organizativas y productivas es idéntico, en las mismas fechas -del 18 de mayo al 15 de septiembre- y con los mismos complementos», explican portavoces sindicales. Es decir, el personal de Ferrovial se asegura en este caso el 80% del salario bruto individual.
«Hacemos trabajo de transporte y logística, de mantenimiento y de limpieza de instalaciones. Y vamos a los ritmos que va Michelin», añaden desde el comité. Con el ERTE actual la actividad es menor y «hay que ver cómo evoluciona el tramo final del año». En circunstancias similares se encuentra la plantilla de Dominion que trabaja igualmente para el fabricante de neumáticos. También hace tareas de logística -carga de camiones, transporte entre líneas de producción...- y la reorganización en la planta obligará a la empresa a establecer mecanismos de flexibilidad para, sin tocar el empleo, atender las necesidades del cliente.
Comité de Ferrovial Servicios | Portavoces sindicales
La dependencia que hay de Mercedes y Michelin es «tremenda. Es un lujo para el territorio tenerlas aquí, pero al mismo tiempo un arma de doble filo porque si ellas sufren, imagínate el resto». Es lo que opina Urko Arregui, propietario de Utimesa, una pyme familiar que fundó su padre hace 35 años y que ahora lidera él. La planta de Michelin es un cliente primordial para esta firma especializada en mecanizado de precisión. «Somos ingeniería, fabricamos y hacemos el mantenimiento», detalla el responsable de 35 trabajadores. «No hemos tenido que recurrir al ERTE de momento. Pero vienen tiempos difíciles». Álava y Euskadi contienen la respiración por la incertidumbre ante el futuro de sus motores industriales.
Ya desde el 18 de mayo la planta de Mercedes-Benz en Vitoria incorporó su tercer turno de trabajo, con lo que desde ese día tiene a sus 5.000 trabajadores a pleno rendimiento. Ahora, casi cuatro semanas después, sigue siendo el primer fabricante de vehículos a motor de España cumple ese potencial. El resto de fábricas de vehículos mantienen su producción por debajo de la que tenían antes del estallido de la crisis del Covid-19 a la espera de ver cómo evoluciona la demanda tanto nacional como internacional, pues exportan más del 80 % de lo que producen.
En España -segundo fabricante automovilístico europeo y noveno del mundo- los grupos Volkswagen (Seat), PSA, Renault Nissan, Ford, Mercedes-Benz e Iveco cuentan con diecisiete plantas, doce de ellas de ensamblaje, que emplean a unas 66.000 personas en producción y a más de 27.000 en otros departamentos como administración.
680 unidades al día
A mediados de marzo, coincidiendo con la declaración del estado de alarma y el cierre de los concesionarios, todas las fábricas pararon su producción y fueron retomando la actividad entre el 27 abril y el 4 de mayo, sin que por el momento hayan alcanzado los niveles de actividad previos al Covid-19.
La planta de Mercedes en Vitoria retomó la actividad el 27 de abril con un turno, al que se sumaron el segundo el 11 de mayo y el tercero el 18 de mayo. Desde entonces trabaja para fabricar 680 unidades por día, su producción habitual antes de la crisis. «Somos el primer fabricante en España en alcanzar el nivel de producción habitual con los tres turnos completos», según fuentes de la factoría.
Volkswagen Navarra, que antes del cierre obligado por la pandemia fabricaba 1.438 vehículos/día, retomó la producción el 27 de abril con un turno. «La entrada del tercero no esperamos que sea antes de finales de agosto», señalan fuentes de esta planta que emplea a 4.773 personas.
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