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Las clases en el colegio Zabaleko de Amurrio no recuperan la normalidad. Ayer, los bomberos volvieron al centro, como ya lo hicieron el viernes, para comprobar la existencia gases en las aulas. Desde el viernes, los alumnos de tres años, permanecen en el gimnasio y ... no han vuelto a ocupar su espacio habitual. El viernes fue un aviso el que alertó a los bomberos y una vez allí midieron los niveles de explosividad y la existencia de una posible fuga. Los niveles de CO2 detectados fueron normales. Ayer acudieron de nuevo para comprobar cuál era la situación y también en este caso, los valores estaban «dentro de los parámetros permitidos», explicó un portavoz.
Por la tarde, se celebró una reunión a la que acudieron la alcaldesa y varios representantes municipales. Allí se comunicó a las familias que la caldera no se va a sustituir porque «está previsto hacer un nuevo colegio dentro de cinco años y sería gastar dos veces». Las familias les reprocharon que «tengamos que esperar cinco años. Queremos que nuestros hijos estén bien ahora», apuntaron. La solución que propone el Ayuntamiento es realizar esta semana una cata de la chimenea por la que se están filtrando los gases para repararla el viernes, si el tiempo lo permite.
Los niveles más altos de CO2 se siguen registrando en el aula de tres años y en el comedor, los espacios más cercanos a sala de caleras. Como medida de precaución los bomberos han recomendado, según explicaron las familias, que la caldera se encienda por un tiempo limitado, no más allá de un hora y media, y que las aulas estén ventiladas para evitar la acumulación de gases. «Hace mucho frío para que los críos estén en el comedor con las ventanas abiertas. No creemos que sean las condiciones idóneas», explicó ayer un padre afectado.
La familias están preocupadas. «La caldera no ha funcionado durante el fin de semana, pero está claro que está en mal estado», lamentaron las familias. De hecho, ya habían presentado quejas con anterioridad por su funcionamiento. «En algunos momentos, los críos han estado sin calefacción en clase y ha habido fugas de agua», señalaron.
Sin embargo, la sustitución de la caldera del centro estaba contemplada en el programa de inversiones aprobado en mayo pasado por el departamento de Educación. El presupuesto admitido por el Gobierno vasco para cambiar la caldera es de 57.105,95 euros, de los que 34.263,57 se subvencionarían con cargo al presupuesto de Educación, que calificó el cambio como 'urgente'. Las obras deberían estar realizadas antes del antes del 31 de enero este año para poder recibir la subvención, según la orden de la consejera.
Por su parte, el plan de acción para la energía sostenible datado en noviembre de 2013, ya contemplaba la sustitución de la caldera del colegio Zabaleko, que tiene 38 años y es de gasoil por otra más eficiente de biomasa. La intervención tenía asignado un grado de prioridad 'mediana'. En 2014, el plan Agenda Local 21 de Amurrio insistía en este extremo y señalaba que «no se descarta que a la larga se instale una caldera de biomasa en el colegio Zabaleko, en función de los resultados de la evaluación energética». La medida se incluía dentro del plan de actuaciones para mejorar la eficiencia y reducir el impacto global sobre el cambio climático. En 2015, el centro fue sometido a una remodelación en la que se invirtieron 128.000 euros para reordenar los espacios y colocar nuevos suelos. Entonces, también se adecuó la sala de calderas.
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