El 'boom' de las renovables se intensifica en Álava con 26 proyectos en tramitación

Y eso que, desde hace un lustro, se ha registrado un incesante goteo de anuncios a través de los distintos boletines oficiales que ya ronda los cincuenta, que ha despertado la desconfianza de colectivos ecologistas y los partidos de la oposición, la mayoría de los cuales apoyaron la ley que obliga a pisar el acelerador. De ese medio centenar, según datos aportados por el Gobierno vasco a EL CORREO, muchos se quedaron en meros sondeos porque hay 26 que continúan con su tramitación administrativa y seis (una eólica y cinco solares) que por fin ya se encuentran a las 'puertas' de desarrollarse.

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Iniciativas que brotan por todo el territorio. Las fotovoltaicas se concentran en los alrededores del embalse de Ullíbarri-Gamboa, además de los municipios de Lantarón, Ribera Baja, Armiñón y Berantevilla. Las eólicas lógicamente en el área más montañosa de la provincia. Una implantación que más o menos se ajusta al patrón fijado por el anterior Ejecutivo autonómico en el borrador del plan territorial sectorial (PTS) de energías renovables.

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El que avanza más adelantado es el parque eólico de Labraza, que pretende colocar ocho 'gigantes' de viento con 145 metros de altura -el equivalente al doble del chapitel de la Catedral Santa María de Vitoria- y una potencia total de 40 megavatios (MW) en las inmediaciones de Oion. Este plan impulsado por Aixeindar, la alianza entre el Gobierno vasco e Iberdrola, cuenta con todos los permisos. La idea era que empezase este mismo año, pero los últimos trámites parece que están alargándose más de lo esperado. Casi a la par avanzaba el parque eólico de Azazeta que, sin embargo, ha decidido esperar al proyecto solar que llevará contiguo en Laminoria.

Los otros cinco que se encuentran en la 'pole position' para reactivar el desarrollo de las renovables en Álava se ubicarían en el municipio de Lantarón. Cuatro estarían alrededor de una misma finca en el pueblo de Comunión -un núcleo con apenas 80 habitantes- y sus paneles tendrían una potencia de 17 MW más, lo que serviría para cubrir la demanda de 12.000 hogares. El quinto que está a punto de desarrollarse es una planta 'ad hoc' de 1,8 MW para la fábrica de productos químicos Dekitra.

Todos estos han pasado todos los trámites medioambientales y urbanísticos, mientras bastantes se han quedado por el camino. Entre ellos aparecen tres impulsados por Aixeindar. Dos (en la Sierra de Arkamo y Montes de Iturrieta) decayeron por su «irreversible» efecto sobre la flora y fauna, según el criterio de los técnicos de la Diputación, y otro distinto en la zona de Aramaio por encontrarse en la ruta de los aviones que se aproximan hacia el aeropuerto de Foronda.

El que la sociedad Euskal Haizie prevé para los alrededores de Cantoblanco -visible desde las eras de Salinas de Añana- tendrá un desarrollo muy complicado, casi imposible, porque ocasionaría «unos efectos negativos y permanentes e irreversibles de magnitud crítica» sobre las aves necrófagas, rapaces rupícolas y especies forestales catalogadas como amenazadas.

Todo esto demuestra que no son evaluaciones sencillas ni superficiales. Hay que valorar el impacto ambiental, el paisaje, la riqueza agrícola, las posibles afecciones sobre el patrimonio histórico... También se abre un periodo de alegaciones como en el que se encuentran ahora mismo tres de los huertos solares de Solaria y los cien kilómetros de cable que pretenden tender hasta la costa vizcaína en el que los técnicos de la Diputación han reclamado modificaciones «sustanciales» porque «no podrán salir como están planteados».

Muchas iniciativas decaerán en este largo recorrido, que a la vista de los precedentes más recientes destaca por ser de carácter garantista. Pero en el hipotético caso de que se desarrollase el medio centenar de parques eólicos y fotovoltaicos que se han presentado a las administraciones vascas, se podría generar 816 megavatios que serían el equivalente a la energía que consumen 653.072 personas, es decir, casi el doble de la población de Álava.

Aun así, seguirían sin ser suficientes y se necesitaría prácticamente cuadruplicar la generación de renovables para contar con un territorio 'cero carbono'. Y es que la cuestión es que el gasto doméstico apenas supone un 12,68% del consumo total de energía del territorio histórico. En esa transición ecológica también habría que dar cobertura a la demanda del transporte (44,27%), industria (33,85%), sector servicios (8,17%) y el sector primario (1,03%). Por eso, otro de los aspectos que destacan las instituciones es la necesidad de disminuir el consumo por habitante.

De todos los proyectos que se están desarrollando en Álava, sólo hay uno que supera los 50 MW. Se trata de la solar Ekienea prevista en los alrededores de Arasur y que está tramitando el Ministerio. El resto no supera esa barrera y, por eso, el Gobierno vasco es quien se ocupa de que cumplan con los controles.