EH Bildu se queda solo en su crítica a las tareas de limpieza del Ejército

«Ahora tenemos que estar a lo que tenemos que estar, es decir, a luchar contra la epidemia», replicó Izaskun Moyua, portavoz del PNV en la Cámara foral alavesa, quien tomó distancia sobre la ambigua postura que mantuvieron sus compañeros a este respecto en las primeras semanas de la crisis sanitaria. Y es que el texto que presentaba la izquierda abertzale instaba al Gobierno central a «sacar al Ejército de nuestras calles y espacios públicos y que no volver a utilizarlo para labores que pueden ser llevadas a cabo con recursos civiles», ya que estos trabajos «de echar lejía» podían haberlos realizado los bomberos de la Diputación, los Miñones (el histórico cuerpo de seguridad alavés) o colectivos sociales. «No vinieron a limpiar nuestras calles, sino a limpiar su imagen», afirmó Valdor, quien criticó hasta los parches «con la banderita» que portaban en los buzos que utilizaron para limpiar las principales vías de comunicación de Euskadi.

El socialista Jon Nogales calificó la propuesta de EH Bildu de «iniciativa de cuadrilla o barra de bar». Recordó que la creación de la UME en 2005 sirvió para tener una unidad de acción inmediata ante catástrofes o situaciones de emergencia y que esta vez actuó «en los momentos más críticos» de la pandemia para hacer «las tareas más delicadas y más arriesgadas para la salud».

«Es inmoral poner el sectarismo por delante de la salud de las personas. Son militares que no llevan fusiles, sino garrafas para desinfectar», contestó Iñaki Oyarzábal, presidente territorial del PP. Ni siquiera el grupo que representa a Podemos en las Juntas huyó del discurso anti militarista. «Han hecho un trabajo necesario que aplaudimos y agradecemos. Lo que hubiera sido un agravio comparativo es que Euskadi no hubiese dispuesto de este servicio que también nos pertenece y pagamos con nuestros impuestos», consideró José Damián García Moreno, miembro de Izquierda Unida.