El Botánico de Olárizu quiere crecer

No partirá de cero, deberá convertir en proyectos, con plazos y presupuestos, todo el abanico de propuestas que se recoge en un documento base elaborado por los técnicos del Centro de Estudios Ambientales, de Anillo Verde y de Espacio Público. Siete son los objetivos generales, 31 los específicos y 98 las propuestas de acción que persiguen consolidar este espacio como Jardín Botánico de referencia en conocimiento científico, como plataforma de educación y activación ciudadana, como entorno privilegiado para el ocio y el esparcimiento o como herramienta fundamental para luchar contra el cambio climático.

La Casa de la Dehesa debe crecer como sede técnica y científica del jardín, con nuevos espacios para la investigación y la conservación de especies y en colaboración con entidades afines que tienen allí su sede como la Red de Semillas de Euskadi y en un futuro próximo, la de la Denominación de Origen Idiazabal. Pero esto no dota al Botánico de esos servicios públicos que los técnicos echan en falta. Miran hacia el Infogune, la oficina de información sita en la entrada al parque desde la avenida de Olárizu, que en origen fue un edificio para movilidad eléctrica. Apuesta por remodelarlo con madera y que haya una zona de recepción compartida con una cafetería «en un espacio diáfano y amable», donde el cliente se sienta ya dentro de la naturaleza. Y, muy importante, con baños públicos. Todo envuelto en más horas de atención al público en los dos recintos.

Este Infogune tendrá enfrente el laberinto vegetal ideado, sobre todo, para divertimento de los niños. Aun así faltan espacios para el ocio de los más pequeños en el conjunto del jardín, donde fracasó la idea de poner un parque de tirolinas. Plantean juegos naturalizados y la remodelación de las áreas de pícnic tan utilizadas para la celebración de merendolas y fiestas de cumpleaños y que aún tienen unas incómodas mesas redondas de piedra, algunas en mal estado.

Han pensado en más elementos de «atracción y reclamo» como instalar esculturas, fuentes y más bancos en los senderos y espacios cubiertos donde refugiarse si llueve o el sol es insoportable. Todo acompañado con una «estrategia de concienciación» dirigida a cuidar el jardín y que no haya basura o daños de los perros.

El Jardín Botánico no hace mucho que cuenta con vivero en el lugar que antes ocupaban los huertos ciudadanos. Allí hay una rocalla, una laguna y un 'Cubo de cristal' que se quieren mostrar al público. Por cierto, hasta esa zona se llega desde el Campo de los Palacios, que es una de las puertas de entrada principales al parque junto a la del Infogune. Ambos accesos deben tener aparcabicis suficientes, contenedores de recogida selectiva de residuos y completa información con planos de los tesoros verdes que el visitante va a encontrar a su llegada.

El acceso desde el Campo de los Palacios necesita mejoras. La zona industrial en desuso en la que se encuentran las viejas instalaciones de URSSA no ayuda mucho paisajísticamente hablando. Hasta que el Ayuntamiento se haga con los terrenos para equipamiento verde, la única manera de mejorar el parque desde esa ala es, según los redactores de estas bases de plan estratégico, convertir la entrada en una «gran avenida arbolada con ajardinamiento ornamental bajo el dosel arbóreo», acometer acciones de calmado de tráfico y arreglar el párking de la Casa de la Dehesa.

Y además el documento se abre a la iniciativa privada, como explica el director del CEA, Aitor Zulueta. «Se pretende abrir la reflexión a otros agentes de la ciudad y provincia y también al área de influencia de esta infraestructura. Queremos definir la gobernanza y establecer un marco de cooperación que trascienda a otras administraciones y que explore también el potencial de la cooperación público-privada», resume.