Otra condena más para su currículo. La Audiencia Provincial de Álava acaba de sentenciar a dos años de cárcel, 2.520 euros de multa y una responsabilidad civil que rondará los 300.000 euros a un controvertido empresario vitícola, de 50 años, cuyo historial de ... tejemanejes arrancó en 2011. Desde entonces ha llevado a la ruina a cuatro bodegas –dos en Rioja Alavesa y otras tantas en La Rioja–, según acreditan varias sentencias judiciales y ha dejado un número ingente de deudas sin abonar.
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Esta última resolución, con la magistrada Ana Zulueta de ponente y secundada por sus compañeros Jesús Poncela y Francisco García Romo, considera que este supuesto emprendedor engañó a trece productores de uva. Les compró más de 400 toneladas de género bajo la promesa de abonarles un global de 365.000 euros. El problema es que vendió esa mercancia a otra bodega a sólo 0,60 euros el kilo cuando había pactado con los proveedores abonarles «entre 0,80 y 0'95». Se quedó el dinero de la venta y jamás entregó nada a estos trece productores. Varios de ellos son de Rioja Alavesa.
Cuando los acreedores se pusieron nerviosos les habló de un dinero que llegaría «de Rumania», también les enseñó un cheque de «una compañía inglesa por 8 ó 9 millones de libras». Humo para ganar tiempo. Ese dinero jamás llegó a su destino.
En el juicio también figuraba como imputado su socio, el administrador de su bodega, cuya sede se ubicaba en Laguardia y que carece de actividad a día de hoy. El fallo manifiesta que este hombre «de paja» fue otra víctima más de su embuste. Este segundo procesado, un conocido comisionista, se encargaba de comprar el género y en el juicio ya declaró en contra del empresario. Sin embargo, curiosamente, abandonaron luego juntos y en sintonía el Palacio de Justicia de la Avenida de Gasteiz.
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El ya sentenciado, según apunta la jueza Zulueta, «estructuró todo un mecanismo de engaño para un único fin de enriquecimiento». El suyo, se sobreentiende. La firma que le compró la uva por debajo del precio de mercado también ha sido absuelta. Sus responsables abonaron antes de la vista una compensación a los perjudicados. El resto, unos 300.000 euros, debería devolverlo este empresario «con antecedentes penales».
Pero no lo hará ya que se declaró «insolvente» antes de celebrarse el juicio en la Audiencia Provincial de Álava. En la fase de ejecución se decidirá si entra o no en prisión. Con ésta, este hombre domiciliado en La Rioja pero de origen oscense, suma media docena de fallos condenatorios.
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