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El trazado de la línea de AVE Burgos-Vitoria optará por un recorrido más largo que requerirá de más de una veintena de obras adicionales y, por ende, un mayor presupuesto, con el fin de proteger al visón europeo, mamífero en peligro de extinción. ... Esa es una de las principales conclusiones plasmadas en el informe medioambiental publicado el pasado martes en el Boletín Oficial del Estado (BOE), un paso fundamental para el desarrollo de este proyecto que arrastra un retraso de décadas, y que supondrá el estratégico enlace por tren veloz entre la capital burgalesa (nexo con Madrid) y la 'Y' vasca.
La Declaración de Impacto Ambiental, cuya realización se ha prolongado durante tres largos años desde que se comenzó a tramitar en 2018, determina el recorrido con menor afección a lo largo de los 93,3 kilómetros que suma el trazado, dividido en dos subtramos.
Respecto el primero, entre Burgos y Pancorbo, la resolución del Ministerio de Transición Ecológica se decanta por la alternativa que discurre por el extremo oeste de la comarca de La Bureba, en un itinerario de 55,7 kilómetros, en lugar de hacerlo por el corredor central, con 52. Este último recorrido, cercano a otras infraestructuras como la actual línea de ferrocarril, la N-I o la AP-1, era «preferible», pero se descarta por sus daños al citado mamífero y a los suelos. Llevar el AVE por esa ruta tendría «mayor impacto sobre el visón europeo (especie en peligro crítico de extinción)», reseña la evaluación ministerial, que agrega otras afecciones de ese trazado como el «elevado riesgo hidrogeológico» por la perforación de un túnel (Hoyas). «El impacto sobre el hábitat del visón europeo es determinante de cara a la valoración de las alternativas», dictamina el informe.
26. Es la cifra de obras adicionales requerirá el trazado elegido por Transición Ecológica para el AVE Burgos-Vitoria a fin de «mejorar la conectividad ecológica y de hábitats de fauna».
El visón, determinante. El informe ambiental del Ministerio de Transición Ecológica dictamina que «el impacto sobre el hábitat del visón europeo, especie en peligro crítico de extinción, es determinante» a la hora de escoger el trazado de la línea.
El trazado. Con 93,3 kilómetros en total, se divide en dos subtramos. El primero, de Burgos a Pancorbo (55,7 kilómetros), da un rodeo por el oeste, en La Bureba. El segundo (37,6 kilómetros) cruza Pancorbo, Miranda y La Puebla hasta Vitoria.
1.400 millones. El proyecto de la Línea de Alta Velocidad Burgos-Vitoria tiene un coste estimado de alrededor de 1.400 millones de euros, a los que habría que sumar el presupuesto de los trabajos adicionales que requiere el informe medioambiental.
En lo referente al segundo subtramo, que conecta Pancorbo y Vitoria y que cuenta con 37,6 kilómetros, el trayecto consta de media docena de túneles -destaca uno en Pancorbo, de casi 3,9 kilómetros- para sortear la complicada orografía de la zona y una decena de puentes para salvar varios cruces con la A-1 y la N-1, los ríos Ebro, Bayas y Zadorra y con la actual línea férrea Madrid-Irún. El itinerario discurre por Miranda, donde salva el río Ebro con un viaducto de 1.000 metros y dibuja dos ramales de conexión con la actual línea de tren, y continúa por sendos túneles en Manzanos y La Puebla de Arganzón, donde atraviesa los Montes de Vitoria, para enlazar con la entrada a la capital. La Declaración de Impacto Ambiental «comparte la valoración del promotor (Adif) y la Diputación de Álava respecto a la idoneidad» del recorrido escogido para ese tramo, el cual destaca «por un menor impacto paisajístico». Sobre el visón europeo, el informe también dice que se hará un Plan de Mejora del Hábitat en colaboración con el área de Medio Ambiente de la entidad foral, así como con la burgalesa, «con medidas en los cauces afectados por el proyecto y otras zonas con presencia de la especie».
La elección de todo el trazado, incluyendo sus dos subtramos, requerirá «modificaciones y medidas adicionales a efectos de mejorar la conectividad ecológica y de hábitats faunísticos», expone el informe. En concreto, se trata de 26 obras adicionales, consistentes en la ejecución de construcciones o ampliaciones que encarecerán la obra. El documento no aporta cifras de esos sobrecostes, que se sumarán a los cerca de 1.400 millones en los que está presupuestado el conjunto del proyecto. Entre las intervenciones que corresponden al subtramo alavés del recorrido figura la «ejecución de un viaducto de aproximadamente 500 metros de largo a la salida del túnel de Manzanos, en lugar del terraplén proyectado», o la «construcción de un un viaducto para el paso de la carretera A-3302 en lugar del marco proyectado, o bien la adaptación de dicho marco para el paso de fauna mediante una anchura óptima de 15 metros».
La aprobación de la evaluación ambiental representa un avance indispensable para que se elabore y licite el proyecto constructivo del tramo. En ese sentido, el Administrador de Infraestructuras (Adif) continuará su tramitación «cuando el proceso cambie del Ministerio de Transición Ecológica al de Transportes y nos indique que podemos comenzar con expropiaciones, licitaciones y adjudicaciones», indicaron ayer a este periódico fuentes de la compañía.
De hecho, hace pocos meses, Adif ya remitió un anuncio indicativo al Boletín de las Comunidades Europeas informando de la intención sacar a contratación antes del 31 de diciembre la redacción de proyectos de construcción correspondientes a este tramo por valor de 20 millones de euros, todo ello «con el fin de acortar plazos». El AVE entre Madrid y Euskadi arrastra un enorme retraso. Ahora la línea rápida opera hasta Venta de Baños y se espera que llegue a Burgos en 2022, pero no será una realidad en Vitoria hasta más allá de mediados de esta década.
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