Fachada principal del convento de Las Brígidas, en Vicente Goicoechea, igor aizpuru.

Las Brígidas acogerá una pionera residencia de paliativos donde estudiarán alumnos de Egibide

El nuevo servicio, único en España, tendrá 12 plazas y aspira a ser realidad a lo largo de 2022

Viernes, 8 de octubre 2021

El convento de Las Brígidas acogerá una residencia de cuidados paliativos en la que se formarán alumnos de FP de Egibide. 'Casa de los Cuidados-Zaintzen Gunea' es el nombre de este proyecto impulsado por la asociación sin ánimo de lucro Babespean, Egibide y la ... Diócesis de Vitoria que será pionero en España y que podría convertirse en realidad a lo largo del año 2022. Devolverá la vida a un edificio cerrado desde hace 14 años en pleno centro y «aspira a ser un referente nacional en materia de formación, investigación en cuidados e innovación social ligada a la atención de personas en el final de su vida y sus familiares», subrayan sus promotores.

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La residencia como tal se ubicará en un anexo que se construirá en la zona de las huertas y contará en un principio con solo 12 plazas, ya que la atención totalmente personalizada es uno de los pilares de la filosofía del proyecto. Profesionales de Osakidetza y de la Diputación Foral de Álava serán los encargados de derivar allí a las personas con enfermedad grave y muy avanzada. «Estamos hablando de personas en una parte muy muy última de su vida, semanas o escasos meses», aclara Iñaki Saralegui, médico especialista en paliativos y miembro de la asociación Babespean creada en Vitoria hace dos años con la intención de mejorar la atención a los pacientes con dolencias avanzadas. Este tipo de pacientes son atendidos ahora en un ala específica del hospital Santiago, en la residencia IMQ o en sus propios hogares. Pero el hospital resulta en muchas ocasiones demasiado frío para este trance; IMQ es un espacio grande que acoge también a otro tipo de usuarios; y los domicilios particulares no son una opción en algunos casos. Por eso hacía falta una casa así. «En el norte de Europa estos espacios son muy habituales, bajo el nombre de 'hospice'. Pero en España solo existe uno parecido y está en Málaga», explica Saralegui.

En este caso, el proyecto cuenta con otro aspecto novedoso y es que integrará la formación en el día a día. Cerca de 250 estudiantes de tres ciclos de Egibide se trasladarán al antiguo convento de Las Brígidas en Vicente Goicoechea para realizar allí sus estudios. Serán los alumnos de Cuidados auxiliares de enfermería, Atención a personas en situación de dependencia e Integración Social, todos impartidos en Molinuevo. «Como ocurre con los alumnos de la Escuela de Hostelería que tienen un restaurante, estos se formarán al lado de una residencia», ilustra Nacho Eguizábal, director general de Egibide. «Convivirán en un mismo espacio formación, asistencia y también queremos que sea un lugar abierto a la ciudadanía. Que el tránsito al final de la vida se haga de una manera más natural y menos oscura, normalizarlo», añade.

El claustro ha sido en parte devorado por la hiedra. IGOR AIZPURU.

Para involucrar a la ciudad en este proyecto era imprescindible dar con una ubicación céntrica. Y el convento de La Magdalena –ese era su nombre original– era el equipamiento ideal después de que las últimas monjas se fueran de allí en el año 2007. Para la 'Casa de los Cuidados' se utilizará solo una parte de los 2.250 metros cuadrados distribuidos en tres plantas. La idea es ubicar en su interior las aulas de formación y construir un anexo conectado en las huertas traseras, que ahora cultiva Cáritas, para los residentes.

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Proyectos de investigación

«Estamos pensando en que todas las habitaciones tengan vista al jardín y que sean muy amplias, para que la familia pueda acompañar al enfermo en sus últimos días e incluso quedarse a dormir con él», avanza Iñaki Saralegui. Se calcula que cada año, 700 alaveses requieren de un tipo de atención especializada que les ayude a hacer más llevadero el sufrimiento físico y psíquico que supone enfrentarse al último tramo de sus vidas.

La casa se dibuja como un espacio amable que podría contar hasta con un txoko, una cafetería y un comedor en el que compartan menú personas sin recursos y otros que sí puedan costearse la comida. «También estamos pensando en que se puedan hacer visitas de colegios, para tratar el tema de los cuidados. En definitiva, que no sea un espacio lúgubre y triste sino un lugar al que la gente venga a 'bien morir'», traslada Saralegui, que agradece el apoyo recibido por parte de las instituciones y en concreto por el gerontólogo Iñaki Artaza y el diputado de Políticas Sociales, Emilio Sola. Buscan ahora también apoyos privados para que la iniciativa sea una realidad en el menor tiempo posible.

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Las huertas de la parte trasera del convento, ahora gestionadas por Cáritas, y dos salas del interior. IGOR AIZPURU.

«El proyecto se completará con proyectos de investigación e innovación social y con un servicio asistencial a cuidadores y familias, una formación humana y psicológica», señala Nacho Eguizábal. Tanto Babespean como Egibide ya realizan este tipo de formaciones en formato de jornadas y cursos de sensibilización sobre cuidados y el final de la vida. En un futuro, aspiran a llegar con ellos a cerca de mil personas al año.

Arinduz reclama «equidad» en el acceso a estos cuidados

La Sociedad de Cuidados Paliativos de Euskadi, Arinduz, se suma hoy a los actos del día mundial de estos cuidados y hace suyo el lema de reclamar «equidad» en el acceso a equipos especializados para todos los pacientes vascos y sus familias. Arinduz hace un listado de necesidades y pide que las carreras sanitarias incluyan la asignatura de cuidados paliativos, que haya unidades específicas en todos los hospitales, que se tenga en cuenta a los niños y que se dote de más medios a la Atención Primaria para poder asistir mejor a los pacientes. La sociedad lamenta que no haya formación especializada y que se desatienda el aspecto psicológico, social y espiritual de estos procesos y también alerta de desigualdades con las personas en riesgo de exclusión. «Cubrir las necesidades de las personas en el final de su vida es un derecho humano fundamental».

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