![«El caballo de internet está ya aquí, puedes pelearte con él o montarte»](https://s3.ppllstatics.com/elcorreo/www/multimedia/202112/20/media/cortadas/mazoka1-kPNF-U160306836374oi-1248x770@El%20Correo.jpg)
![«El caballo de internet está ya aquí, puedes pelearte con él o montarte»](https://s3.ppllstatics.com/elcorreo/www/multimedia/202112/20/media/cortadas/mazoka1-kPNF-U160306836374oi-1248x770@El%20Correo.jpg)
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Son ya siete los años en los que la ilustración protagoniza en la capital alavesa la iniciativa Mazoka. Y su impulsora Marta C. Dehesa celebra la buena salud de un mercado que desea volver a lo presencial, porque tanto para artistas como para aficionados el contacto visual aporta mucho más que las mejores imágenes. Algunas de éstas, 40 en concreto, se exhiben en el Antiguo Depósito de Aguas, en una muestra que también aporta una vuelta de tuerca visual. «El recibimiento de la exposición ha sido muy positivo. Viene bastante gente a verla. La recepción del catálogo, también», detalla la artista y abogada.
El movimiento en las tiendas virtuales tiene un buen ritmo, aunque «la gente espera mucho a última hora. No creo que tengamos el éxito de ventas del año pasado, pero parece que lo online ha llegado para quedarse. Echamos muchísimo de menos lo presencial, pero igual la fórmula es algo mixto», reflexiona Dehesa. También aclara que ese contacto entre público y artista «era el elemento diferenciador frente a otros mercados: tratabas directamente y de forma presencial con quien había creado ese dibujo, te contaba la historia detrás de él y, al final, eso genera una cercanía y un conocimiento.Además, favorece una visibilización de la ilustración que es el objetivo de Mazoka», destaca.
Otras claves se suman a esa proximidad, especialmente en el caso de la propuesta que estará abierta al público hasta el día 26. «El tema de este año –como remarca la identidad visual desarrollada por Anuska Graphic y el cartel de Maite Gurrutxaga– tiene que ver con la cercanía, con el barrio, con la vecindad. Con volver a mirarnos y quién tenemos al lado», razona la también fotógrafa.
Explica que, en relación con la cámara, su labor responde a «intentar captar la realidad desde mi perspectiva. soy una apasionada de la imagen gráfica y siempre he consumido mucha fotografía e ilustración». Pero esta mujer feminista recalca también su faceta de «activismo: gran parte de mi labor como ilustradora tiene que ver con reivindicaciones.Y también en el caso de la fotografía».
Claro que, en su trayectoria, Marta C. Dehesa ha atravesado varias etapas. Dejó de dibujar a los 17 años para «hacer algo serio» y centrarse en sus estudios legales.Al cabo de otros tantos años, volvió al lápiz y enfocó su faceta de abogada especialmente al mundo de los derechos de autor.
Y en relación con las ilustraciones que se mueven por la red, la letrada y creadora argumenta que «el caballo de Internet está ya aquí y tienes la opción de pelearte con él o de montarte.Hay que ser consciente de lo que hacemos, porque nos formamos en un montón de técnicas pero se nos olvida hacerlo en las herramientas profesionales o mercantiles para saber usar nuestro trabajo sin que la red lo devore».
Pero las fauces que más tragan no son anónimas, ya que, a menudo, «nuestros mayores depredadores son nuestros clientes o empresas, que abusan del hecho de que nuestro trabajo está accesible en Internet». En este escenario, Dehesa aclara que «podemos llegar a muchos sitios, pero tenemos que saber cómo funcionan las licencias y qué volcamos y qué no.hay que medir, porque siempre vamos a perder cierto control».
Pero, al crear, Marta C. Dehesa tiene muy claro que no hay secretos: para hacerlo bien hay que «trabajar y meter horas, parece que si dibujas bien es porque tienes un don natural y eso no es así. Hay mucho trabajo por detrás, hay que probar técnicas para ver dónde estás más cómoda».
«El mundo editorial, la ilustración de libros, no da para vivir de esto. Y a los autores y autoras cada vez se les exprime más y se les dan menos royalties. Es muy bonito hacer un libro y quedar para la posteridad, pero la mayoría de la gente no trabaja ahí. Aquí tenemos personas que se dedican a la escenografía, teatro de sombras, ilustración científica, directores de arte en publicidad o prensa y quienes trabajan en la industria del metal por ejemplo, entre diseño gráfico e ilustración, para catálogos. La ilustración está en todos los lados, no sólo en el dibujo, que es una técnica. Ilustrar es comunicar gráficamente, contar algo», señala Dehesa.Y detalla que « hay gente que hace fotos, 3D, 'collage', que utiliza desde el óleo hasta lo digital o vectorial... y en todo tipo de soportes».
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