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En el camino de Miguel Gutiérrez Garitano se han cruzado desiertos y bloques de hielo XXL, indígenas, zonas pantanosas, trincheras, ruinas escondidas, campos minados... y hasta sectas secretas. Lo 'normal' cuando uno lleva década y media con la mochila al hombro en expediciones a lo ... largo y ancho del planeta. Del Amazonas al Ártico y de allí a Irak. Una labor donde este aventurero del 77 vuelca su pasión por la exploración, la escritura y la Historia y que le ha valido diversos reconocimientos, entre ellos, su nombramiento como miembro de honor de la prestigiosa Royal Geographical Society a principios de este mismo año por su contribución a la Geografía. Ahora suma un nuevo título a esa lista como Alavés del mes de ELCORREO, que recibe con «una ilusión bestial».
El reconocimiento le llega apenas tres semanas después de regresar a casa tras recorrer el Amazonas, un destino que ha pisado en tres viajes desde 2009 y que, con la expedición que llevó a cabo entre julio y agosto pasados, da por cerrado un ciclo. En su mente se dibujan ahora nuevos retos pero, ¿dónde se encuentra el origen de esta aventura que acumula miles y miles de kilómetros? «Cuando era niño no paraba de leer. Mis libros de cabecera eran 'El señor de los anillos', 'El Quijote' y 'La odisea', y, si te fijas, todos tienen en común que hablan de viajes», cuenta el presidente de la Sociedad Geográfica La Exploradora. Sin embargo, a Gutiérrez Garitano no le valía con pasear por la biblioteca en busca de caminos desconocidos y «tenía que probar la parte empírica». Salir a la calle, a otros países, a nuevos continentes.
Con la primera expedición, en 2003, este licenciado en Historia y colaborador en diversos medios de comunicación aterrizó en Guinea Ecuatorial tras los pasos del vitoriano Manuel Iradier, una figura que siempre tiene en su cabeza como parte que es de la asociación que lleva su nombre. La experiencia, que repitió un par de años después, tomó forma de libro, 'La aventura del Muni', que obtuvo el premio de literatura Camino del Cid. En su cuaderno de viaje anotó después sus rutas por Brasil (2009), Perú (2011, 2012, 2015 y 2016) con su posterior obra centrada en el reino perdido de Vilcabamba (La Esfera de los Libros, 2017), Ecuador (2012), el Sahara occidental (2014), Irak (2015 y 2016) con el documental 'Fighting for Mosul' como resultado aún pendiente de ver la luz, el Ártico (2017) y el Amazonas (2019), que da argumento a uno de los cuatro títulos que tiene pendiente de escribir.
La elección de los destinos no es casual. «Todos los viajes tienen un componente histórico. Siempre encuentro una historia que me parece interesante y que nadie conoce», cuenta el Alavés de agosto con las imágenes del último recorrido aún frescas en su cabeza. En la Amazonia, que pateó a través de Perú, Bolivia y Brasil mientras el fuego la devoraba, comprobó la «degradación ecológica y social» a la que asiste este rincón natural por culpa de la voraz industria del oro, la madera o el narcotráfico. Pero si hay un lugar entre los que ha pisado en sus catorce expediciones que le mostraron la peor cara del ser humano es Irak. «Es una guerra que he vivido desde muy pequeño, recuerdo cuando recortaba las noticias del periódico sobre la guerra del Golfo. Allí vi que el Estado Islámico es el mal absoluto, el ejemplo perfecto del horror en la humanidad», asegura este explorador que promueve el conocimiento geográfico o la ecología a través de conferencias y charlas en colegios, entre otras actividades. En ellas podría encadenar anécdotas durante horas y narrar, por ejemplo, cuando descubrió un conjunto de ruinas y tumbas prehispánicas en Perú o por qué ha bautizado 'Erroi' al machete de jungla que ha patentado.
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