Sigue la búsqueda de un preso en tercer grado que apuñaló a su vecina en Salburua

No era la primera vez que apuñalaba a una mujer. Jesús, el hombre que la Ertzaintza y la Policía Local buscan desde la mañana de este sábado por acuchillar a su vecina, ya fue condenado en julio de 2003 por acabar con la vida de su expareja a cuchilladas en Villava (Navarra). Su caso de violencia de género estuvo impregnado de un enorme eco mediático. Se trató del primer juicio con jurado popular en esta materia en la comunidad autónoma vecina.

Le cayeron 22 años de prisión, aunque hace tiempo que le fue concedido el tercer grado con el informe desfavorable de Instituciones Penitenciarias, que nunca se ha creído del todo su rehabilitación. Desde hace un tiempo residía en el piso compartido que una conocida ONG administra en el Paseo de La Iliada (Salburua). Vivía junto a otros nueve compañeros.

En teoría todos desarrollaban vidas cotidianas, con la única condición de cumplir con unos horarios de entrada y salida. En el momento de los hechos, el convicto portaba una pulsera que pita si no se encuentra en esta vivienda comunitaria a la hora convenida. Por desgracia, ese instrumento carece de geolocalizador. «También podría habérselo arrancado», atajan fuentes policiales.

Hasta este sábado, su presencia había pasado bastante desapercibida en esta vecindad. Ese anonimato saltó por los aires a eso de las diez de la mañana, cuando supuestamente este hombre nacido en 1962 acuchilló a una vecina en presencia de su hija menor, de apenas 12 años.

Ambos se conocían, aunque los investigadores no tenían nada claro el grado de relación. Si son simplemente conocidos o buenos amigos. El tema es que algo ocurrió entre ella, una ciudadana extranjera de 40 años, y este hombre. Presuntamente le asestó al menos una puñalada a la altura del pecho. La única testigo de los hechos, la menor, presentaba una herida superficial. Dos ambulancias medicalizadas las trasladaron al hospital Txagorritxu, donde fueron ingresadas.

En el hospital certificaron que la mujer presentaba heridas de carácter «grave», pero afortunadamente no se teme por su vida. En cuanto a la niña, ésta apenas presentaba unos roces, lo que se interpretó como «heridas defensivas». Fue dada de alta en el centro sanitario y quedó al cuidado de unos familiares.

Paralelamente, a las 10.30 horas, patrulleros de la Policía Local y la Ertzaintza habían tomado este bloque. Una espesa niebla cubría la zona que, de paso, pudo facilitar la huida del agresor. Como medida de precaución, se colocó un cepo a su coche particular, estacionado enfrente del portal donde sucedieron los hechos. Aunque había sangre en las inmediaciones del inmueble -ertzainas tomaron muestras y fotografías de cada una-, la agresión tuvo lugar en el interior del bloque. Algunas fuentes hablan del «domicilio de la víctima».

Uniformados peinaron el edificio, conocido en ambas comisarías por incidentes previos con otros protagonistas. «Aquí ya se produjo otro episodio de apuñalamiento», deslizaron medios internos de la comisaría de Aguirrelanda.

Tras un primer registro infructuoso del bloque, la búsqueda se amplió a todo Salburua y Arkaiate. Pasaron las horas y no se hallaba rastro del sospechoso. Los efectivos de ambos cuerpos, con una cumplida descripción del agresor a la fuga, peinaron todo el término municipal. El rastreo incluso se amplió a los montes y área rural que circunda Salburua y Arkaiate. Se unieron asimismo miembros del PRI, una unidad de intervención de la Ertzaintza. Sobre las cinco de la tarde, este grupo volvió al portal. Se recibió la información de que el huido podía permanecer escondido en un piso de este inmueble. Pronto comprobaron que se trataba de un aviso falso. El radio de búsqueda se ha ampliado a toda la ciudad.

En abril de 2002, cuando asesinó a cuchilladas a su antigua compañera sentimental, este preso en tercer grado también huyó. En aquella ocasión cogió su coche particular y, desde Villava, recorrió cuatro kilómetros hasta la vecina Ansoain. Se echó al monte y, tras permanecer 24 horas desaparecido, se entregó a una patrulla de la Policía Foral.

En el momento de aquel ataque mortal, Jesús se encontraba en libertad condicional por episodios previos de maltrato a la que fue su pareja. Se llamaba Alicia. Tenía sólo 37 años y dejó dos hijos.

El Ayuntamiento de Vitoria ha convocado a las 13.00 horas una concentración de cinco minutos en la plaza de España en repulsa de las agresiones machistas. Desde el Consistorio, han expresado su «más enérgica condena y rechazo, así como nuestro apoyo y cercanía hacia las víctimas y su entorno poniendo a su disposición los recursos psicológicos, jurídicos, sanitarios, y de protección que requieran y garantizando que cuentan con toda la información que afecta a sus intereses».