'Mercado del arte como creador de patrimonio'. El título de la conferencia que impartirá mañana Santiago Arcediano en la Casa de Cultura (19.00 horas) apenas da una idea de lo interesante, incluso divertido, que puede convertirse este campo semejante bajo el afilado bisturí ... y el enciclopédico conocimiento del historiador vitoriano. Un gran bazar al que desembocan tantas piezas valiosas como farsas sin cuento. «¿Qué es el arte contemporáneo, me preguntas? La respuesta es sencilla: aquello que vale mucho dinero». Esta es una de las frases que con punta de ironía suelta Arcediano como uno de los corolarios que mañana lanzará en la biblioteca Ignacio Aldecoa. La charla inaugura el ciclo que organiza este otoño la Sociedad Landázuri con motivo de su 30 aniversario.
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Arcediano arrancará su intervención de 60 minutos con Ignacio Díaz Olano y terminará con él, porque «a pesar que que hay muchos y buenos pintores alaveses Díaz Olano es paradigmático. Es el único en el que el valor de sus obras se traslada al mercado del arte. Siempre ha estado cotizado». El historiador analizará algunos cuadros de este genial artista 'desaparecidos' del mercado durante décadas, como 'Hilanderas y tejedoras' o 'La siesta', que se 'rescataron' en subastas y que ahora pueden contemplarse en el Museo de Bellas Artes de Álava. «Aquí sí puede decirse que el mercado ha servido para recuperar patrimonio artístico».
El pintor alavés no será el único centro de atención del experto en una conferencia que a todas luces se le quedará corta. Obras de Velázquez, Goya, Andy Warhol, Caravaggio o los NFT (creaciones digitales que también se cotizan a altos precios en el mercado de las criptomonedas) pasarán también por la sala de disección de Arcediano. «El tema del mercado del arte es amplísimo. ¿Quién marca el precio de una obra? Intervienen muchísimos factores en los que la vanidad juega un papel decisivo. Pero también la firma, la rareza, la antigüedad, el tamaño... ¿Hablamos de burbujas artísticas, como las inmobiliarias? Por supuesto. El primero que exhibe una lata de sardinas como una obra de arte la coloca por dos euros, luego viene otro y la compra por 8 y otro por 100... De lo que se trata es de no abrir la lata de sardinas el último y descubrir que somos los tontos. La cotización llama a la cotización».
Nuevas fronteras
Sobre las creaciones digitales, Arcediano apuesta por una visión muy abierta. «¿En 1890 quién habría comprado cuadros de Cezanne o Gaugin? Si parecían mamarrachadas y luego, pasados unos años, revolucionaron la pintura. Lo mismo sucede con el viodeoarte que en 1980 hacía nuestro querido Gerardo Armesto. En su día no lo entendía casi nadie. Hoy tienen un gran valor». Los NFT han llegado, en definitiva, para «ampliar la base del arte, como en su día hicieron esos clásicos. Antes las artes eran la escultura, la pintura y la arquietectura, ahora son también el dibujo, la acuarela, el arte digital, el videográfico...».
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A modo de consejo casero, Arcediano recomienda a quien quiera adquirir una obra de arte que lo haga por «puro placer, porque le gusta, para su propio disfrute. Que no piense en que se puede revalorizar o devaluar, que se olvide de eso. Si es una pieza buena, que el valor lo tasen sus hijos o nietos».
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